lunes, 30 de enero de 2012

Canción de Hielo y Fuego (o cómo alguien elige morir por listillo).

Hielo y fuego te daba yo a ti, cerdo cabrón. Sí, sí, te hablo a ti, George R. R. Martin. La has cagado. Matando a quienes no debías la has cagado y mucho. A ver, gordo mamón de los cojones, ¿qué puta carencia afectiva tuviste de pequeño para escribir lo que has escrito? ¿Qué jodida enfermedad tenía la puta madre que te parió? ¿Lo ves normal? Eh, hijo de puta, ¿lo ves normal?

Pase que mataras a Robert, hasta puedo perdonar que le cortaras la cabeza a Eddard, pero lo de la Boda Roja ya pasa de castaño oscuro. ¿Era realmente necesario? ¿De verdad me vas a obligar a coger un puñetero avión y cantarte las cuarenta, que diría mi madre? Me has hecho llorar más que el día que murió Mufasa, y eso no te lo perdonaré nunca. Y ya puedes escribir lo que te salga de los cojones que no pienso comprar un puto libro más, ni seguir leyendo el que tengo entre manos.

Sólo deseo que ojalá pases 12 horas de vuelo al lado de Paulo Cohelo.

Bit.

martes, 17 de enero de 2012

Fraga, el hombre de mi vida

El domingo día 15 de Enero de 2012, en Madrid, murió Manuel Fraga, un gran...gran...gran hijo de puta. ¿Ya he captado vuestra atención? Bien, sigamos. Es que el título tiene tela, colega, pero no se me ocurría algo mejor. Pues eso, que la ha palmado el hermano mayor de Matusalén, y como el cabrón vive justo en frente de mi curro, he estado toda la mañana muy entretenida.

Primero llegaba tarde a trabajar (larga historia que os contaré otro día, cuando quiera morir echando espuma por la boca por las putas compañías telefónicas, a las que todos les vendemos nuestra alma y que hacen con nosotros lo que quieren. Me siento muy España vs Alemania. Hay que joerse), y resulta que la calle estaba tomada por medios de comunicación y policía. Sí, esos que pagamos entre todos y que me han pedido que ME IDENTIFIQUE. Perdone, caballero, pero si fuera terrorista no habría madrugado tanto. Voy a trabajar. A TRABAJAR. ¿Lo entiende? Ah, no, perdone, olvidaba que es usted funcionario. Siga, siga, no se corte, continúe tocándose la mandanga, que el sueldo corre de mi cuenta.

Pues eso, después del incidente, llego al trabajo. Leo la prensa. Ocho páginas con fotos y textos alabando al difunto. Y la foto de Palomares, que no falte. Qué bueno era. Padre de la Constitución. Gran figura de la democracia. De la derecha democrática. ¡¡QUE FUE MINISTRO DE FRANCO, COÑO!! Sí, joder, ese señor tan bajito con bigote y mala hostia. No, Hitler no, ese era alemán, yo os hablo del español. Que sí, coño, el de los pantanos. Bien, pues ese. Manda cojones que se rindan homenajes a personas (legalmente era considerado persona, ojo, que la justicia nunca fue lo nuestro) que participaron de forma activa en la política del régimen. Pero niños y niñas, ¡this is Spain! ¡And Spain is good! ¡Paella y jamón! ¡Siesta y carajillo! En fin, a mi es que estas cosas me pueden.

Pues eso, que la mañanita ha sido super cachonda y entretenida. Que no he hecho ni sombra, vaya, pero unas risas... Luego he intentado, tonta de mi, ir a la tienda de Orange que hay justo en frente, y casi me hacen placaje en el intento. Si hubiera llevado petardos, los hubiera tirado. No me hubiera cargado a nadie, pero un susto les daba. Y de paso yo me echaba unas risas de la hostia. Espero que si lo hubiera hecho, me pagarais la fianza, mamones. Que yo os quiero mucho muchito.

Poco más que añadir, de este señor no me apetece hablar, de repente parece que nos hemos olvidado de todo y este señor era un santo. Que no digo que no haya hecho cosas por la democracia, pero Fraga no nació en 1975 cuando murió el generalísimo hijodeputa sino unos pocos años antes. Pocos. JAJAJA. Vale, ya paro. Así es España, tenemos memoria selectiva. Y así nos va. Así nos va...

Bit.

jueves, 12 de enero de 2012

La rueda

 La vida es eso que te jode cuando tú sólo intentas sobrevivir. Creo que, si alguna vez escribo un libro, lo empezaré con esa frase. Aunque he de decir que no estoy completamente de acuerdo con ella, no se trata sólo de sobrevivir, yo lo que quiero es vivir. Y supongo que quiero lo mismo que todos.

La vida es como ese puto tatuaje que nunca me decido a hacerme: una rueda. Lo mismo estás bien arriba que al segundo caes hasta lo más bajo. Es así, no hay más. Y cuando podía acariciar felicidad plena, he tropezado con un bache y la rueda ha girado por completo.

A veces pienso que las casualidades existen, porque sino no entiendo esta puta mala suerte. En el pasado debí ser Hitler, o Franco, o alguien así, porque sino no entiendo al karma (si hacemos un acto de fe y creemos en él). O si Dios existe, tiene un sentido del humor un tanto peculiar.

Toda rueda acaba en un camino, en una intersección con dos posibles direcciones, lo difícil es dar con la buena. O, una vez te equivocas, intentar quitar las malas hierbas de la mala. Eso es para mi la vida, mi futuro y mis decisiones.

Bit.

viernes, 6 de enero de 2012

Mamarramamiaaaauuuuu

Buenos y felices días, niños y niñas, ¿habéis sido buenos? ¿Sí? Entonces seguro que os han traído muchas cositas los reyes. A mi de momento me han traído una resaca de mil demonios y una pitillera muy chula. Pero la resaca por encima de todo, eso que no falte.

Pero gracias a todo el trabajo de estas semanas, a una jornada de 11 horas y luego unas 12 copas, puedo decir que he conocido el nirvana y ES UNA PUTA MIERDA. Bueno, no tengo claro si era el nirvana o la sala de espera de un tanatorio, olía igual.

Tranquilos, hoy no vengo a hablar de nada en especial, podéis dejar de leer ahora si queréis. Es que estoy haciendo tiempo para ir a tomar café a casa de @MariaNuin y llevarles los regalitos a la familia. Y esperando a que llegue el jodido valenciano y me de mi regalo de reyes. Y luego lo que me haya querido comprar.

Mmmmm...qué más os cuento yo...pffffffff...mira, vamos a dejarlo así, os pongo una canción y ya os apañáis solitos, ¿vale? Así me gusta, es verdad que sois muy buenos, bien, bien. ¿Y qué pongo yo? Ay, joder, cómo me duele la cabeza, y yo que no encuentro el ibuprofeno milagroso...¡¡YA LO TENGO!! He encontrado canción perfecta. Emmm...¿cómo se pone esto? Joder, ¡¡no!! ¡¡No borres todo!! Uffff.



¡Besitos!

Bit.

lunes, 2 de enero de 2012

Yo sobreviví a las rebajas.

Empezamos el año hablando de rebajas, porque si me pongo a hablar de recortes me cierran el blog y me toca huir a Afganistán por lo menos, y es que allí en verano tiene pinta de hacer calor. Y yo, que soy tan blanquita y tal, ir rojo langostino todo el día...pues como que no, ¿sabéis? Y se os coge cariño y tal.

A lo que iba, que me pierdo. Os voy a enseñar cómo sobrevivir a las rebajas (post inspirado en la señorita @Sartpo la pobre, qué mal lo tiene que estar pasando) porque yo ya he sobrevivido a ellas y es tela de chungo.

A ver, niños y niñas, vayan tomando asiento y abran sus Pinta y Colorea por la página 3. Cojan el lápiz rojo. Fernández, he dicho que lo coja, no que se lo coma, a ver si voy a tener que llamar a sus padres. Bien, ya estamos todos, ¿no? Peeeeeeerfecto, empecemos.

Lo primero, lo imprescindible para sobrevivir a unas rebajas es armarse de paciencia. O de Valiums. Pero vamos a centrarnos en la opción recomendada por cualquier médico, es decir, la de armarse de paciencia. Como consejo así, en petit comité, os diré que también es bueno que os arméis con imperdibles o tijeras pequeñas, por si la cosa se pone chunga. Pero vamos, que si os pregunta la poli, yo no he dicho nada. Muy bien, así me gusta, azucarillos para todos. Perea, como vuelva a llegar tarde no le dejo entrar. Que me distrae a los niños y así no se puede.

Sigamos. Te levantas por la mañanita temprano, te pegas un duchazo, te tomas una buena taza de café (o Nesquik, lo que sea) y un par de galletas y hala, a currar. Es muy importante que mientras vas en el metro, lleno hasta la bandera de padres y madres con niños y carritos, visualices en qué te vas a gastar el dinero que te paguen después de las rebajas. Ayuda mucho a suavizar las ganas de asesinar.

Llegas, te calzas el uniforme, te retocas un poquito el maquillaje y venga, al tajo. Se abren las puertas y empieza a entrar la gente. Sonríe, saluda, observa. En seguida aparecerá la típica maruja que se dirigirá directamente a la mesa del 50%. Tranquilos, nenes, que no panda el cúnico. Primero la acechas en la distancia. Obsérvala, déjala que se confíe y cuando vaya a coger una prenda para tirarla desordenada y arrugada sobre el resto, sin orden ni concierto, ¡ZAS!, te plantas a su lado. "¿Puedo ayudarla en algo?" le dices sonriente, mientras te cagas en toda su ascendencia, por lo menos hasta la Edad Media. Ella siempre, repito SIEMPRE, te dirá que no, que está mirando. Eso si se digna a contestarte, claro. Pero no pasa nada, no te desilusiones, porque en cuanto te des la vuelta y te pongas a doblar ropa de otro montón en el que habrá estado metiendo mano una maruja a la que no has visto llegar, te llamará al grito de "NENA" (o "NENE", aquí no se discrimina a nadie) para pedirte alguna talla. Y tú, con tu sonrisa de suficiencia tienes dos opciones:

a) Lo siento, ya no queda nada (mentira podrida, pero pasas de mover un dedo por esa pedorra)
b) Espere un segundo, que voy a mirar en el almacén (mentira más podrida aún, bajarás al almacén y tuitearás alguna burrada mientras haces tiempo) Lo siento, ya no queda nada.

Vivirás unos instantes de dicha al observar a la maruja triste y desamparada, pero tu felicidad se truncará rápidamente al comprobar que tienes la tienda llena de marujas idénticas. O lo que es peor, quinceañeras "fototuenti" que no pararán de dar por culo y mirarte con aires de superioridad. "Ya verás qué risas cuando acabe la carrera y tú estés trabajando en un McDonalds, zorra de mierda", pensarás mientras doblas la montaña de camisetas que las putas de mierda esas te han tirado por el suelo.

Pero no pasa nada, nenes y nenas, lo importante es tener la moral alta. Después de horas y horas de saludar, sonreir, doblar, saludar, sonreir, doblar, si tenéis suerte, tendréis un ratito de descanso para comer y fumar. Saldréis a la calle, la veréis repleta de familias felices cagándose de frío, pero sonrientes porque te van a hacer la vida imposible. Y mientras fumas como si te fuera la vida en ello, imaginas todas las formas posibles de muerte por mutilación parcial.

Vuelta al curro, saludar, sonreir, doblar, cagarte en el puto dolor de pies, saludar, sonreir, doblar, mirar el reloj, saludar, sonreir, doblar, ¿pero es que esta gente no tiene casa ni trabajo ni familia a la que dar por culo?. Pero no pasa nada, porque a final de mes, habrás hecho más horas que una puta en Nochevieja y cobrarás mucho dinerito para irte de copas o drogarte hasta que te olvides de por dónde esnifas la coca.

González, que se duerma me parece una opción como otra cualquiera, pero deje de babearme la mesa, que luego las de la limpieza se niegan a pasar la bayeta y me toca hacerlo a mi. Bien, ¿estamos todos? Así me gusta, los últimos 10 minutos os los dejo libres, que os estáis portando muy bien.

Cuando te quieres dar cuenta queda media hora para el cierre, y te pones a dar saltitos de alegría. ¡¡CHUUUUPIIII!! Ayyy, ilusos, que sois todos unos ilusos. Pobres ignorantes de la crueldad del español medio. ¿No sabéis que somos tan españoles que lo dejamos todo para el último momento? Si la tienda cierra a las 20:00, pues entro a las 19:58, total, aún están abiertos, ¿no? Eso es así SIEMPRE. Que no os extrañe, chavalitos. Y ahí estás tú, a pocos minutos del cierre, arañando tu libertad, y entra el conocido como PCDMCDUH (o para que nos entendamos, Puto Cabrón De Mierda Cliente De Última Hora). Normalmente, este tipo de cliente sólo está mirando. Es un cliente con mucha seguridad en sí mismo, no se siente amenazado delante de un grupo de personas que le miran fijamente haciendo rechinar sus dientes. Ahí está, tan tranquilo, paseándose y mirándolo todo detenidamente. Como si la cosa no fuera con él (o con ella. Normalmente suele ser ELLA), como si tuviera todo el tiempo del mundo, como si las personas que le miran afilando sus cuchillos y con cara de cabreo trabajaran por y para él y no tuvieran vida más allá del trabajo. Y dejadme que os diga algo, pezqueñines: el cliente de última hora NUNCA COMPRA NADA. Es así. Tengo la firme teoría de que Murphy basó su ley en este inexplicable acontecimiento. Pero, bueno, como dicen nuestros colegas gabachos, c'est la vie.

El cliente se va, todos pegan saltitos de alegría, suenan las campanas y sale confeti del techo. Se descorchan botellas de champán, suena música de los años 20 y la gente se abraza y se besa. Bueno, eso no pasa siempre, normalmente unos terminan de recoger y otros hacen caja, pero oye, qué bonito sería todo, ¿no?

Echas el cierre y pa casa. Has superado UNA jornada de trabajo, eres un machote (o una machota) pero es el primer día de rebajas. Bien, ya sólo te quedan dos meses, ¡¡mucho ánimo!!

Ya hemos completado el cursillo acelerado de "Yo sobreviví a las rebajas", pasad por la oficina y por el módico precio de 250 euros obtendréis el título, válido en cualquier país de la Unión Europea, a no ser que la Merkel diga lo contrario. Lo sé, es un poco caro, pero es que se me ha escacharrao el ordenador y me tengo que comprar otro. Todo sea por la supervivencia del blog, camaradas.

¡¡Felices rebajas!!

Bit.