domingo, 30 de diciembre de 2012

SOS

Hoy he tenido un sueño rarísimo. Alguien me traía un hurón a mi casa porque no podía/quería seguir cuidándolo. ¿Y qué cojones hago yo con un hurón? Pues quedármelo. Era blanco, precioso, muy cariñoso y no se despegaba de mi. Vuelven a llamar a la puerta, otro que me regala un hurón. ¿Qué cojones pasa? Y me despierto.

Me he despertado confusa, con los ojos llorosos y una sensación de amor por esos animales infinita. Nunca he tenido un hurón, ni siquiera me lo he planteado, simplemente no me llamaban la atención antes de mi sueño. Me he levantado y directamente me he metido en google para investigar sobre estos bichitos peludos y monísimos. Y me he enamorado al instante.

Llevo toda la tarde dándole vueltas al asunto. Hace dos años que murió Chispa, la perra más cariñosa y leal que podáis imaginar. Quince años en la familia, muchos momentos, muchas penas y ella siempre ahí para sacarnos una sonrisa. Y en estas fechas me pongo especialmente sensible con estos temas, pues yo también pedí a mi perrita a los reyes cuando tenía cinco años y ellos me la trajeron. Al principio no sabía cuidarla, ¡tenía cinco años! Pero mis padres y mis hermanas me enseñaron a que un perro no es un juguete, es un animal, un ser vivo que tiene necesidades. Que nos necesitan.

Pido un poco de conciencia colectiva. Tu hijo quiere un perrito, un gatito o un rinoceronte, me da igual, pero ten un poco de cabeza antes de comprarlo. ¿Podrás cuidarle? ¿Estás dispuesto a salir de casa cuando llueva para que pasee y haga sus necesidades? ¿A ir un jueves a las doce de la noche al veterinario porque no se encuentra bien y apenas come ni se mueve? ¿A preguntar en cada hotel al que viajes si aceptan mascotas? ¿A conducir despacio para que no se maree y vomite en el coche? Un animal de compañía es aún más delicado que un hijo, pues no tiene la capacidad de hablar, de decir que necesita salir o dónde le duele.

Y por favor, no te gastes un dineral en comprar un animal de compañía. Muévete, infórmate, hay miles de asociaciones y protectoras que se ven desbordadas ante la cantidad de animales que tienen y que necesitan una familia. Perros y gatos de todas las razas. Hurones, jerbos, hasta reptiles y pájaros que son abandonados y que estas asociaciones se encargan de cuidar, alimentar y buscar nuevos hogares.

Quiero hablaros de una que conozco muy bien, Galgos en familia:

http://elrincondelosgalgos.blogspot.com.es/
http://www.facebook.com/pages/Galgos-en-Familia/260923793926970
http://www.facebook.com/refugiogalgosenfamilia.adopciones

Galgos en familia nació del amor y el respeto por estos animales. Los galgos son utilizados, maltratados y asesinados cuando dejan de ser útiles. Son animales nobles, cariñosos y muy listos. Y gracias a la labor de Vera y otros muchos voluntarios que hacen tanto por este refugio, tienen una segunda oportunidad. Son recogidos, cuidados y alimentados hasta que encuentran una familia responsable que se ofrece a adoptarlos.

Sé que no es la tónica del blog, pero me parece algo importante que todos deberíamos tener en cuenta y pensar de vez en cuando. Sobre todo si estáis pensando en ser uno más en casa en estas fechas.

Muchas gracias y un beso enorme. ¡Felices Fiestas!

Bit.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Noches de paz, días de infierno.

Amigos, ha llegado la Navidad. Bueno, en El Corte Inglés llegó hace mes y medio, pero es que esos son unos listillos. Pero sí, la temida navidad ha llegado, con sus cosas malas y sus cosas muy malas.

Entendedme, trabajo en un comercio, y con el paso de las campañas navideñas, aprendes a odiar estas fechas. Pero no es un odio del tipo "ver un papá Noel y matarlo a pedradas" (que ya llegará, calculo que en un par de años), no, es algo más del tipo "me cago en el capitalismo, en el consumismo, en la puta globalización y en el señora agarre usted a su niño, que como lo pille yo le arranco la cabeza". No sé, llamadme rara, pero estar todo el día rodeada de niños malcriados, padres estúpidos y gente impertinente en general, me pone de mala hostia.

Ese "yo soy más importante que el resto, yo tengo más prisa que el otro y tú vas a estar aquí hasta que a mi me de la gana" pues me joden. Yo también soy humana, también tengo una casa y una familia a la que comprarle regalos. Y si tú, hijo de la gran puta, estás en mi lugar de trabajo hasta las nueve de la noche cuando la hora de cierre es a las ocho, pues me jodes. Y mucho.

Me horroriza decorarlo todo. Me horroriza envolver regalos que tres días después me van a volver a traer, en sus divinos paquetes, para cambiarlos por otra cosa. Y lo que más me horroriza de todo es eso, los cambios y devoluciones.

Sí, lo sé, trabajar cara al público es duro, blablabla, todo el año. Pero en estas fechas lo es más. Así que, queridos y queridas (que socialista me ha quedado eso), os quiero pedir un pequeño favor. Cuando estas semanas vayáis a comprar esos regalos para vuestros seres queridos, pensad que la persona que os atiende, que os cobra, que os envuelve los regalos, es una persona como vosotros. Con sus buenos y malos días. Una persona con sentimientos, preocupaciones y responsabilidades. Una persona que a lo largo del día se come muchas broncas, reproches y malas caras de otros clientes. Pensad todo eso, y cuando os despidáis, hacedlo con la mejor sonrisa que tengáis. Quizá eso os parezca una tontería, pero os aseguro que esa persona no lo olvidará y lo agradecerá mucho. Tanto que, cuando llegue a casa, se sentará en el sofá y se lo contará a su familia.

Yo lo haría.

Bit.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Diario de una dependienta en apuros (VIII)

Hoy la tarde ha sido muy aburrida, apenas cuatro o cinco ventas, ningún cliente pesado y sólo una clienta necesitada de logopeda: lo normal en una tarde tranquila.

Pero a eso de las siete ha entrado una señora y ha ido directamente a hablar con uno de mis jefes.

- Perdona que sea tan directa, pero soy así. Yo a ti te conozco, tus padres eran de Alcobendas.
- No, señora, mis padres no han vivido en Alcobendas en la vida.
- Que sí, hombre que sí, vamos, por Dios.
- Que no, señora, ya le digo que no.

Después de discutir buen rato, han llegado a la conclusión de que a los señores que ella conocía eran en realidad los mejores amigos de los padres de mi jefe. Sospechoso, pero de momento bien. Una vez revelados unos datos muy concretos sobre su vida y negocios, mi jefe se ha relajado y ha creído a la pobre mujer.

- Oye, y ahora a ver si me puedes hacer un favor. - Bueno, a ver de qué se trata. -si es que mi jefe es muy confiado, el pobre.
- Es que me han cortado la luz, yo no tengo tarjeta de crédito y sólo puedo pagarlo hoy con una tarjeta por teléfono para que me den la luz antes de las nueve de la noche. Que mira, que tengo el dinero aquí, pero que no tengo tarjeta.

Yo agazapada en un rincón descojonándome viva de la risa, sin parar. Mi jefe con cara de higo sin saber qué decir. La señora intentando timarle, con mucho arte, ¿eh?.

- Justo hoy me pilla si la tarjeta encima, que me la he dejado en casa. -qué elocuencia, qué temple, qué carcajada se me ha escapado.

En ese momento sale mi otro jefe de la oficina hablando por teléfono, ajeno a la que se le venía encima.

- ¿Y ese señor quién es? ¿Tendrá tarjeta para hacerme a mi el favor? -sudores fríos cayendo en cascada por la espalda de mi jefe.
- Ese es...eh...el administrador.
- Ay, a ver si tiene tarjeta que es que sino esta noche sin luz y yo estoy enferma. Que mira, que vengo del hospital, que yo estoy muy enferma y llevo todo el día en la calle dando vueltas porque en mi casa sin luz no se puede estar.

Mi jefe cuelga el teléfono y la señora le expone su caso. A esas alturas de la conversación yo ya estoy completamente roja y con el pipí en la puntita.

- Pero hombre, señora, ¿cómo le voy a dar yo a usted los números de mi tarjeta? Que no, que no, lo siento mucho pero no.
- Vale, pues nada, muchas gracias, ¿eh?

Mi jefe, airado, se da la vuelta y se mete en la oficina.

- Qué desagradable, pues casi mejor que no me haya ayudado. ¿Este señor tiene algo que ver con esto?
- Es el administrador.
- ¿Y le puedes despedir? Porque entonces sí que iba a estar yo contenta, despídele.

Ahí ya no me he aguantado más y he salido corriendo a la oficina, a carcajearme tranquila y a contarle a mi jefe la maldición gitana. A veces mi trabajo me parece realmente divertido y estimulante.

Bit.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

#14N, o la vergüenza naZional.

Acabo de llegar a casa y aún no me lo puedo creer. Supongo que todos estaréis ya enterado de lo que ha ocurrido esta noche por las calles de Madrid. Si no es así, os lo resumo rápidamente: caos, horror, brutalidad policial, barricadas ardiendo y miedo en muchas miradas.

La manifestación estaba tranquila, gente sentada coreando, grupos de amigos de todas las edades y familias con niños. Desde las seis de la tarde hasta las nueve y media de la noche estaba previsto que la gente se manifestara desde Atocha hasta Colón. A eso de las nueve, hemos decidido marcharnos a casa. Mi chico y yo nos hemos despedido de nuestras amigas en Cibeles, pues ellas debían subir Gran Vía para llegar a casa, y nosotros nos íbamos hacia Atocha para coger el Cercanías.

Pero cuando íbamos cruzando por Neptuno se ha desatado el caos. Un grupo de imbéciles (lo siento, no puedo llamarlos de otra manera) han empezado con petardos y bengalas. Como no tenían suficiente, han seguido tirando botellas y piedras a las lunas de un comercio (esquina Paseo del Prado con Neptuno). En ese momento he agarrado a mi chico del brazo y le he frenado. Estábamos en mitad de la plaza de Neptuno, con la policía a nuestra derecha protegiendo el Congreso y la calle paralela, con policía en la esquina del Paseo del Prado donde se estaban produciendo los altercados, con policía detrás y con policía que llegaba en ese momento desde el otro lado de la plaza, ya con las escopetas de bolas de goma en la mano. He sentido pánico en ese momento. Me he dado la vuelta y mi chico ya no estaba, y yo sabía muy bien que eso era una ratonera. Me he quedado al lado de dos policías armados y de unos chicos de prensa. Un disparo, un silbido y una bola de goma a mis pies. Unos de los chicos de prensa la ha cogido, se la ha mostrado a un policía y éste ha sonreído. Qué tontos hemos sido, nosotros no sabíamos que lo peor aún no había empezado, él sí.

He encontrado a mi novio y hemos salido corriendo por uno de los laterales del Paseo. Pero las cargas brutales han empezado, todo el mundo corría. Los rostros de los que corrían a mi lado estaban desencajados por el miedo, intentando comprender por qué un organismo público al que todos pagamos y que se supone que debe protegernos, nos ataca. A nuestro lado se ha parado una señora, con media cara roja. Un pelotazo en la cara. "Señora, por favor, vaya a urgencias a que le mire un médico y le de un parte. Y mañana se va con eso a cualquier comisaría y presenta una denuncia". En ese momento, se me ha caído el alma a los pies.

Después de mucho correr, de mucho estudiar el terreno buscando una salida que no estuviera cortada, hemos optado por pararnos. Sí, nos hemos parado junto a la tapia del Jardín Botánico, como una pareja más a la que todo esto ha pillado por sorpresa. Ya no había gente a nuestro alrededor, ahora había policía. A metro y medio de donde estábamos, un policía se ensañaba con un chico, dándole porrazos a la altura del hombro, hasta que el chico ha podido incorporarse y salir corriendo como si el demonio le persiguiera. Que era más o menos lo que pasaba. El policía se ha girado, y aún con la porra en alto, ha dudado y se ha marchado a pegar palos a otra parte. Patadas, manotazos, porrazos, era el "todo vale" de la violencia más visceral de la que he sido testigo en mi vida.

De repente todo se ha calmado. La policía se ha ido, sin más. Hemos conseguido llegar hasta Atocha y he descubierto por qué. Las lunas del McDonals reventadas a pedradas, incluso con vallas de obra. Las del KFC tampoco han corrido mejor suerte, incluso los vándalos sinvergüenzas e hijos de puta, se han permitido el lujo de entrar a por un extintor. Y no, precisamente no era para apagar la GRAN barricada que han hecho en la calle Atocha. Mi espanto en ese momento superaba mi indignación. ¿Cómo no va a justificar las brutales cargas policiales la señora Cifuentes si resulta que han pegado fuego a TODA la puta calle Atocha? Por eso se ha ido la policía, porque nos hemos deslegitimizado nosotros mismos, pegándole fuego y rompiedo todo lo que encontrábamos a nuestro paso. Pero el baile de fuego ha ido más allá, por toda la calle Embajadores y aledañas.

El resultado ya lo veréis mañana: todos los periódicos con esas fotos en portada, todas esas cifras de dinero público que habrá que emplear en reparar los daños. Y todo por los cuatro imbéciles soplapollas de siempre, que más que ayudar a la causa lo que hacen es quitarnos voz y voto.

Desde aquí, GRACIAS a todos los que habéis hecho que mañana se nos tilde de vándalos tanto en la prensa nacional como la internacional. Todo lo que se ha hecho ya no vale para nada. Sois igual de mierda que esa policía a la que tanto criticáis. Al final sois eso, mierda.

Bit.

martes, 13 de noviembre de 2012

Bitacora Maldito y la última cruzada.

A lo largo de mi (corta) vida, he sido engañada vilmente por la industria cosmética, sometiéndome a su voluntad sin oponer resistencia. Comprando productos inútiles que luego he ido abandonando en el armario de mi baño o en mis viejas bolsas de maquillaje. Pero se acabó, ya no más, he encontrado el Santo Grial.

No, tranquilos, todo tiene una explicación. No soy una persona que se maquille diariamente, de hecho sólo lo hago si voy de etiqueta. No me gusta, me parece antinatural y poco estético. Soy más de un poquito de colorete, lápiz de ojos a lo Audrey y, los sábados cuando salgo de fiesta, algo de color en los labios. Natural y sencillo. Pero parece ser que soy una persona exigente. Concretamente, exijo que la barra de labios no se me haya ido entre que salgo de casa y llego al bar, y que el lápiz de ojos no se me haya corrido o borrado a las 2 de la madrugada.

A ver, los chicos de la primera fila, abandonen el aula, que les estoy viendo los empastes desde aquí. Gracias, caballeros, muy amables. Prosigamos.

Después de muchos años buscando la barra de labios eterna, esa que tanto anuncian, que dura 16 horas, que puedes comer y beber...por fin la encontré. Y no, os aseguro que no es ninguna de esas que anuncian, que las he probado todas. No, no, esta es especial, diferente. Esta me llamó desde su expositor mientras yo merodeaba tranquilamente por los pasillos de un centro comercial. Me llamó, me dijo: "pruébame", y lo hice. Y joder, en serio, ahora soy feliz. Nunca le contéis a mi novio lo que me gasté (joder, era de YSL), porque me deja.

Pero yo seguía cabizbaja, porque aunque mi color de labios fuera eterno y espectacular, el lápiz de ojos se me iba enseguida. Y fue la semana pasada, meses después del hallazgo que cambió la vida de mis labios para siempre, cuando por fin me sentí una mujer plena.

Siempre lo recordaré. Fue un jueves en el que aproveché el rato de comer para ir a hacer unas compras. Un jersey, un par de blusas, un conjuntito sexy para sorprender a mi chico el fin de semana, lo típico. Mis pies me llevaron, de forma puramente inconsciente, hasta la sección de maquillaje. "Bit, no te engañes, no lo vas a encontrar". A mi lado se teletransportó una chica muy maja, maquillada a lo "escopeta de Homer" que me sonreía de tal forma que parecía que se le iba a desencajar la cara entera. Resignada, saludé a la atenta dependienta y le expuse mi pequeño problema, sin ninguna fe en que tuviera una solución. Y como siempre hago, acabé comprando el producto que ella me endiñó. "Otra vez te la han colado, y otra vez que has comprado algo que es una mierda, ridículamente caro y que acabarás abandonando en el armario". Antes de que otra dependienta atenta pudiera interceptarme, me fui directa a trabajar y olvidé el lápiz dentro de una de las bolsas que llevaba. Pero llegó el sábado por la noche y decidí recuperarlo de su destierro dentro de una de las bolsas que seguían ocupando el poco suelo disponible de mi habitación. Y, hablando mal y pronto, casi me cago encima con el resultado. Casi me cago el sábado, casi me cago en domingo y por poco me tengo que cagar el lunes. Resulta que sí, que es waterproof y que no se va. Literalmente, no se va. Después de dos duchas, medio paquete de toallitas desmaquillantes y de casi quedarme ciega con el tónico desmaquillante, seguía habiendo restos del delito en mis ojos. Vamos, que entre la barra de labios y el lápiz de ojos, lo mismo me puedo maquillar el lunes, e ir pintada el resto de la semana.

Ahora mismo los tengo aquí a mi lado, los acaricio de vez en cuando y los beso cuando nadie me ve. Son mis pequeños tesoros, mis secretos. Tengo que cuidarlos bien, porque se que cuando se me acaben y quiera ir a por otros iguales, "lo siento, señorita, pero ese ya no lo fabrican, aunque tengo uno que es igual y que ademas...", que es lo que me pasa siempre que encuentro algo que me gusta y que funciona. En fin, así es la vida.

Bit.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Sushi para dos.

Me gusta vivir donde vivo. Un barrio tranquilo, a las afueras de Madrid, pero te plantas en Sol en 15 minutos. Hay muchos parques, niños jugando a la pelota en las plazas de debajo de sus casas mientras sus madres echan un ojo de vez en cuando desde la ventana de la cocina. Señores mayores que se paran a hablar con cualquiera dispuesto a eschucharles. No sé, un barrio normal, de los de siempre.

Nunca le había visto grandes desventajas, excepto lo de tardar una hora en llegar a trabajar, hasta ahora. No hay restaurantes de sushi que repartan por mi zona. Hay restaurantes chinos, kebabs, incluso algún libanés cutre. Tenemos Telepizza, McDonalds y Burguer King muy cerca. Pero NO HAY UN JODIDO SUSHI BAR CERCA. Y en eso he invertido parte de mi tarde, en localizar un sitio que estuviera medianamente a mano (según Google Maps a unos 5.6 km) y que repartieran por aquí.

Y ahora estoy nerviosa, retorciéndome mientras miro el reloj, esperando que a las 21.15 llamen a la puerta y por fin llegue mi ansiada cena. Porque ni siquiera estoy totalmente segura de que vaya a llegar, y mi chico me ha quitado la custodia del teléfono para que no llame cada cinco minutos preguntando por mi pedido.

No, no estoy loca ni embarazada, QUIERO CENAR SUSHI.

Bit.

domingo, 28 de octubre de 2012

Porque la vida puede ser...estresante.

Buenas noches, niños y niñas. Antes de nada, un consejo: aprended a decir NO y VETE A TOMAR POR CULO UN RATITO, MAJA. En serio, os será muy útil.

Todo empezó hace dos semanas con un inocente "voy a Madrid a pasar unos días con mis hijas" y aún no ha acabado. Sí, mi madre está aquí, y a pesar de que no paramos de discutir y gritar, en el tiempo que le queda libre se dedica a reformarme la casa y la vida. No puedo ponerme un tampón sin preguntarle antes dónde coño los ha metido, no soy capaz de encontrar el papel de cocina ni las tijeras para cortarme las uñas. Agotador.

Y vale, no es que yo sea el adalid del orden, pero al menos soy capaz de saber dónde guardo las cosas y luego (aquí viene lo gracioso) ACORDARME. Porque la señora, con toda su buena fe y sus 40 años llevando su casa, pone cada cosa donde mejor le parece, pero luego no es capaz de recordar dónde. Y ahí vienen los líos.

Por otro lado está mi hermana, la única persona que conozco capaz de dejar a Hitler como un simpático alemán con bigote gracioso. No se soportan, no se toleran, cuando están juntas en casa es necesario (y creo que obligatorio) llevar uno de esos cascos que se usan en las obras. Los objetos vuelan sin una diana concreta y las palabras con capaz de cortar diamantes. Y a mi cada vez se me cae más el pelo.

Y por último mi amado novio, compañero fiel y crítico feroz. Y en medio de todo eso estoy yo, como responsable suprema de todo lo que pasa. Sintiéndome culpable porque mi pareja tenga que convivir con esto y sufrir las manías de su neurótica suegra. Sintiéndome culpable porque no puedo evitar que mi hermana y mi madre se enzarcen en una batalla épica cada vez que pasan cinco minutos en la misma habitación. Y sintiéndome fatal porque no soy capaz de disfrutar unos días con mi madre.

Luego os extrañaréis de que haya entrado en un cortinglés con una escopeta de caza y haya matado a todas las de "¿No quiere probar una muestra de Eau de cacá?". Y claro, mis vecinos siempre dirán eso de "Siempre saludaba".

Bit.

jueves, 4 de octubre de 2012

Vuelta al cole.

Esta semana ha comenzado mi particular vuelta al cole. Después de una merecida semana de vacaciones, me ha tocado volver a la rutina de una forma un tanto estresante. No ya sólo por la vuelta al trabajo, sino porque durante mis últimos días de vacaciones, mi adorado paraíso al que suelo llamar casa, ha sido arrasado por un auténtico ciclón al que suelo llamar hermanas.

Sí, no hay nada más estresante a la vuelta de vacaciones que encontrarte tu casa llena de gente. Divertido, sí, pero estresante. Maletas hasta en la bañera, la nevera a reventar de comida que, de hecho, ya está empezando a caducar y el sofá overbooking total. Pero son mis hermanas (y sus respectivos acompañantes) y los tengo que querer.

Pero ya estamos a jueves, y todo ha vuelto a la normalidad. Relativamente. Una de mis hermanas trajo una maleta demasiado grande para "tres o cuatro días". Vamos, que se queda. Que este fin de semana me toca hacer sitio en el armario. Y yo que pensaba que eso era una leyenda urbana, una mierda para mi. En fin, ahora somos tres.

Pero volvamos a lo de la vuelta al cole. El trabajo. Mi apasionante y glamuroso trabajo. Uy, con esta carcajada seguro que baja la vecina a pedirme que me calle. No, en serio, mi trabajo. La verdad es que estaba preocupada porque mi jefe no me llamó en toda la semana. Creo que por fin, a sus 64 años, ha descubierto cuál es el agujero por donde mea y ya no le hago falta. Volví el lunes muerta de miedo por la cantidad indecente de trabajo que me esperaba. En mi empresa el concepto "vacaciones" es algo así como "tú vete, pero cuando vuelvas tendrás que hacer todo lo que hubieras hecho en esa semana de trabajo, aunque tengas que dormir aquí", pero como es demasiado largo, lo llamamos vacaciones. Mucho más cómodo. Pero para mi sorpresa, no fue así. Todo estaba hecho, apenas tuve que hacer un par de llamadas. Maravilloso.

La semana no podía ir mejor, apenas he tenido trabajo ni pufos que solucionar. Y hoy jueves, casi fin de semana. Pero no todo es perfecto, para nada. Hoy ha sido EL DÍA.

Me he levantado algo tarde, y entre pitos y flautas he acabado saliendo de casa sin desayunar y con el pelo a lo Michael Jackson pero en rubio. Un desastre. Llego al trabajo, me pongo a solucionar problemas técnicos con mi jefe, un par de llamadas y demás. Lo típico. Excepto porque el teléfono no ha dejado de sonar. Literalmente, no ha dejado de sonar en toda la puñetera mañanita. Meucci, te odio.

Pero el punto ágido ha llegado por la tarde. Y todo gracias a una señora, por llamarla de algún modo, altanera, borde, prepotente y maleducada a la que, con mucho gusto, hubiera cogido del pelo con sus carísimas mechas y la hubiera estampado contra el mostrador. Y sin inmutarme. El sexo es vida, señora, practíquelo.

Después de unos 30 cigarrillos y un cáncer de pulmón, he salido de trabajar, me he montado en el coche y he vuelto a casa. Agotada, cabreada, hambrienta y con muchas ganas de meterme en la cama. Un día más.

Bit.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Estoy hasta los cojones.

Buenas noches, niños y niñas, estoy hasta los cojones. Así, sin más. Hasta los cojones.

"Uy, qué alterada vienes hoy, Bit". No, alterada no, hasta los cojones. ¿De qué? De la gente. "Ya, bueno, pero es que eso es lo que dices siempre". Sí, lo sé, como argumento no es muy novedoso, pero me da igual. Es la simple y pura verdad. No me hace falta ningún estudio por la universidad de Harvard para saber que, cuanto más haces por alguien y cuanto más te esfuerzas por facilitarle la vida, más te jode. Y más grande es la caída.

A estas alturas, y conociendo bien al personaje en cuestión, lo que no me explico es cómo no me lo he visto venir antes. Bit tonta, Bit ingenua. Ya, vale, lo sé. Pero es mi forma de ser, no puedo evitarlo. Ese gran defecto que es pensar que todo el mundo tiene dos dedos de luces y va a hacer lo más lógico. Pero no, la gente es más tonta, más imbécil y más vaga. Y claro, luego pasa lo que pasa.

Pero no todo queda ahí, no todas las decisiones y acciones de una persona le perjudican sólo a él mismo. No, pensemos un poquito. Vuestras acciones (y las mías, que yo no soy precisamente un ejemplo a seguir, ojo) directa o indirectamente tienen consecuencias sobre los demás. ¿Tanto cuesta pensar un poco en cómo lo que hagamos puede influir en el resto? ¿Tanto cuesta pensar que si, por ejemplo, dejo el coche en doble fila y me voy media hora, puedo joder a alguien que tiene prisa por sacar el coche? Es sólo un ejemplo, si alguien me deja encerrado con el coche, lo apuñalo y listo. Por imbécil. Por mierda seca.

Me encanta esa expresión: mierda seca. Contundente. Certera.


Bit.

lunes, 27 de agosto de 2012

Literatura veraniega y otros quiero y no puedo.

Buenas noches, blancas flores. Esta vez no pondré una mala excusa, simplemente es verano y me gusta tirarme a la Bartola. Y a mi chico, cuando se deja.

Entre paliza al sofá y paliza a la cama, he tenido tiempo de leer cualquier cosa que se me ha pasado por las manos. Unas me han sorprendido, con otras he llorado, y con alguna he querido hacerme el harakiri en la puta Puerta del Sol.

Bajo el edredón (Marian Keyes): Qué queréis que os diga, hasta en un libro de artículos esta mujer me encanta. Libro de artículos y otros relatos inéditos, muchas experiencias de la autora que luego plasma en sus libros en la piel de sus personajes. Y el consultorio de mamá Walsh. Maravilloso.

Maggie ve la luz (Marian Keyes): Otro de las hermanas Walsh, muy divertido, fresco y adictivo. Me recuerda esta familia tanto a la mía, que hasta me asusto. En serio, es que no conocéis a mi familia.

Dime quién soy (Julia Navarro): Pues yo tenía mis reticencias con este libro, por todo el bombo que le han dado, pero un día lo vi en el ebook de mi chico y me dije "Venga, Bit, una oportunidad, que encima no tienes nada a mano para leer ahora" y la verdad es que me enganchó. Inclusó me emocioné en algún momento (que yo soy de lágrima fácil y risa floja, ojo), pero nada, al final la cagó. ¿No os ha pasado nunca eso de estar leyendo un libro que os gusta y de repente, en las últimas 20 hojas parece que la editora le metió prisa al autor y lo acaba así de forma chunga deprisa y corriendo? Pues a la Navarro le pasó y la cagó.

Los pilares de la tierra (Ken Follet): Que sí, que es un clasicazo. Bit, cómo coño no lo has leído aún, es que eres un desastre. Sencillo, no lo he leído porque es un tochazo de libro y no quiero que me salga chepa antes de tiempo por ir con eso en el bolso. Pero ya que le he robado el ebook a mi chico, pues me lo bajé y me lo leí. El principio no engancha mucho, pero luego...en fin, qué decir. Que me ha cambiado la vida y la idea que tenía de que un pelirrojo no puede ser sexy. Adictivo, a veces pesado por las descripciones arquitectónicas, pero una maravilla.

Un mundo sin fin (Ken Follet): Y como me quedé tan impresionada, pues me dije "Venga, a por el segundo", y la verdad es que creo que me ha gustado más. Más adictivo aún que el primero, me ha emocionado mucho más y he llegado a llorar de rabia por la pobre Caris. En serio, qué vidas más chungas llevaba la gente, qué suerte tenemos.

El tiempo entre costuras (María Dueñas): Me lo recomendó la chica del Círculo, pero me daba pereza. Había leído muchas críticas sobre el libro, y yo es que de las críticas como que no me fío un pelo. Pero nada, Another y Sart me lo regalaron para mi cumpleaños, así que me lo leí. Y no hay día en que no les de las gracias de todo corazón. Me he reído a carcajadas, y he llorado en algunos puntos. Pero sobre todo, me ha encantado cómo retrara Tánger y Tetuán. Es que la tierra, tira. Muy recomendable, y se lee en dos días.

El juego del ángel (Carlos Ruiz Zafón): El primer harakiri. Mi novio me dijo "Bit, no seas tonta, no te lo leas, que no merece la pena", pero como soy más cabezona que Bush buscando bombas de destrucción masiva, me lo leí. Me maldigo cada día por ello, por las mañanas me escupo en el espejo y me hago cortes en las piernas por lo mucho que me odio. En serio, ¿quién coño es el camello de este tío? ¿Quién coño es el puto editor que decidió publicar semejante bazofia y pintarlo de best-seller? ¿Por qué no me hago caso cuando me digo que no me leo un puto best-seller más? En fin, una mierda infumable que parece que va a remontar en algún momento pero no remonta. En serio, nunca más.

Cincuenta sombras de Grey (E.L.James): Otro best-seller. ¿Veis? No aprendo. Bueno, debo decir que iba con más reticencia aún, me leí por encima el argumento y enarqué una ceja que ya quisiera Mr. Bean. Pero mi querida Dailara me incitó a ello. En serio, yo no quería, pero no sabía qué más leer y como, mirando por ahí, vi que a algunas bloggeras con (¿buen?) criterio literario les había gustado, allá que fui. Novela pseudorromántica pseudoerótica que no es ni una cosa ni la otra. Como ya han dicho otros antes que yo, novela para cuarentonas desesperadas que buscan unos azotes y palabras soeces. Para mí, una mierda aburrida. En algún momento crees que va a llegar la acción, que va a pasar algo interesante, pero te dejan con la paja a medias.

Este ha sido mi verano literario. Ahora, como estoy profundamente deprimida por mis dos últimos fracasos, me he empezado Los ojos amarillos de los cocodrilos, otro best-seller. No, es que yo no aprendo. En fin, deseadme suerte, mamones.

Bit.

sábado, 4 de agosto de 2012

Te quiero, herr.

Lo sé, prometí hablar de mi viaje a Londres. Lo sé, no lo he hecho. Pero como compensación, lo haré de manera diferente.

En Londres hay dos personitas muy especiales para mi. Las dos están lejos de casa, con ese tiempo infernal y deprimente, con coches que van al revés y con paquetes de tabaco a 7 libras. Pero deben estar allí porque aquí no encuentran trabajo.

Una de ellas, Bob, es una puta oveja descarriada, capaz de adaptarse a cualquier cosa, y con una sonrisa y una mala follá capaz de iluminar tres campos de fútbol.

Pero la otra, mundialmente conocida como "herr", es una persona de bondad infinita que echa mucho de menos su hogar. Lo siento, Bob, hoy voy a hablar de herr.

Herr es la persona más buena que he conocido en la vida. En serio, es buena buena buena, tan buena que a veces parece tonta. Herr lo está pasando mal, está lejos de casa, y aunque tiene a Bob allí, otro pilar fundamental ha vuelto a España y ella está triste. Trabaja sin cesar, nunca dice que no cuando le pides algo de corazón, y es una fiestera de cuidado. Intenta sonreirte siempre, aunque esté a punto de echarse a llorar.

Herr ha renunciado a la comodidad de su cama cuando el valenciano y yo irrumpimos en su casita un frío día de verano (sí, sí, os lo juro, FRÍO DÍA DE VERANO, como os lo cuento) y estuvo pendiente en todo momento de que no nos faltara de nada. Herr es una persona increíble, y por supuesto, la sonrisa más bonita que vais a ver en vuestra vida.

Herr, sé que te encanta mi blog, y sé que ahora mismo estás mal, por eso escribo esto, una tarde de sábado después de una buena siesta y de merendar un gofre. Quiero compartir contigo otra vez estas tardes de sábado, quiero invitarte a cenar, y luego demostrar que soy la mayor bebedora de cerveza de la familia. Quiero que me hagas trenzas, y reirnos hasta casi mearnos encima. Quiero que vuelvas por tu cumpleaños, salir de compras y acabar de bares.

Herr, quiero que sepas que, esté donde esté, siempre voy a estar ahí para ti, y que mi casa siempre será tu casa, y que si tenemos que echar al valenciano de la cama para dormir juntas, ni lo dudo.

Herr, quiero que sepas que te quiero, de manera incondicional, de manera que sólo dos hermanas pueden quererse y apoyarse.

Nos vemos en septiembre.

Bit.

martes, 17 de julio de 2012

Pesadilla

- Lo siento.

Se levantó, besó su frente y se marchó. Ella no podía moverse, no podía respirar, no se lo creía. Pasó horas en la misma posición, fumando, pensando y llorando sin emitir sonido alguno. "Lo siento", esas habían sido sus últimas palabras, su única explicación. Todo se había acabado y ella aún no sabía ni por qué. Miró a su alrededor y su angustia se hizo aún mayor. Sus libros colocados de cualquier forma en la estantería del salón, una foto de sus primeras vacaciones juntos, el cuadro apoyado en la pared que él nunca había tenido tiempo de colgar y que ya formaba parte de la curiosa decoración del salón. Se levantó secándose las lágrimas y deambuló por la casa admirando todo como si fuera la primera vez. Unos calcetines horribles junto al cubo de la ropa sucia, una nota olvidada junto a la nevera escrita por él. "Compra huevos, esta noche ¡creps!" ¿Qué importaban ya las malditas creps?

Volvió arrastrándose al sofá y se tapó con la manta. Oh, no, aquella manta se la había regalado la primera navidad y era su favorita. Aún olía a él, y eso le dolía. Siguió llorando toda la noche, hasta que llegó el día y le recordó que tenía que volver a su rutina, esa que tanto le gustaba. Con los ojos hinchados se levantó del incómodo sofá que ya nunca cambiarían, se dirigió al baño como una autómata y se duchó. Se vistió y se maquilló para tapar sus ojeras, pero sabía que no podría engañar a nadie, era demasiado transparente. ¿Cómo había sucedido? Eran felices, ella lo sabía, todos lo sabían. Cuando alguien le preguntaba si era feliz, ella se limitaba a sonreir y a mirarle a él llena de ternura y amor. ¿Desde cuándo había estado engañada pensando que él sentía lo mismo? "Lo siento", esas dos palabras se clavaban en su mente haciendo que se retorciera de dolor a cada segundo. "Lo siento", "lo siento", "lo siento". ¡Y una mierda! Ése era el problema, que él ya no lo sentía.

Pero la vida sigue para todos, nos guste o no. Al principio no hubo llamadas, ni mensajes, ni nada. Él parecía haberse esfumado, no sabía ni dónde estaba, ni qué hacía, nada. Estuvo tentada durante meses a presentarse en su trabajo, aunque sólo fuera para verle en la distancia, pero sus amigas, leales e incluso agresivas, se lo impedían. Hasta que dejó de ansiar verle, saber de él, pensar en él. Se limitaba a ir temprano a trabajar y salir tarde, y los pocos ratos ociosos que tenía los empleaba en salir a emborracharse con cualquier excusa. La vida sigue.

Aquel día llegó a casa pronto, su jefe había salido antes de tiempo y ella se las ingenió para salir antes de su hora, tenía mucha ropa por planchar y esa noche echaban una buena peli en la tele. Entró en el portal y fue hacia el buzón, a sacar toda la propaganda antes de que el buzón dijese "ya no más" y acabara arrancando la puerta. Agarró los sobres y panfletos y un trozo de papel arrugado se deslizó lentamente hasta el suelo. Lo recogió sin mirar y subió a casa, dispuesta a introducirse en el maravilloso mundo de los sillones de masaje, las enciclopedias encuadernadas y los relojes de oro a precio de Casio. Se tumbó en el sofá y entonces fijó su mirada en el papel arrugado. Un mal presentimiendo se apoderó de ella, y con una mezcla de temor y curiosidad lo abrió lentamente. "¿Sólo te dije lo siento? Siempre he sido un imbécil, hasta para eso. Te llamo esta noche a las diez. P."

El corazón se le aceleró y sus ojos se clavaron en ese reloj tan freak que ella le compró una de las primeras veces que discutieron. Quedaban 15 minutos para la hora señalada. Se encendió un cigarro, luego otro, y otro más. ¿Qué debía hacer? Antes de poder pensarlo, el teléfono sonó. Era él.

- Hola.
- Hola.
- Pensaba que no lo cogerías.
- Yo también pensaba que no lo iba a coger. 
- ¿Cómo estás?
- ¿Tú qué crees? Me abandonaste sin darme siquiera una explicación.
- Tenía que hacerlo, en ese momento pensé que era lo mejor para los dos.
- ¿Y ahora?
- Sigo pensando lo mismo.
- ¿Y por qué me has llamado?
- Que piense lo mismo no significa que esté orgulloso de cómo lo hice. Lo siento.
- No vuelvas a decir esas dos palabras. No tienes ni idea de cuántas veces te he recordado diciendo eso mismo, ni te imaginas el dolor que me provoca el volver a escucharlas viniendo de ti.
- Yo...
- No sabes nada, Jon Nieve.

Ambos sonrieron, con tristeza y añoranza, por lo que fueron tiempos mejores. Quedaron en verse para hablar una semana más tarde en un café en el que nunca habían estado. Ella quería evitar evocar algún recuerdo, ahora que estaba claro que todo había acabado. Por fin.

Llegó 10 minutos tarde, ya estaba harta de ser puntual. Él la esperaba en una mesa al fondo de la barra. Sonrió, y pareció que sus ojos se iluminaban. Pidieron dos cafés, y hablaron un rato del trabajo, pero no estaban allí para eso, y conforme se acercaba el momento, el ambiente se enrarecía.

- En cuanto tenga espacio donde meter las cosas iré a casa a recoger todo. Hay algunos libros que necesito.
- Vale, está bien. ¿Puedo pedirte algo?
- Claro, adelante.
- Me gustaría quedarme con tu sudadera de las tortugas.
- Sabes que es mi favorita.
- Pero también es mi favorita. 
- Vale, está bien.
- Gracias. Llámame cuando vayas a venir, no quiero estar allí cuando lo recojas todo.

Sin decir nada más, se levantó y se fue. Salió a la calle y aspiró profundamente. Su mano temblorosa buscaba el paquete de tabaco dentro del bolso. Se alejó rápidamente de la cafetería, paseando sin rumbo por las calles de aquella ciudad que un día había sido extraña para ella, pero que él la hizo suya. Le había enseñado todo sobre aquella ciudad que adoraba, y ahora volvía a sentirse extraña allí. Ya no tenía nada que pudiera atarle a aquella ciudad. Quizá se marcharía, quizá empezaría una nueva vida en otro lugar. O quizá ya estaba tan enamorada de esa ciudad como lo había estado de él. Se detuvo frente al paseo marítimo y se sentó en un banco. Y lloró.


Despertó sobresaltada, temblorosa y con el cuerpo empapado en sudor. Estaba llorando y las sábanas se le habían pegado al cuerpo. Sentía el calor de la cama, pero tenía frío. Se volvió confusa y tropezó con algo, un cuerpo inerte acostado a su lado. El corazón le dió un vuelco y alargó la mano como si de un espejismo se tratara. Él dió un respingo y la miró extrañado.
 
- Pequeña, ¿estás bien? - ella no pudo reprimir una sonrisa, y besó tiernamente sus labios.
- Estoy mejor que nunca.

Se abrazaron y volvieron a tumbarse en la cama, acurrucados. Todo había sido una pesadilla.

viernes, 6 de julio de 2012

Diario de una madrileña en Mallorca. Basado en hechos reales.

Bueeeenos días, niños y niñas, ya estoy de vuelta. Más o menos, porque me ha faltado tiempo para huir de Madrid y venirme a tierras valencianas. Peeeero, como yo soy mu güena persona y pienso mucho en vosotros, os he preparado un pequeño regalito. Sólo necesitáis unos 500 euros y au, a disfrutar.

El regalo es, ni más ni menos, que una guía sobre Mallorca, de donde acabo de venir más roja que negra y con 3 kilos más (y no precisamente de equipaje). Esta mini guía, de hecho, la vamos a hacer entre el valenciano y yo, él con comentarios en cursiva. Som-hi.


Llegamos el primer día, uno de julio (como los catetos) al aeropuerto de Palma. Una jartá de gente, todos muy rubios, muy altos y muy guapos. Os lo juro, por más que la busqué no encontré a la Klum. Vamos a recoger el coche, y bueno, en pocas palabras, EUROPCAR HIJOS DE PUTA. Ahí se atraganten con mi dinero, se lo gasten en tabaco y les salga un cáncer. Bien, así me gusta, todos atentos. Sigamos.

Nos montamos en el coche, brum brum, este coche es una mierda, (voy a enviar cartas bomba al diseñador del Nissan Micra), brum brum, aquí la gente conduce peor que en Madrid que ya es decir, brum brum, hemos llegado. Primera parada: Hostal Mar del Plata en S'Arenal. Lo sé, no me peguéis, no me llaméis cateta ni nada de eso, era barato, ¿vale? Un sitio limpio, con una gerente loca y vecinos alemanes muy majos. Recomendable un 6 sobre 10. Muy buena relación calidad-precio para ser s´Arenal, y ya sabéis, sitio dormitorio, a menos que queráis beber con niños alemanes deseando follar mientras se pegan con un policía.

Después de asearnos, dejar las maletas y demás, a comer. Cogemos el coche, más improperios pero llegamos por fin a nuestro destino. Ahí lo teníamos, ante nosotros, un puerto náutico (vaya ideas las de mi suegro, más majo el tío, pero vaya ideas), un restaurante moderno-chic, pero de buen comer. Os hablo del restaurante Sa Cantina, en El Toro. La ensalada de queso de cabra un 10 (y eso que yo con las ensaladas de queso de cabra soy exigente, ¿eh? pero muy rica) y luego pa amb oli de jamón y queso. Para 7 personas está bien, para mi fue mucho. Pero joder, qué jamón, madre mía. Tremendo, un platazo "pijo" que casi no puedo acabarme por 10 pavos.

Rumbo a Palma otra vez, unas compras por el centro y a coger sitio para ver el partido. Y os juro que me enamoré. Muy cerca de la plaza de las tortugas (creo que realmente es la Plaça Joan Carles I, pero como soy guiri yo tiro para lo popular, que así nos entendemos todos), encontramos la Bodega Bellver (si pincháis os manda a su página en Facebook, muy cuqui todo). Me enamoré, en serio, sin más. Una bodega que desde que abrió es así, tal como la encuentras ahora. Un sitio pequeño, abarrotado de botellas de vino polvorientas y miles de recuerdos. Y qué coño, que el dueño pasaba un kilo de todo y te mandaba a abrir las neveras y servirte tú mismo la cerveza. ¿Es o no para enamorar? Un 15 sobre 10, sin dudarlo. Repetiré. ¿Quieres cervezas? Te levantas y las coges. Con confianza. Sin esperas ni buscando la disponibilidad del camarero. Un sitio genial.

Segundo día, cogemos el coche y nos vamos hasta Colonia Sant Jordi, a tomar un poquito el sol y a comer por ahí. La playa muy chula (Es Trenc, que vamos a decir... buscad fotos de la playa los que no hayáis oído hablar de ella), turisteo y demás, pero tranquila, limpia y no demasiado masificada. Si queréis comer por allí, nosotros fuimos al bar Jayda. La comida no es nada espectacular, pedimos escalope con patatas y ensalada y una pizza (rica rica) (jamón serrano, rúcula y setas, cojonudo para un snack bar), pero el servicio es estupendo. Acostumbrada como estoy a los restaurantes y bares en Madrid, casi lloro con el chico que nos atendió de lo amable, correcto, educado y atento que fue con nosotros. Si vais de mi parte dejad buena propina, cabrones. Y aquí la rubia se pimpló varias copas de vino blanco que le gustaron mucho pero como es lógico ya no se acuerda. Glu glu glu, ya sabéis.

Por la noche, mi adorada cuñada Ana nos recogió en el hostal y nos llevó (no sin cierta dificultad, pero el viaje fue muchas risas) a un sitio precioso, con unas vistas muy chulas y un ambiente super relajado. Hablo de El Peñón. El vino debo de decir que era delicioso, lo que me preocupa es habérmelo bebido todo y que no lo podáis catar, y la comida muy rica. Chipirones, lágrimas de pollo con una salsa muy rica y revuelto de setas (ÑAM). Muy bonito, ideal para llevar a cenar a la churri, puto vago de mierda.

Un poco de resaca al despertar, pero nada que no pueda arreglar una buena comida (jijiji) y un poco de playa. Ah, y la comilona (jujuju) (vale, ya paro) (lo siento) (¿besis?). Otra vez Es Trenc. Sin palabras, en serio. Playa preciosa, agua limpia y arena blanca. Por no decir que es kilométrica. Una pasada, acostumbrada que iba yo a las playas de Torremolinos (sin acritud, chatis, que os veo). Comimos en el Bar Restaurante Grill Ses Covetes, en Ses Covetes (que no es por repetirme, que eso pone en la tarjeta, os lo juro). Croquetas de espinacas y gambas (un acierto) y parrillada de marisco para dos. Dos-cientos, que se olvidaron de poner eso en la carta. Me cagondeu si cabía una vaca pequeña en la fuente: Calamares, mejillones, almejas, chipirones, rodeada toda la fuente de langostinos, y sobre una base de filetes de merluza. Vino rosado de la tierra y gatitos comilones bajo las mesas. Muy playero todo.

Luego cena en ca mi suegro, no os doy la dirección que os jartáis, mamones.

Y para celebrar el último día, nada de playa, todo turisteo. Nos montamos en el coche, brum brum y a Banyalbufar. Pueblo precioso, camino al pueblo precioso, cabras salvajes en mitad de la carretera, todo muy bonito. Recomendación 100 sobre 10 al restaurante Bellavista (esta chica, que es de letras) (efectivamente, MUY BELLA VISTA desde la terraza). Comimos de lujo y nos trataron mejor aún. Mención especial a la ensalada Tramuntana (queso de cabra, tomate, compota de manzana, caramelo, fresas, naranja y creo que debajo de todo eso había algo de lechuga) y luego muy ricos también los spaguetti con gorgonzola, rúcula y nueces y los tallarines con salmón. Lo mejor que comí en la isla, quitando las cochinadas reglamentarias hehehehehehehehe. Una pasada que yo no pude terminar. Precio espectacularmente barato y ya os digo, el trato impecable. Sale como un Foster's de precio, pero con diferencia lo mejor que hayáis comido nunca.

Para bajar la comida, de compras a Valldemossa. Si váis, las féminas de mi blog tenéis que ir a la tienda Kukadas, bisutería super original y bastante bien de precio, yo arrasé. Los chicos también podéis ir, os dejo mi dirección postal y me mandáis algo, que me supo a poco.

Sólo decir que esa noche cené un Big Mac porque os juro que estaba petada de comida. En serio, no me reconozco.

Y nuestro último día en Palma, triste a más no poder, ultimando compras y a comer de tapeo en la Taberna El Burladero por callejuelas de Jaume III. Un sitio en pleno centro, ni caro ni barato, pero con tapas muy ricas y vino de la tierra (me he hecho experta en vino mallorquín, aquí donde me veis). Pedimos muslo de pato con albaricoque (ñam), huevos estrellados con jamón y croquetas de jamón con setas. Una pasada. Y pa bajar, brownie con helado (chocodelicioso). ¿Somos o no gordos?

Carrera contrarreloj para hacer las últimas visitas y al aeropuerto. Mención especial a @BitxoMaloMalote y compañía, me encantó conoceros y espero que nos devolváis la visita.

Llegué pedo al avión y cansadísima a Madrid, pero el viaje mereció la pena.Ya os contaré qué tal la visita a mis herrs a Londres. Muchos besitos. Yo me llamo Ralph.

Bit.

martes, 12 de junio de 2012

Diario de una dependienta en apuros (VII)

De verdad, tengo que reconocerlo, la gente me fascina. Matizo: me fascina y no por nada bueno. Me fascina hasta el punto de asquearme, de sentirme avergonzada de pertenecer a la misma especie que esos tipos y tipas que cada día me sorprenden con sus faltas de respeto, su arrogancia, su poco apego a la sociedad en la, que les guste o no, viven.

Pero vamos al grano. Llevo un par de días dándole vueltas a un post sobre el respeto (más bien la falta de) y la educación (mala, por supuesto) por un incidente ocurrido el domingo en un bar que relataré más adelante. Pero no sé, no me decidía a hacerlo porque igual me llamáis exagerada o paranoica o algo de eso. Pero por un incidente ocurrido hace apenas una hora, me he dicho "joder, Bit, o lo sueltas o acabas tú en comisaría" y aquí estoy.

Estaba yo trabajando tranquilamente, atendiendo a una pareja muy amable de mi edad y bromeando sobre algunas cosas cuando he visto entrar a una señora. Me ha extrañado, pues sin saludar se ha dirigido directamente al escaparate y ha empezado a sacar unas botas y un bolso. El escaparate se ve desde dentro de la tienda y es fácil sacar cosas de él, pero no sé, igual soy muy rara yo, cuando voy a una tienda espero que sea la dependienta la que saque las cosas del escaparate, ¿no? Bueno, me he disculpado con la pareja y he ido directa a la señora.

- ¿Le puedo ayudar en algo? - he dicho más que perpleja porque la tía ni se ha inmutado, lo ha visto perfectamente normal.

- Ah, no, es que quería ver el bolso ese que tiene en el escaparate.

Se lo he enseñado, muy educada y amablemente, aunque por dentro la estaba poniendo a parir, por caradura. Pero me he percatado que a parte del bolso ha sacado una bota de piel de un par que tengo expuesto. No le he dado mayor importancia, he estado asesorando a la señora sobre los diferentes bolsos y ella se ha decidido por uno. Era para regalo, así que he ido al mostrador a envolverlo mientras ella seguía curioseando. Pero como soy de naturaleza desconfiada, a través de una cámara de seguridad la estaba vigilando. Y joder, soy la pera, ¡tenía razón yo! La señora ha cogido la otra bota del escaparate y se las estaba metiendo en el bolso.

Completamente perpleja, me he acercado a ella y la he pillado con las manos en la masa: apoyada en una caja estaba metiendo a presión las botas en el bolso. Me ha mirado como si eso fuera lo más normal y ha seguido a lo suyo.

- ¿Qué hace? - he contestado educadamente, aunque un "loca de mierda, deja las putas botas y sal de mi tienda inmediatamente si no quieres que me haga unas iguales con tus trompas de falopio" estaba intentando salir de mi boca. Obviamente, me he podido controlar.
- Ah, es que me quería probar las botas.
- Ya, metiéndolas en su bolso, ¿no? - en serio, soy rubia pero, ¿tan tonta parezco? ¿La tía puta esta se cree que me lo iba a tragar?

Momento de tensión, amenazo con llamar a la policía, la tía se me pone chula. ¿Perdona? TE HE PILLADO ROBANDO, AÚN TIENES LAS PUTAS BOTAS EN EL BOLSO, NO SOY IMBÉCIL. En fin, que la gente no tiene dignidad, ni vergüenza ni respeto por la inteligencia ajena. Que me parece una desfachatez enorme lo que ha hecho, decirme que se las iba a probar. No sé, en ese momento me he sentido estúpida, irritada y capaz de matar.

Y una vez explicado lo que ha pasado hoy, os voy a explicar lo que pasó el domingo. A ver, que yo no tengo estudios, que soy una curranta y nada más, pero tengo mucha más cultura, educación, respeto y dignidad que toda esta gentuza. Y realmente me repatea.

El domingo teníamos una resaca horrible, pero nos fuimos a La Latina a tomar unas cañas por la tarde porque había venido una amiga de Galicia y no íbamos a pasar la tarde metidos en casa. Al llegar, recordamos que había partido de España, y nos metimos en un bar a verlo. Las mesas estaban reservadas para la gente que iba a comer, y como nos habíamos tomado un aperitivo y nada más, pedimos unas birras, unas raciones y unas tostas. Y ahí estábamos, el bar petado de gente y nosotros cómodamente sentados. Como señores.

Cuando el partido llevaba unos 20 minutos, un chico se sentó en mi parte del banco, a mi lado. Le miré estupefacta, y YA SENTADO me preguntó que si podía sentarse. Estaba molesta por ese comportamiento, así que con una cara de asco le contesté algo así como "no sé para qué preguntas si te puedes sentar cuando ya te has sentado", y le ignoré. A los 10 minutos o así el tío se levantó y se fue, por supuesto sin despedirse y sin dar las gracias, vamos, nada.

Pasados unos minutos yo ya estaba con un humor de perros entre eso, las vuvuzelas (o como coño se llamen) y la resaca. Atónita, veo que un colega del mencionado anteriormente, hace lo mismo, se sienta, me mira, me pregunta que si molesta, y como yo no decía nada, sino que le miraba como si estuviera viendo a un fantasma, hace una mueca de asco y sigue a lo suyo. Ahí ya me enfadé. Él me dió la espalda, pero seguía sentado a mi lado. Me pareció el colmo. Empecé a llamarle maleducado, grosero, sinvergüenza, todas las cosas que se me ocurrían en ese momento. Él hacía como que no me oía, sólo me daba la espalda y miraba a su grupo de amigos, que le decían que yo le estaba mirando con mala cara, que estaba hablándole, y que se levantara. El tío se levantó sin decir nada y se fue para afuera.

Una vez más me volví a sentir una mierda, como si fuera inferior al resto, como si no tuvieran que respetarme. Qué queréis que os diga, la esperanza es lo último que se pierde, pero lo que DEBERÍA ser lo último en perderse es el respeto y la educación. Me sorprende ver a gente tan despreocupada sobre los perjuicios que puedan causarles a otras personas, el lema ese de "yo hago lo mío y a quien moleste, que se joda" me parece que es volver a cuando éramos salvajes y vivíamos en cavernas. Me duele ver que algunos siguen comportándose así. No, hay gente que sencillamente NO ESTÁ PREPARADA PARA VIVIR EN SOCIEDAD, y encima los demás tenemos que aguantarlos.

En fin, siento la chapa de hoy, pero necesitaba desahogarme y...en fin, ese era el propósito de este blog, ¿no?

Besos. Bit.

lunes, 11 de junio de 2012

And the Oscar goes to...¡¡¡BIIIIIIIIIIIIT!!!

Oh, gracias, gracias, muchísimas gracias a todos de verdad, no me lo esperaba y...¡estoy sin palabras! En primer lugar muchas gracias a mi editor (¿Qué? ¿QUE NO TENGO EDITOR? ¿A qué estáis esperando para buscarme uno? Que si hasta Ana Rosa Quintana tiene uno, ¿por qué voy a ser yo menos? Ah, que Ana Rosa ni siquiera lo escribió, vale vale, sigo), muchísimas gracias a toda la gente que me lee y me sigue, y sobre todo a mi familia y a mis amigos, sin ellos no hubiera sido posible todo esto.

Bueno, vale, no me han dado un Oscar, actuo peor que Penélope Cruz, pero oye, ¡¡que me han dado un Liebster!! Es el primer premio que recibo por mi blog (vale, es el primero que recibo en mi vida, joder, qué puntillosos que sois) y la verdad es que me ha hecho muchísima ilusión. Y no, no le tengo que dar las gracias a mi editor (y no es porque no tenga), las gracias se las tengo que dar a Lu porque ha sido ella la que, con MUY buen criterio, me ha dado este premio. Guapa, más que guapa.



¿En qué consisten los premios Liebster?
Son una iniciativa destinada a promocionar pequeños blogs, en cuanto al número de visitas se refiere, a través de una cadena de premios simbólicos que los propios bloggers otorgan. Es decir, cada blogger que recibe el premio en reconocimiento a su blog debe, a su vez, otorgar u nombramiento igual a otros cinco blogs de su elección.

Sólo debe cumplir unas simples normas:
1. Copiar y pegar el premio en el blog enlazándolo con el blogger que te lo ha otorgado.
2. Premiar a tus cinco blogs favoritos con la condición de que tengan menos de 200 seguidores y dejarles un comentario en sus entradas para notificarles que han ganado el premio.
3. Confiar en que continúen la cadena premiando a su vez a sus cinco blogs preferidos.

Y, aunque he tardado unos días en hacerlo, aquí van los míos. Que una es vaga como la que más, pero al final acaba cumpliendo.

Con el primer blog voy a hacer una pequeña trampa, porque actualmente está inactivo y dudo que pueda continuar la cadena, pero me parece un blog de putísima madre y TODOS deberíais leer semejante perla. Hablo de Literatura torcida, un blog de literatura que es absolutamente descacharrante. Y me diréis "Bit, colega, se te ha ido un pelín la cabeza, ¿un blog de literatura? Mejor mátanos haciéndonos leer a Cela", pero no, en serio, es una forma diferente de ver la literatura. Humor, sarcasmo, ironía y muy buen rollo, de la mano de mi adorado Javier Traité. Vamos, que ya estáis abriéndolo en otra pestañita, macarras.

Otro blog que se lo merece es Desde galeras. En serio, este chico es adictivo. Reconozco que me ha hecho reir, llorar y emocionarme como pocos bloggers. Su estilo me encanta, y a cada entrada el hijo de puta se supera. No sé, es mi Pérez-Reverte particular, y el uso del lenguaje y el vocabulario a veces hasta me sorprenden, teniendo en cuenta que os hablo del colgado de @Kikolo777. Pero en serio, otro blog que hay que leer, eso sí, con calma.

Y pasamos a una futura periodista, que lleva tiempo haciendo sus pinitos en el mundo blogger. Premio para Can't go back now, un blog entretenido y fresco. Personalmente, me encanta, sobre todo las aventuras americanas. Una estudiante de Comunicación Audiovisual, más gallega que el licor café, que primero vino a estudiar a Madrid y, como no estaba ya lejos de casa, se cruzó el Atlántico y ea, a vivir el sueño americano. ¡Andrea, vuelve pronto!

Volviendo a la cruda realidad, el bog de Desde mi pecera es uno que desde mi punto de vista, merece echarle un ojo de vez en cuando. Ya sabéis que a mi la política me hace volver a los orígenes; me asalvaja una barbaridad. Pero este blog demuestra que se pueden plantear las cosas de forma menos visceral. Así que nada, aquí os dejo un poquito de realidad social, que en estos tiempos falta hace. 

Y para terminar, un poco de esa locura que tanto me gusta, humor absurdo del bueno. Aquí tenemos al personaje de Jaime, en el Espacio de Jaime. ¿Lo habéis abierto? No, no me peguéis, dejadme que os explique. Jaime es un personaje cómico, inconsciente, algo oligofrénico, pero sin mal fondo. Es un personaje divertido, ocurrente, y generalmente con muy mala suerte (o buena, porque aun así sigue vivo el jodío). Un punto de humor sano (a veces no tanto, pobres) para ayudarnos a despejarnos un poco y evadirnos. A ver si le damos un empujoncito, que lleva un tiempo muy apartado de los mundos bloggeros!

Y me dejo varios dignos de mención, pero no hay sitio para más. Una lástima no poder meter aquí a Lu, pero ella ya tiene su premio, aunque la verdad es que su blog también me parece muy bueno.

Otra vez más, muchas gracias a todos los que os pasáis por aquí a leer mis gracias y mis desgracias, las penas con alcohol o con bloggers, ¡son menos!

Bit.

lunes, 4 de junio de 2012

Diario de una dependienta en apuros (VI)

La raza humana es una mierda, y vuelve a su origen: la puta mierda. Nos vamos a la mierda irremediablemente, sí. No soy socióloga, ni falta que me hace. Ya me gustaría a mi ver a uno de esos dando el callo en mi puesto de trabajo, día sí, día también. Aguantando a marujas, a marujones, a mamás insoportables con niños llorones, a señores que van de dignos pero son mierda pura como personas, a niñatos que te miran con cara de "jaja eres una desgraciada por trabajar aquí, yo estudio una carrera" pero a los que luego miraré yo cuando vengan a pedirme trabajo a mí. En general, hablo de lidiar cada día con gente que te ve como un mero instrumento, que creen que estás ahí para servir, que no te ven como a un ser humano con vida, familia, sentimientos. Y eso me toca los huevos no sabéis como (bueno, los habituales igual sí que os hacéis una idea).

Yo soy una persona. Y tengo derecho a tener un mal día. Y a llorar. Y a cabrearme. Y a pensar que esa tía es una imbécil. Y creedme, lo pienso mucho más de lo que me gustaría.

Es que la ves, la ves entrar y SABES que va a ser la zorra que te va a putear. Danza por la tienda, por TU HÁBITAT, toqueteando aquí y allá, sin apenas interés. Pero tú la observas, porque SABES que la va a liar. Y no te decepciona, las cosas si pueden salir mal van a salir mal, nunca decepcionan.

- ¿Qué precio tiene este bolso?
- 35 euros, lo pone en la etiqueta (zorra).
- ¿Pero ya con el descuento?
- No tiene descuento.
- Pero ahí pone 30%.
- En las camisas (zorra).
- Es que no tenía pensado gastarme tanto en un bolso.
- Aham (¿y a qué coño vienes aquí, sifilítica de los cojones? ¿a tocarme a mi las narices?).

Después de 15 minutos suplicando un mísero descuento, y yo ahí encabezonada que no y que no, su hijo ha cedido y ha pagado el puto bolso a 35 euros. Que manda cojones la cosa, la señora tan digna con sus joyas y su perfume de mierda y luego es más arrastrada que ninguna. Que se quejen los pobres, me jode, pero que se me queje un rico es que me corroe las entrañas y acabo vomitando hasta los intestinos. Que de verdad que no puedo. ¿Que no llegas a fin de mes? ¿Te cuento lo que tengo que hacer y de lo que me tengo que privar? Que a todos nos gusta que nos limpien la casa y salir a cenar todos los días, pero si no puede ser, no puede ser. Nos jodemos y nos aguantamos.

La gente me da mucho asquito. Mucho. Mucho.

Lo que queda de Bit.

martes, 15 de mayo de 2012

Señor, dame paciencia, y un arma.

Llevo unas chanclas horribles, un pantalón de pijama de Hello Kitty, una camiseta de Ralph que dice "Soy especial", el pelo muy sucio y la coleta mal hecha. Lo sé, si alguno aún se tocaba pensando en mi a pesar de haberos dicho que cago y me tiro pedos, he acabado con todas vuestras esperanzas. Pero todo esto tiene una explicación, algo convincente y que espero que me perdonéis: hoy es día de fiesta en Madrid y me pilla en medio de la peor semana del año en mi trabajo.

Sí, el jueves empieza el CSI y ya me dan ataques epilépticos cada vez que lo pienso. Y es que este año todo es mucho más especial. La organización hasta hace dos meses ni siquiera sabía la fecha, el viernes recibí las acreditaciones, todo está muy mal organizado, y para colmo los presindentes de honor de este año serán Sumajes, Espe y la Botella entre otros. Quiero llorar.

Y como es imposible que en mi empresa estemos en paz, ayer lunes (A TRES DÍAS DE EMPEZAR Y CON UN FESTIVO DE POR MEDIO), mi jefe, ese que tiene las pelotas más grandes que la cuenta bancaria de Botín, me llama a eso de las 11 de la mañana para decirme que no está en Madrid. Gritos, desmayos, ataques de ansiedad, vómitos. ¿QUEEEEEE? Pues sí, su tío, que está muy enfermo, está a punto de morirse. En Santander. Y claro, mi jefe tiene que estar allí. ¿Veis Modern Family? Pues mi jefe es una mezcla entre Jake y Cam. Horrible.

Así que ayer tocó el montaje de los muebles y fue un caos. Y mañana, miércoles, toca montar todo. Y jueves, viernes, sábado y domingo allí, pasando un calor de la hostia, trabajando doce horas diarias y aguantando a soplapollas y mujeres de soplapollas tocándome los cojones. Pero eso sí, sonrisas por doquier, eso que no falte.

Pensar en esta semana es algo que me aterra el resto del año, pero se soporta. Por favor, recordadme esta frase en estos días, me hará falta para no salir en las noticias. Ah, y al próximo que le oiga decir que le gustan los caballos, juro que le meto uno por el culo, ya veréis qué rápido cambia la gente de opinión.

¡Deseadme suerte!

Bit.

domingo, 29 de abril de 2012

Bit vs los biquinis.

Buenas noches, niños y niñas. Perdón y mil veces perdón, pero el trabajo (sí, sí, no os riais, EL TRABAJO) no me deja tiempo de pasarme por aquí. Bueno, el trabajo y ese maligno imán que me atrae a cada bar que hay de camino a casa, que así llego luego que no veo ni la cama.

Pero bueno, aquí estoy otra vez, con un grave (GRAVÍSIMO) problema. Los biquinis. Sí, os parecerá frívolo (y probablemente lo sea), pero para mi es un problema bien gordo, algo que me trae de cabeza, que no me deja dormir...bueno, vale, tanto como eso no, pero ocupa mi mente cada vez que voy a cagar (sí, las tías cagamos, y hasta huele chungo y todo, ¿cómo se os queda el cuerpo?).

Pues resulta que, como yo no soy muy de ir a la playa (mi blanco nuclear da fe de ello), me he visto con este problema, que me voy a la playa en ná (yuhuuuu, vacacioneeeeeees) y no tengo qué ponerme. Porque, obviamente, si no voy a la playa no me compro un biquini cada temporada, que no soy yo de comprar por comprar (jijijijijijiji). Y llevo ya algunas semanas yendo a tiendas y viendo lo que se lleva esta temporada. Y os diré qué se lleva, que se nos noten los pezones cuando salimos del agua. Sí, biquinis con la parte de arriba sin forma, de triangulito o en banda, pero sin forro ni nada. Y para uno que encuentro con forma (super cuqui, todo muy bonito, muy marinero y tal), tiene más relleno que el pavo de Navidad.

¿Quién coño diseña las partes de arriba del biquini con dos dedos de relleno? Un hombre. Porque TODA MUJER sabe que NO pueden llevar relleno. ¿Por qué? Porque si te metes en una piscina con un biquini de esos, al salir deben volver a llenarla. Porque el PUTO relleno ha decidido absorber tooooda esa agua que, sin duda, expulsará en el momento menos apropiado. Muy calamar todo.

Y claro, diréis que por qué no uso de triángulo o de banda. Los primeros me parecen antiestéticos (y tienen la extraña manía de dejar la teta al aire en el peor momento) y los de banda porque no me quedan bien. No, mucha teta y mucho brazo, esos son para las 85B. Catastróficos para mi.

Y bueno, el resultado de estas búsquedas ha sido una Bit cabreada, con una cartera nueva y una máscara de pestañas de 27 euros. Porque conmigo no se juega, no señor. Eso sí, me parece a mi que este año en la playa hago topless, porque a este ritmo veo que no encuentro nada de nada.

Pero sobreviviré, siempre lo hago. Hasta que deje de hacerlo, entonces tendré una buena excusa para tardar en pasarme por aquí a chafardear un rato.

Bit.

miércoles, 28 de marzo de 2012

El por qué de los sueños.

Siempre me he considerado una persona muy soñadora y con mucha imaginación. Cuando era pequeña, me gustaba jugar con otros niños y niñas, pero no era imprescindible; podía pasarme horas jugando yo sola sin aburrirme, inventando historias de todo tipo. A los mayores les asombraba que una niña pudiera pasarse 4 o 5 horas jugando sin molestar ni armar escándalo (y más si tenemos encuenta que estaban acostumbrados a mis hermanas mayores, que Stewie Griffin a su lado es un angelito). Simplemente me gustaba imaginar.

Con el paso de los años no he perdido eso, sino que lo he transformado. Me gusta soñar e imaginar la cantidad de situaciones que pueden darse en mi vida con diferentes personas. Me gusta imaginar que me va a tocar la lotería, que encontraré un curro con mejor horario y mejor sueldo, que tendré la posibilidad (y el chollo) de irme a vivir a un pisito en el centro cuyo alquiler sea inferior a 1800 euros...no sé, esas cosas que supongo que todos pensamos alguna vez. Pero también me gusta imaginarme una tarde de domingo en casa, con mi chico, nuestro futuro perro (que sí o sí y por decisión unánime se llamará Thor) viendo una peli y comiendo palomitas, arropada por mi super manta (tengo que subir alguna foto, es la pera limonera) y esos sueños y pensamientos me hacen la mujer más feliz del mundo. Pero sobre todo me ayudan a llevar mejor mi situación actual (que es poco menos que una puta mierda). Otro sueño recurrente incluye a mi chico y a mi en una playa paradisiaca cerca de Madagascar con un mojito en la mano. Ay, en esa me recreo tanto que estoy morena y uso una talla 36. ¡¡Y tengo pestañas laaaargas y negras, y todo natural!!

Podéis pensar que esa actitud es una mierda, y, cuanto menos, deprimente. Porque lo más probable es que no pase nunca. Y digo yo, ¿y qué? Soy feliz imaginándolo. Y vale, no me voy al Caribe, me voy a Mallorca, pero me da igual porque me voy con la persona con quien quiero ir. Y en vez de un mojito será una lata de San Miguel, y en vez de morena me pondré roja, y en vez de una 36 tendré una 38 (vale, una 40, lo admito, hijos de puta), y mis pestañas seguirán siendo una mierda. Pero seré feliz de todas maneras porque cuando esté tomando el sol y me gire en la toalla, le veré a él. Y eso es lo que realmente me importa y lo que realmente me hace feliz.

En resumen, no me desilusiona imaginar cosas maravillosas que podría hacer, porque aunque no haga esas cosas tan fantásticas, haré otras que aunque no lo sean tanto, podré compartir con las personas a las que quiero. Eso es lo único que tiene valor para mi. Prefiero hacer un picnic en el césped del Retiro con mi familia y amigos que comerme un menú degustación en el restaurante más caro del mundo estando sola. (Por cierto, para que améis y adoréis a mi familia y amigos, lo del picnic en el césped del retiro me lo hicieron el año pasado por mi cumpleaños y fue lo más. Este año pienso repetirlo, pero ya sabiéndolo yo, que el año pasado quedé como muy pardilla porque no me pispé de nada). (Son muy cabrones, pero les quiero).

Soñar es maravilloso. Compartir tus sueños, mucho más. Pero lo mejor del mundo, para mi, es compartir mi vida con la gente a la que quiero.

Besos muy muy grandes, ya formáis parte de este rincón.

Bit.

jueves, 22 de marzo de 2012

Porque sí.

Te estoy escuchando a través del micro cantar en catalán. Me estoy intentando aguantar la risa, porque cantas mal, pero te gusta y a mi me gusta verte cantar. Hoy es un día raro, hace mucho tiempo que no encendemos el messenger y hacemos videollamada, somos más de colgarnos del teléfono, pero nos apetece vernos aunque sea a través de la pantalla. Y tú ni siquiera sospechas que estoy escribiéndote a ti, y más desde que te dije que nunca más lo haría. Pero no sé, estoy ñoña y te echo de menos más de lo que me gusta reconocer. Ya, ya lo sé, hace nada que nos hemos visto, y en poco más de una semana nos volvemos a ver, pero después de todo este tiempo, eso ya no me consuela.

No puedo evitar mirarte leyendo la pantalla, tan concentrado que se te pone cara de padre. Eres tremendamente guapo, tanto cuando estás serio como cuando sonries. De hecho, cuando me sonries a mi estás mucho más guapo porque te brillan los ojitos y me haces derretirme. ¿Te he dicho ya que te quiero? Porque te lo repetiría mil veces al día para que nunca se te olvidara y pudieras sonreir todo el rato. Quizá lo ves todo demasiado cursi, pero es que sabes que de vez en cuando me dan estos venazos cursis y luego te mando a paseo. Soy así, y en el fondo te divierte.

Has parado de cantar, supongo que te darás cuenta de que llevo mucho rato tecleando y querrás saber en qué ando para que te lo pase y lo leas tú también. Así que le daré a publicar entrada y te diré que entres, para que sonrías un ratito y te vayas contento a la cama.

Dios, te echo mucho de menos cuando estás tan lejos. Me consuela pensar que ya queda poco. Y me gusta imaginar todo lo que está por llegar, Thor incluído.

Te quiero, mucho, mucho, mucho.

Bit.

martes, 20 de marzo de 2012

Fallas 2012

Juro que esta vez tengo excusa, y es muy buena. ¡¡He estado en las fallas!! Y debo decir que me lo he pasado muy de puta madre. Y como prueba, mi colchón, que tiene un agujero en el centro de la paliza que le he dado al volver. Sí, he dormido muuuusho.

Como decía, me lo he pasado muy bien. Y creo que más que nada ha sido por la compañía (peloteo, peloteo, boing boing boing). Pero es verdad, probad a ir a un entierro con @Paradonovalia, @Bitidechocolate y @Ozone87 que os aseguro que va a ser el mejor en el que hayais estado. Si es que son la hostia estos tres, y encima había toneladas de cosas bebibles y alcohólicas para ponernos a tono.

Llegamos, cervecita, mascletá, más cervecita a y a dormir la siesta. Para no cansarnos. Cenitas, quintos, cubatas, y de fiesta, que es lo suyo. Y así más o menos en bucle 3 días. Y yo cada 10 minutos "quiero ser fallera, quiero ser fallera, jolín que monas van, que yo quiero ser fallera". Hasta que pasé por un escaparate, vi los precios y oye, que igual sale más barato colgarme las cortinas de casa encima, ¿no?

Pero en general ha sido un fin de semana increíble. Los valencianos todos muy majos, muy rebonicos y todo genial. Eso sí, jamás entenderé qué clase de padre lleva a su niño (en carrito, olé sus huevos) a una calle con unos 7 millones y medio de personas a ver luces o escuchar petardos. ¿Tan poquito les quieren? Ah, y la gente con muletas y sillas de ruedas...¡¡HIJOS DE PUTA, QUE ESTÁIS DE BAJA EN EL TRABAJO, QUÉ COÑO HACÉIS EN UNA PUTA MASCLETÁ!! Pero nada, todo super buen rollito. ¡Y tiré petardos! Más orgullosa yo, tirando chinitos que son los que tiraban los nenes de 4 años...si es que ya me hago mayor, qué bonito todo.

Pues lo dicho, que el año que viene repito. Volveré a irme de fallas, con mi amigos y con él, el maldito valenciano de mierda que me encanta y me vuelve loca y...en fin, que qué bonito es esto del amor, ¿eh?

Prometo volver por aquí más a menudo...aunque esto de bloggear feliz, como que pierde un poco la chispa. Las broncas se las echáis a él, que hace que no deje de sonreir ni un segundo.

¡¡Besitos!!

Bit.

jueves, 23 de febrero de 2012

Bitacoramaldito y el misterio de las bolas de acero.

Buenos días, niños y niñas, hoy vamos a adentrarnos en el mundo de la aventura y la investigación y vamos a descubrir un misterio: el misterio de las bolas de acero.

Os pongo al día: la noche del martes 21 de Febrero, varios centenares de personas se manifestaron frente a la sede del PP, en la calle Génova. Durante una hora estuvieron gritando y protestando, de forma pacífica. Las fuerzas de seguridad del Estado estaban allí para evitar cualquier tipo de incidente. Cuando ya llevaban allí largo rato, decidieron moverse y dirigirse a otro lugar, y yo (que soy desconfiada hasta la médula) decidí quedarme allí un rato más e irme de las últimas, por si podía armarse alguna bronca. Cuando los últimos rezagados de la manifestación decidieron irse y dejar a nuestros amados osos amorosos de la UIP, miré y todo estaba correcto, asi que me marché. Era de noche y hacía frío, así que cogí un autobús y me fui a casa.

Bien, ya sabemos lo que ocurrió esa noche, ahora viene el misterio. Al día siguiente cuando llegué al trabajo, me dispuse a leer el periódico, como cada mañana. Y cual fue mi sorpresa al ver una imagen nocturna de la manifestació en la calle Génova, y junto a esta, una imagen diurna de una bola de acero. Bien, yo no soy periodista, ni he trabajado nunca en un periódico, pero tengo ojos y se a qué hora más o menos sale el sol.

Si esa bola de acero estaba en el lugar de los hechos por la noche y le hubieran hecho una foto para que saliera en el periódico del día siguiente, la foto sería nocturna. Pero no, era hecha a plena luz del día. El periódico llega a mi trabajo a las 7 de la mañana, cuando apenas ha salido el sol. ¿Cómo es eso posible? Desconozco las nuevas técnicas de fotografía moderna, pero está claro que eso era o photoshop o imagen de archivo. Ay, creo que alguien en la redacción del ABC hizo las prácticas en La Razón.

Pero esto no acaba aquí, amigos. Cuando yo me marché de allí, dejando a un grupo de agentes de la UIP tristes y desamparados y llorando por nuestra marcha, la luna frontal de la sede del PP estaba intacta. Y más limpia que una patena, he de decir. Y hoy, con toda la pena y el dolor de mi corazón, miro el periódico y veo otra foto DIURNA de esa luna frontal toda rota. Ay, si les dio tiempo a hacer una foto de la bola de acero a plena luz del día antes de que el periódico saliera, ¿cómo no ponen esa foto, que DEBERÍA haberse hecho en el mismo momento, que es mucho más impactante? Para hacernos sufrir por el estado del edificio, la sacan en la prensa de hoy.

Realmente estoy consternada por este misterio. O eso, o realmente los redactores de algunos periódicos nos toman por gilipollas. No les culpo, el programa de TV más visto es Salvame.

Bit.

martes, 21 de febrero de 2012

Si tienes un hijo subnormal...

Eurocopa, Plaza de Colón, y todos a una voz cantando aquello de "Si tienes un hijo subnormal, si tienes un hijo subnormal...no le trates mal, no le trates mal, hazle policía nacionaaaaaaaal". En aquellos momentos eso me parecía sólo una broma, una canción jocosa como la de Franco y el culo blanco, algo que cantábamos sin saber. Hoy en día, recuerdo todo eso, y me da pena. Mucha pena.

Niños y niñas, sí, voy a hablar de Valencia. Un grupo de estudiantes de un instituto público, hartos de no tener calefacción en clase, han decidido salir a la calle a manifestarse. Han decidido dejar de tragar y rebelarse, para que se les escuche, para que dejen de robarnos A TODOS. Porque sí, queridos amiguitos, nos han robado a TODOS. ¿Y qué hace la delegada de gobierno de turno? Sacar a los perros policía (los caninos no, esos son honorables) de dos patitas y hala, a repartir hostias contra estudiantes menores, padres, profesores y POLÍTICOS.

Después de ese ejercicio de vergüenza nacional, aquí no hay responsables. ¡¡Esto es España!! Aquí nunca hay responsables de nada. Los responsables de todo esto son los menores que lo único que han hecho es salir a la calle a exigir sus derechos. ¿Tenéis frío? Muy bien, sacamos a nuestros perros y que os calienten a hostias correteando por las calles de Valencia. Y asunto arreglado. Pues no, DIMISIÓN.  Eso es lo que vamos a exigir, que los responsables den la cara de una puta vez y dimitan para que otros más competentes y preparados se hagan cargo de la situación.

No es moral, ni legal, ya que nos ponemos, que los heridos de las cargas policiales sean llevados a un hospital para ser atendidos y la propia policía les haga darles los informes. Y donde antes teníamos 20 heridos ¡PLAS!, ahora tenemos 5 leves. Eso sí, 9 policías heridos. Se ve que no dieron suficientes porrazos y luego se liaron a palos entre ellos, porque de verdad que no lo entiendo.

Este tipo de cosas me hacen dejar de creer en los valores. Me siento engañada por un gobierno al que no he votado, que a parte de habernos robado durante 15 años (unos y otros, me da igual, son todos lo mismo), ahora aporrean a jóvenes y a mayores por igual por protestar. Por hacer uso de un derecho. Por obligar a un gobierno "democrático" a que se ponga las pilas, a que haga reformas y a que escuche al pueblo que lo ha puesto donde está. Porque yo tengo derechos y obligaciones, y ellos también. Pero sólo se nos explota a nosotros, poble clase trabajadora que nos mantiene y si se les ocurre abrir la boca para protestar, ZAS, policías a la calle y todo el mundo de vuelta calentito a su casa.

Estoy harta de ver cada día esas imágenes. Y más harta aún de los medios de comunicación que tergiversan las cosas porque es lo que conviene, porque es malo que la gente en sus casas vea lo que pasa en la calle. Y estoy HASTA LOS COJONES de la gente que vive tan bien que no les conviene quitarse la venda de los ojos. Que no ven que nos roban a todos por igual. Que no ven que el día de mañana, esos pueden ser sus hijos. Harta de un gobierno represor y de una sociedad que lo permite.

Bit.

viernes, 10 de febrero de 2012

Lo que no te mata, te hace más fuerte.

Hay días en los que, aunque no quieras, es inevitable no recordar. Y algunos recuerdos son demasiado dolorosos como para borrarlos, sólo puedes desterrarlos a un rincón de tu mente y de tu corazón. Pero consiguen salir de ahí de vez en cuando, se escapan de tu control y te recorren retorciendo tus entrañas.

Vuelves a sentir el amargo sabor del miedo, la soledad y la vulnerabilidad de tu cuerpo. Te ves como te veías antes, como una sombra de ti misma, un corazón frágil, como el cristal duro y frío que amenaza con explotar en mil pedazos. Tus manos  tiemblan, en tu cabeza se vuelven a formar las mismas imágenes, los mismos rostros.

Recuerdas la apatía de los primeros días, en los que sólo buscabas la protección bajo las mantas; días en los que el mundo era algo ajeno, una parte molesta de esto que llamamos vida. Te mirabas al espejo y tus ojos se veían apagados, siempre rojos por las lágrimas, sin ápice de esa vitalidad que tenían. Tu cara era blanca como la leche, los pómulos marcados y los labios cortados. Y te decías que no, que eso se había acabado, que al día siguiente volverías a ser tú. Pero la mañana llegaba, y con ella el miedo de enfrentarte con el mundo. Tus sábanas no te parecían tan mal lugar para sobrevivir, y seguías aplazando todo. El mundo te parecía cruel e injusto y en tu cabeza siempre se formulaba la misma pregunta: ¿quién tiene el derecho de joderle a nadie la vida? Y te atormentaban los recuerdos y llorabas de rabia, de frustración ante la injusticia, de dolor e impotencia. Jurabas y perjurabas, pero no te atrevías a levantar el puño contra nadie. La cama era tu mejor solución. Hasta el día que dejó de serlo, hasta el día que de verdad juraste que jamás le darías la satisfacción a nadie de que te vieran así. Hasta el día en el que te levantaste temprano y te metiste en la ducha, comiste y cenaste acompañada y a la hora que debías. Hasta el primer día en que saliste a la calle. Todo te parecía extraño, mirabas a la gente de otra manera y desconfiabas hasta de ti misma. Pero pudiste, y lo que no te mata, te hace más fuerte.

A veces revives esos momentos en la vida de otras personas, y sientes su dolor como el tuyo. Pero eres fuerte, ya has pasado por eso y comprendes la situación. Y lo único que puedes hacer por aliviar el dolor ajeno es poner el hombro y dejar que lloren sobre él.

No preguntes por qué lo he hecho. Esto va por ti. Y por mi.

Hay cosas que nunca se superan, sólo se aprende a vivir con ellas.

Bit.

lunes, 30 de enero de 2012

Canción de Hielo y Fuego (o cómo alguien elige morir por listillo).

Hielo y fuego te daba yo a ti, cerdo cabrón. Sí, sí, te hablo a ti, George R. R. Martin. La has cagado. Matando a quienes no debías la has cagado y mucho. A ver, gordo mamón de los cojones, ¿qué puta carencia afectiva tuviste de pequeño para escribir lo que has escrito? ¿Qué jodida enfermedad tenía la puta madre que te parió? ¿Lo ves normal? Eh, hijo de puta, ¿lo ves normal?

Pase que mataras a Robert, hasta puedo perdonar que le cortaras la cabeza a Eddard, pero lo de la Boda Roja ya pasa de castaño oscuro. ¿Era realmente necesario? ¿De verdad me vas a obligar a coger un puñetero avión y cantarte las cuarenta, que diría mi madre? Me has hecho llorar más que el día que murió Mufasa, y eso no te lo perdonaré nunca. Y ya puedes escribir lo que te salga de los cojones que no pienso comprar un puto libro más, ni seguir leyendo el que tengo entre manos.

Sólo deseo que ojalá pases 12 horas de vuelo al lado de Paulo Cohelo.

Bit.

martes, 17 de enero de 2012

Fraga, el hombre de mi vida

El domingo día 15 de Enero de 2012, en Madrid, murió Manuel Fraga, un gran...gran...gran hijo de puta. ¿Ya he captado vuestra atención? Bien, sigamos. Es que el título tiene tela, colega, pero no se me ocurría algo mejor. Pues eso, que la ha palmado el hermano mayor de Matusalén, y como el cabrón vive justo en frente de mi curro, he estado toda la mañana muy entretenida.

Primero llegaba tarde a trabajar (larga historia que os contaré otro día, cuando quiera morir echando espuma por la boca por las putas compañías telefónicas, a las que todos les vendemos nuestra alma y que hacen con nosotros lo que quieren. Me siento muy España vs Alemania. Hay que joerse), y resulta que la calle estaba tomada por medios de comunicación y policía. Sí, esos que pagamos entre todos y que me han pedido que ME IDENTIFIQUE. Perdone, caballero, pero si fuera terrorista no habría madrugado tanto. Voy a trabajar. A TRABAJAR. ¿Lo entiende? Ah, no, perdone, olvidaba que es usted funcionario. Siga, siga, no se corte, continúe tocándose la mandanga, que el sueldo corre de mi cuenta.

Pues eso, después del incidente, llego al trabajo. Leo la prensa. Ocho páginas con fotos y textos alabando al difunto. Y la foto de Palomares, que no falte. Qué bueno era. Padre de la Constitución. Gran figura de la democracia. De la derecha democrática. ¡¡QUE FUE MINISTRO DE FRANCO, COÑO!! Sí, joder, ese señor tan bajito con bigote y mala hostia. No, Hitler no, ese era alemán, yo os hablo del español. Que sí, coño, el de los pantanos. Bien, pues ese. Manda cojones que se rindan homenajes a personas (legalmente era considerado persona, ojo, que la justicia nunca fue lo nuestro) que participaron de forma activa en la política del régimen. Pero niños y niñas, ¡this is Spain! ¡And Spain is good! ¡Paella y jamón! ¡Siesta y carajillo! En fin, a mi es que estas cosas me pueden.

Pues eso, que la mañanita ha sido super cachonda y entretenida. Que no he hecho ni sombra, vaya, pero unas risas... Luego he intentado, tonta de mi, ir a la tienda de Orange que hay justo en frente, y casi me hacen placaje en el intento. Si hubiera llevado petardos, los hubiera tirado. No me hubiera cargado a nadie, pero un susto les daba. Y de paso yo me echaba unas risas de la hostia. Espero que si lo hubiera hecho, me pagarais la fianza, mamones. Que yo os quiero mucho muchito.

Poco más que añadir, de este señor no me apetece hablar, de repente parece que nos hemos olvidado de todo y este señor era un santo. Que no digo que no haya hecho cosas por la democracia, pero Fraga no nació en 1975 cuando murió el generalísimo hijodeputa sino unos pocos años antes. Pocos. JAJAJA. Vale, ya paro. Así es España, tenemos memoria selectiva. Y así nos va. Así nos va...

Bit.

jueves, 12 de enero de 2012

La rueda

 La vida es eso que te jode cuando tú sólo intentas sobrevivir. Creo que, si alguna vez escribo un libro, lo empezaré con esa frase. Aunque he de decir que no estoy completamente de acuerdo con ella, no se trata sólo de sobrevivir, yo lo que quiero es vivir. Y supongo que quiero lo mismo que todos.

La vida es como ese puto tatuaje que nunca me decido a hacerme: una rueda. Lo mismo estás bien arriba que al segundo caes hasta lo más bajo. Es así, no hay más. Y cuando podía acariciar felicidad plena, he tropezado con un bache y la rueda ha girado por completo.

A veces pienso que las casualidades existen, porque sino no entiendo esta puta mala suerte. En el pasado debí ser Hitler, o Franco, o alguien así, porque sino no entiendo al karma (si hacemos un acto de fe y creemos en él). O si Dios existe, tiene un sentido del humor un tanto peculiar.

Toda rueda acaba en un camino, en una intersección con dos posibles direcciones, lo difícil es dar con la buena. O, una vez te equivocas, intentar quitar las malas hierbas de la mala. Eso es para mi la vida, mi futuro y mis decisiones.

Bit.

viernes, 6 de enero de 2012

Mamarramamiaaaauuuuu

Buenos y felices días, niños y niñas, ¿habéis sido buenos? ¿Sí? Entonces seguro que os han traído muchas cositas los reyes. A mi de momento me han traído una resaca de mil demonios y una pitillera muy chula. Pero la resaca por encima de todo, eso que no falte.

Pero gracias a todo el trabajo de estas semanas, a una jornada de 11 horas y luego unas 12 copas, puedo decir que he conocido el nirvana y ES UNA PUTA MIERDA. Bueno, no tengo claro si era el nirvana o la sala de espera de un tanatorio, olía igual.

Tranquilos, hoy no vengo a hablar de nada en especial, podéis dejar de leer ahora si queréis. Es que estoy haciendo tiempo para ir a tomar café a casa de @MariaNuin y llevarles los regalitos a la familia. Y esperando a que llegue el jodido valenciano y me de mi regalo de reyes. Y luego lo que me haya querido comprar.

Mmmmm...qué más os cuento yo...pffffffff...mira, vamos a dejarlo así, os pongo una canción y ya os apañáis solitos, ¿vale? Así me gusta, es verdad que sois muy buenos, bien, bien. ¿Y qué pongo yo? Ay, joder, cómo me duele la cabeza, y yo que no encuentro el ibuprofeno milagroso...¡¡YA LO TENGO!! He encontrado canción perfecta. Emmm...¿cómo se pone esto? Joder, ¡¡no!! ¡¡No borres todo!! Uffff.



¡Besitos!

Bit.

lunes, 2 de enero de 2012

Yo sobreviví a las rebajas.

Empezamos el año hablando de rebajas, porque si me pongo a hablar de recortes me cierran el blog y me toca huir a Afganistán por lo menos, y es que allí en verano tiene pinta de hacer calor. Y yo, que soy tan blanquita y tal, ir rojo langostino todo el día...pues como que no, ¿sabéis? Y se os coge cariño y tal.

A lo que iba, que me pierdo. Os voy a enseñar cómo sobrevivir a las rebajas (post inspirado en la señorita @Sartpo la pobre, qué mal lo tiene que estar pasando) porque yo ya he sobrevivido a ellas y es tela de chungo.

A ver, niños y niñas, vayan tomando asiento y abran sus Pinta y Colorea por la página 3. Cojan el lápiz rojo. Fernández, he dicho que lo coja, no que se lo coma, a ver si voy a tener que llamar a sus padres. Bien, ya estamos todos, ¿no? Peeeeeeerfecto, empecemos.

Lo primero, lo imprescindible para sobrevivir a unas rebajas es armarse de paciencia. O de Valiums. Pero vamos a centrarnos en la opción recomendada por cualquier médico, es decir, la de armarse de paciencia. Como consejo así, en petit comité, os diré que también es bueno que os arméis con imperdibles o tijeras pequeñas, por si la cosa se pone chunga. Pero vamos, que si os pregunta la poli, yo no he dicho nada. Muy bien, así me gusta, azucarillos para todos. Perea, como vuelva a llegar tarde no le dejo entrar. Que me distrae a los niños y así no se puede.

Sigamos. Te levantas por la mañanita temprano, te pegas un duchazo, te tomas una buena taza de café (o Nesquik, lo que sea) y un par de galletas y hala, a currar. Es muy importante que mientras vas en el metro, lleno hasta la bandera de padres y madres con niños y carritos, visualices en qué te vas a gastar el dinero que te paguen después de las rebajas. Ayuda mucho a suavizar las ganas de asesinar.

Llegas, te calzas el uniforme, te retocas un poquito el maquillaje y venga, al tajo. Se abren las puertas y empieza a entrar la gente. Sonríe, saluda, observa. En seguida aparecerá la típica maruja que se dirigirá directamente a la mesa del 50%. Tranquilos, nenes, que no panda el cúnico. Primero la acechas en la distancia. Obsérvala, déjala que se confíe y cuando vaya a coger una prenda para tirarla desordenada y arrugada sobre el resto, sin orden ni concierto, ¡ZAS!, te plantas a su lado. "¿Puedo ayudarla en algo?" le dices sonriente, mientras te cagas en toda su ascendencia, por lo menos hasta la Edad Media. Ella siempre, repito SIEMPRE, te dirá que no, que está mirando. Eso si se digna a contestarte, claro. Pero no pasa nada, no te desilusiones, porque en cuanto te des la vuelta y te pongas a doblar ropa de otro montón en el que habrá estado metiendo mano una maruja a la que no has visto llegar, te llamará al grito de "NENA" (o "NENE", aquí no se discrimina a nadie) para pedirte alguna talla. Y tú, con tu sonrisa de suficiencia tienes dos opciones:

a) Lo siento, ya no queda nada (mentira podrida, pero pasas de mover un dedo por esa pedorra)
b) Espere un segundo, que voy a mirar en el almacén (mentira más podrida aún, bajarás al almacén y tuitearás alguna burrada mientras haces tiempo) Lo siento, ya no queda nada.

Vivirás unos instantes de dicha al observar a la maruja triste y desamparada, pero tu felicidad se truncará rápidamente al comprobar que tienes la tienda llena de marujas idénticas. O lo que es peor, quinceañeras "fototuenti" que no pararán de dar por culo y mirarte con aires de superioridad. "Ya verás qué risas cuando acabe la carrera y tú estés trabajando en un McDonalds, zorra de mierda", pensarás mientras doblas la montaña de camisetas que las putas de mierda esas te han tirado por el suelo.

Pero no pasa nada, nenes y nenas, lo importante es tener la moral alta. Después de horas y horas de saludar, sonreir, doblar, saludar, sonreir, doblar, si tenéis suerte, tendréis un ratito de descanso para comer y fumar. Saldréis a la calle, la veréis repleta de familias felices cagándose de frío, pero sonrientes porque te van a hacer la vida imposible. Y mientras fumas como si te fuera la vida en ello, imaginas todas las formas posibles de muerte por mutilación parcial.

Vuelta al curro, saludar, sonreir, doblar, cagarte en el puto dolor de pies, saludar, sonreir, doblar, mirar el reloj, saludar, sonreir, doblar, ¿pero es que esta gente no tiene casa ni trabajo ni familia a la que dar por culo?. Pero no pasa nada, porque a final de mes, habrás hecho más horas que una puta en Nochevieja y cobrarás mucho dinerito para irte de copas o drogarte hasta que te olvides de por dónde esnifas la coca.

González, que se duerma me parece una opción como otra cualquiera, pero deje de babearme la mesa, que luego las de la limpieza se niegan a pasar la bayeta y me toca hacerlo a mi. Bien, ¿estamos todos? Así me gusta, los últimos 10 minutos os los dejo libres, que os estáis portando muy bien.

Cuando te quieres dar cuenta queda media hora para el cierre, y te pones a dar saltitos de alegría. ¡¡CHUUUUPIIII!! Ayyy, ilusos, que sois todos unos ilusos. Pobres ignorantes de la crueldad del español medio. ¿No sabéis que somos tan españoles que lo dejamos todo para el último momento? Si la tienda cierra a las 20:00, pues entro a las 19:58, total, aún están abiertos, ¿no? Eso es así SIEMPRE. Que no os extrañe, chavalitos. Y ahí estás tú, a pocos minutos del cierre, arañando tu libertad, y entra el conocido como PCDMCDUH (o para que nos entendamos, Puto Cabrón De Mierda Cliente De Última Hora). Normalmente, este tipo de cliente sólo está mirando. Es un cliente con mucha seguridad en sí mismo, no se siente amenazado delante de un grupo de personas que le miran fijamente haciendo rechinar sus dientes. Ahí está, tan tranquilo, paseándose y mirándolo todo detenidamente. Como si la cosa no fuera con él (o con ella. Normalmente suele ser ELLA), como si tuviera todo el tiempo del mundo, como si las personas que le miran afilando sus cuchillos y con cara de cabreo trabajaran por y para él y no tuvieran vida más allá del trabajo. Y dejadme que os diga algo, pezqueñines: el cliente de última hora NUNCA COMPRA NADA. Es así. Tengo la firme teoría de que Murphy basó su ley en este inexplicable acontecimiento. Pero, bueno, como dicen nuestros colegas gabachos, c'est la vie.

El cliente se va, todos pegan saltitos de alegría, suenan las campanas y sale confeti del techo. Se descorchan botellas de champán, suena música de los años 20 y la gente se abraza y se besa. Bueno, eso no pasa siempre, normalmente unos terminan de recoger y otros hacen caja, pero oye, qué bonito sería todo, ¿no?

Echas el cierre y pa casa. Has superado UNA jornada de trabajo, eres un machote (o una machota) pero es el primer día de rebajas. Bien, ya sólo te quedan dos meses, ¡¡mucho ánimo!!

Ya hemos completado el cursillo acelerado de "Yo sobreviví a las rebajas", pasad por la oficina y por el módico precio de 250 euros obtendréis el título, válido en cualquier país de la Unión Europea, a no ser que la Merkel diga lo contrario. Lo sé, es un poco caro, pero es que se me ha escacharrao el ordenador y me tengo que comprar otro. Todo sea por la supervivencia del blog, camaradas.

¡¡Felices rebajas!!

Bit.