jueves, 31 de marzo de 2011

Pequeña...tan pequeña.

Prometí que hoy iba a publicitar un proyecto nuevo, de unas personas fabulosas que están super ilusionados y que está saliendo bastante bien. Equipo de Chachipistachi, por favor perdonadme, pero no puedo. Lo siento, aquí vengo a volcar toda mi mala leche y hoy tengo para agriar a todas las vacas del norte. Pero luego, o mañana, tenéis esto listo. Lo siento, Mer, te debo una.

El día ha empezado bien, como todos, con sueño. Bueno, llegaba algo tarde a trabajar, así que ha tocado ir a la carrera. A eso de las 11:30 mi jefe me dice que se va a esquiar. Salgo a fumarme un cigarro y a maldecir porque hace un buen día que te cagas, y tú, imbécil, estás en la puerta de la puta tienda. Pero nada, poco trabajo, mucho tiempo libre para pensar, y muchos cabreos tontos que me cojo conmigo misma. Porque me quiero tanto que estoy empezando a odiarme.

Hora de comer, viene a verme un amiga y me voy con ella. Mis 3 horas de asueto, lo mejor del día sin duda. Luego llamadas varias que me hacen querer matar a alguien, demasiadas cosas que hacer, poco tiempo y al final no me ha salido ninguna como debía. Salgo y voy al cajero a hacer una recarga que me habían encargado, mi sorpresa no es que no tenga dinero, es que estoy en negativo. Ladrones Señores de Caja Madrid, ¿POR QUÉ COJONES HA PASADO UNA PUTA SEMANA Y NADIE SE HA DIGNADO A INGRESAR EL DINERO EN MI CUENTA? No es normal que en una semana no se haya hecho el ingreso, me niego. Eso sí, estos mañana se van a acordar de mi. Vamos, faltaría más.

Pues nada, no he podido hacer eso, ahora para casa, para llegar y que me estén tocando las pelotas. Día MUY completo, la verdad. Sólo tengo ganas de terminar de escribir esto, fumarme un cigarro y meterme en la cama. Y como si cae un meteorito, no pienso inmutarme.

Y deseando que sea sábado, poder salir y despejarme, los mojitos me esperan. Y olvidarme de esta infernal semana, que llevo toooda la semanita con los nervios de punta, saltando por cualquier cosa, estresada, irascible, enfadada...en fin, que necesito vacaciones, aunque al final no sean como las había planeado.

Qué pequeña se siente una cuando todo sale del revés. Pequeña, muy muy pequeña.

Bit.

sábado, 26 de marzo de 2011

Resaca emocional.

Después de una semana, tengo depresión. Sí, efecto retardado, la rubiez y tal y tal. Y es que un fin de semana que se empieza un jueves después de currar y se acaba un domingo a las 10:30 de la mañana, no puede ser malo. Y lo echo de menos. Y os echo de menos. Eso sí, también echo de menos ver dinero en mi cuenta bancaria, mi hígado, y dormir 7h al día. Pero bueno, daños colaterales.

Semanita bastante buena, poco trabajo (es decir, periódico diario leído religiosamente), la llegada de mi herr de tierras británicas, que ya se la echaba de menos a la jodía, y este finde de relax total. O al menos hasta mañana, que toca un poquito de Feria de Abril en el Cuernabéú (que no se nota que una es culé, ¿verdad?).

Y poco más, ciscándome en los muertos de más de uno, aunque igual debería ciscarme en los míos, porque soy idiota, pero queda mejor echarle la culpa a los demás. Que esto es España y una es castiza, castiza. Para lo bueno y para lo malo.

"Ya lo ves, la vida es así. Tú te vas y yo me quedo aquí. Lloverá y ya no seré tuya, seré la gata bajo la lluvia...y maullaré por ti".

Y con esta grandísima artista, me despido hasta la semana que viene, que mañana no creo que esté en condiciones para hacer nada. Que ya me tocará lamentarme por no pensar antes las cosas, pero...¡hoy no, mañana!

Bit.

lunes, 21 de marzo de 2011

Me encanta.

"Le encantaba cómo sonreía, torciendo ligeramente la boca, como un niño, y siempre sorprendido, como si no diera crédito a su felicidad.
Le encantaba cómo la miraba, como si fuera la mujer más hermosa del mundo cuando ella sabía, perfectamente, que no lo era.
Le encantaba que escuchara lo que tenía que decir y cómo no se dejaba intimidar por ella. Incluso le encantaba la manera que tenía que decirle que hablaba demasiado porque casi siempre lo hacía con una sonrisa y porque, claro, era verdad.
Y le encantaba cómo, incluso después de decirle que hablaba demasiado, la seguía escuchando.
Le encantaba cómo quería a sus hijos.
Le encantaba su honor, su honestidad y su pícaro sentido del humor.
Y le encantaba cómo ella se adaptaba en su vida y él en la de ella.

Era muy agradable. Estaba bien."

lunes, 14 de marzo de 2011

¡Otra vez lunes!

Vuelvo después de un fin de semana de relax total. Viendo pelis, durmiendo, comiendo mucho...¡¡y sin resaca!! Cosa que, aunque me avergüence profundamente decirlo, me ha gustado. Y mucho. Además, que resulta muy productivo eso de levantarte un domingo después de haber dormido 14 horas como una rosa. Y como una se aburre y no tiene nada mejor que hacer, saca la caja de herramientas y ya puede arder Troya (y la rima, que no falte).

Me llena de orgullo y satisfacción decir que después de seis años (sí, sí, SEIS) he arreglado mi persiana. Seis oscuros años de tenerla bajada casi del todo por vaga. Pero el domingo, me levanté en plan manitas, y ahí me las vi y me las deseé, subida a la mesa destornillador en mano, quitando el tambor y peleándome con la dichosa persiana. Ha quedado monísima. Eso sí, ahora no tengo cortinas. Y lo pienso y me digo "tía, eres imbécil. Seis años sin persiana, sin ver la calle, y ahora que puedes levantarla porque funciona, la tienes que tener bajada porque no tienes cortinas y desde la calle se ve todo". Pero vamos, que una es rubia y esas cosas son comprensibles. Y predecibles.

El motivo de mi encierro voluntario este fin de semana, no es otro que darle un merecido descanso al hígado. Y al bolsillo. Después de unos carnavales como los que pasé, y de la que me espera este fin de semana, lo necesitaba. Y dormir, que últimamente se me olvida que es algo importante, vital, y esas cosas que dicen en Saber Vivir.

Y hoy, como buen lunes, día algo ajetreado en el trabajo. Mi jefe sigue de baja y mi compañero se ha pedido unos días libres. La mañana algo más animada, se me ha pasado bastante rápido. Eso sí, me ha dado tiempo al menos a mirar el periódico y leerme el suplemento, que no falte. La tarde algo más tranquila, la he dedicado a programar las emisoras de radio y a hacer pelea de fustas a última hora con mi jefe. Nos lo pasamos muy bien, la verdad.

Y poco más, no escribo porque últimamente estoy de muy buen humor y contaros cosas felices me parece lo más absurdo del mundo. Aquí se viene a leer barbaridades, indignarse en solidaridad con la rubia y cagarse en los vivos y muertos de todo el que no de los buenos días. Para todo lo demás, tenéis El Diario.

No matéis a nadie esta semana, que no pienso pagar más fianzas.

Bit.

jueves, 10 de marzo de 2011

Sueño, café.

Menos mal que ya es jueves. Que lo pienso friamente y da igual, me quedan dos madrugones muy guapos aún. Pero bueno, últimamente las semanas pasan volando, dentro de nada Semana Santa, luego empiezo a enganchar vacaciones y llega el verano. Y a soplar velas otra vez. Que hablando de Semana Santa, ESPERO que cumpláis la cuaresma como estoy haciendo yo.

Segundo día consecutivo de buen humor, nomelopuedodecreer. Será el sol, que mi lado de planta (¿lo pilláis? eh, eh, ¿lo pilláis?) se anima y funciono mejor. Eso sí, con un sueño que llevo hoy que estoy que me caigo. Un café y a trabajar, que cada vez somos menos.

Bit.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Literatura torcida.

Es una deuda pendiente que tengo desde que empecé el blog. Quería, hace tiempo, escribir, o al menos difundir, sobre este autor y su blog. Lo encontré una noche de insomnio, googleando un libro que me dejó a cuadros, y desde entonces soy fiel seguidora. Por su humor, por su cinismo, por su forma de hablar sobre libros que algunos no querríamos ni para hacer fuego. De verdad, no tiene desperdicio.

Literatura Torcida

Espero que os guste y os entretenga tanto como a mi.

Bit.

viernes, 4 de marzo de 2011

Esto es España.

Cada día tengo más claro que las personas, por norma general, somos gilipollas. Pero gilipollas de libro. Podéis hacer la prueba: humilla a alguien y volverá a por más. Así de simple, parece que nos gusta, que el masoquismo es algo innato. Los animales, por otra parte, son más susceptibles de "entender" eso que a nosotros tanto nos cuesta. Coge un periódico, enrróllalo y dale en los morros a un perro, verás que no vuelve. Pero las personas no somos así. Camarero, póngame otra.

Así, en España, nos va como nos va. Buena frase aquella de que cada pueblo tiene el gobierno que merece. Totalmente de acuerdo. Y como esto es España, aquí todos callados como putas, que es tradición. Cuesta mucho trabajo eso de plantar cara y decir "qué carajo está pasando aquí". Ya me gustaría a mi ver aquí lo que nuestros vecinos del sur (sí, al otro lado del charco también hay parte de territorio nacional, aunque algunos sólo se acuerden cada cuatro años) están liando en sus respectivos patios de vecinas. Y ya me gustaría a mi ver a nuestros gobernantes aguantar como lo hace el colega libio. Que, ojo, yo si pudiera le pasaba la cuchilla, por cabrón, pero el tío los tiene bien puestos. Pero aquí esas cosas no pasan. Mismo perro, diferente collar, y todos tan contentos. Con dos cojones.

No hemos tenido suficiente con aquellas grandes cagadas del pasado, gordas que te rilas. Ahora, nos entretienen además, para no pensar en la crisis y tal, con pequeñas "chorraditas" que dan ganas de echarse a reir. O a llorar. ¿Que la DGT ha dejado de recaudar el pastizal al que se habían acostumbrado? No pasa nada, bajamos el límite de velocidad. Que los cabroncetes de los conductores van a pagar pero bien. Eso sí, de arreglar radares nada, que es mucho dinero. Y decimos que es como en EEUU (como si eso fuese garantía de ser bueno, hay que joderse) y todos tan contentos. ¿Que hay que rebajar el gasto público? Apagamos luces, total, como ahora los coches van más despacito, no necesitan tanta. Eso sí, también revisamos el sueldo a los funcionarios, pero a los políticos ni tocarlo. En qué cabeza cabe que Fulanito de Tal deje de cobrar los tres sueldazos que se lleva. Que me cuenten a mi cómo va a mantener las cuatro casas que tiene en la playa. Pobre, bastante ha trabajado ya como diputado como para encima tener que quitarle eso. Siete años, ni más ni menos. Los demás que trabajen hasta los 67, que la clase media aguanta carros y carretas.

Y como esto es España, aquí nadie va a decir ni mu. Así nos va. Triste, lamentable. No quiero ni pensar en lo que pasará cuando unos dejen de calentar el asiento para que pasen a calentarlo otros. Voy a ir haciéndome el pasaporte.

Bit.