jueves, 22 de marzo de 2012

Porque sí.

Te estoy escuchando a través del micro cantar en catalán. Me estoy intentando aguantar la risa, porque cantas mal, pero te gusta y a mi me gusta verte cantar. Hoy es un día raro, hace mucho tiempo que no encendemos el messenger y hacemos videollamada, somos más de colgarnos del teléfono, pero nos apetece vernos aunque sea a través de la pantalla. Y tú ni siquiera sospechas que estoy escribiéndote a ti, y más desde que te dije que nunca más lo haría. Pero no sé, estoy ñoña y te echo de menos más de lo que me gusta reconocer. Ya, ya lo sé, hace nada que nos hemos visto, y en poco más de una semana nos volvemos a ver, pero después de todo este tiempo, eso ya no me consuela.

No puedo evitar mirarte leyendo la pantalla, tan concentrado que se te pone cara de padre. Eres tremendamente guapo, tanto cuando estás serio como cuando sonries. De hecho, cuando me sonries a mi estás mucho más guapo porque te brillan los ojitos y me haces derretirme. ¿Te he dicho ya que te quiero? Porque te lo repetiría mil veces al día para que nunca se te olvidara y pudieras sonreir todo el rato. Quizá lo ves todo demasiado cursi, pero es que sabes que de vez en cuando me dan estos venazos cursis y luego te mando a paseo. Soy así, y en el fondo te divierte.

Has parado de cantar, supongo que te darás cuenta de que llevo mucho rato tecleando y querrás saber en qué ando para que te lo pase y lo leas tú también. Así que le daré a publicar entrada y te diré que entres, para que sonrías un ratito y te vayas contento a la cama.

Dios, te echo mucho de menos cuando estás tan lejos. Me consuela pensar que ya queda poco. Y me gusta imaginar todo lo que está por llegar, Thor incluído.

Te quiero, mucho, mucho, mucho.

Bit.

No hay comentarios:

Publicar un comentario