domingo, 13 de enero de 2013

Sí, qué pasa, las mujeres menstruamos.

Hoy estoy en uno de esos días raros, pero raros de cojones. Estoy sensible, mimosa y muy vulnerable. Sí, estoy menstruando, y lo odio profundamente porque no soy capaz de controlar mis emociones y puedo echarme a llorar en cualquier momento.

Que sí, que encontrar la cura contra el sida es algo realmente importante, pero encontrar la forma de que las mujeres no sintamos que perdemos el rumbo una vez al mes digo yo que también, ¿no? Porque vamos, yo no tengo acceso a armamento nuclear, pero si lo tuviera...no os digo yo que una vez al mes no pensara en hacer volar por los aires todo y a tomar por culo. Y porque aún voy en pijama y no me ha dado por probarme un pantalón de la 38, que sino ya que tiemble el Sol.

"Pues hazte un bol de palomitas y ponte una peli en la cama", me ha dicho alguno. ¿Tú eres tonto o un kamikaze? Tengo la regla, no una enfermedad terminal. En algún momento tendré que volver a meterme en unos vaqueros ajustados y me costará sangre, sudor y lágrimas conseguirlo por culpa de las putas palomitas. Entonces iré a tu casa, mamón de los cojones, y te haré tragarte las palomitas, mi sentimiento de culpabilidad y, por si te has quedado con hambre, tus propios huevos, mierda seca. Y todo eso sin despeinarme, que soy toda una dama.

En serio, chicos, si no sabéis lo que se siente, no intentéis dar consejos. Que tenemos muy mala hostia y no sabéis por dónde podemos explotar.

Bit.