martes, 27 de diciembre de 2011

Carta a una hermana.

Hola, enana, ¿cómo estás?

Se de sobra que mal, sino no llegarías mañana por la noche. Mañana hablaremos, pero sabes que a mi eso se me da fatal. Siempre me ha resultado más fácil escribir, es mi forma de expresarme y de liberarme, ya sea escribiendo unos garabatos en un papel o (como ahora) a través de una pantalla. No puedo ser fuerte en todo, y hablar, sobre todo con vosotras, me resulta tremendamente complicado.

Quiero decirte muchas cosas. En primer lugar que soy tu hermana, la pequeña, pero tu hermana, y que te quiero más que a nadie en el mundo y SIEMPRE, pase lo que pase, voy a estar a tu lado y a apoyarte. Y que sólo quiero lo mejor para ti, quiero que seas feliz porque tu felicidad es la mía.

Hace muy poco tuvimos una conversación que me ha hecho pensar mucho. Me ha hecho tenerte presente en cada momento de mi día, intentando descubrir qué necesitas. Y te lo voy a decir, me necesitas a mi, nos necesitas a nosotras, pero también necesitas ser tú y vivir tu vida.

¿Te acuerdas cuando vivíamos en Granada con papá? Cada noche, cuando él se iba a dormir, yo apagaba la radio de mi habitación, cogía un rollo de papel higiénico y me iba a la tuya. Y allí, me metía en tu cama y me ponía a llorar, y tú me abrazabas y me consolabas. Me sentía tan sola, tan lejos de casa...y sólo te tenía a ti, y tú eras lo único que necesitaba. Y salí adelante, gracias a tu apoyo, tan lejos de mi hogar. Te quejas de que esto no es una familia. ¿No lo es? Yo creo que sí. Mi familia eres tú, sois mis hermanas y mi madre, la única familia que tengo. Y os quiero mucho, tanto que haría lo que fuera necesario por veros felices. Y mi hogar es esta casa desde la que escribo. La misma casa con una puerta rota por un puñetazo, la misma casa a la que le falta un poco de suelo en el pasillo y está relleno de hormigón, la misma casa en la que nos han pasado tantas cosas, juntas y por separado. Esta no es una casa, es un hogar, mi hogar, tu hogar, nuestro hogar. Y nosotras somos tu familia. La familia Abril, para lo bueno y lo malo.

Lo que quiero decirte es que estamos aquí para lo que necesites, que esta es tu casa, a la que podrás volver siempre que quieras. Sabes que nosotras no somos de decirnos que nos queremos o nos echamos de menos, somos más de coger el teléfono y decir "Ey, ¿qué tal, qué andas haciendo?" cuando en realidad queremos decir "Te echo tanto de menos y me siento tan sola que necesito que me cuentes que acabas de cagar porque me muero de pena por tenerte tan lejos". Que no lo digamos no significa que no lo sintamos. Y te echamos mucho de menos.

Todo tiene solución menos la muerte, es algo que debes tener claro. Y que aunque la cosa parezca jodida, de peores hemos salido, ¿no te acuerdas? Recuerda cuando llegamos aquí, lo mal que estábamos todas, la de cosas que hemos ido superando. Con una sonrisa, o sin ella en los momentos más jodidos, pero hemos podido con todo. Y ahora podremos con mucho, mucho más, porque somos más mayores y más fuertes.

Te quiero, te quiero con locura como no voy a querer a nadie. Y te juro que no voy a dejar que nada te hunda, porque me pongo a repartir hostias y me quedo sola. Te quiero, mucho, mucho, mucho.

Bob.

lunes, 26 de diciembre de 2011

La gente es MUY gilipollas.

La gente es gilipollas. Se que es algo que os digo mucho, una frase muy recurrente en este pequeño rincón de mierda y vísceras varias, pero hoy os traigo un buen ejemplo. Que encima lo he sufrido en mis propias carnes.

El día ha ido bien, lo normal en estas fechas, mucha gente y buen volumen de venta. A las 8 hemos cerrado, como cada día, pero la chica del taller nos ha traído los regalitos que Santa nos había dejado en su casa, así que mientras yo empezaba a hacer caja, estábamos de charla y abriendo los regalitos.

A eso de las 20:05, con el cierre echado y las luces casi apagadas por completo, entra un matrimonio, que tienen un vale, que sienten llegar tarde, pero que si no nos importa que quieren hacer un regalo y como viven lejos...Mi jefe, que como hombre de negocios no tiene precio, y como gilipollas supremo tampoco, acepta y empieza a atender a ese par de especímenes sin respeto alguno por el trabajador al otro lado del mostrador, es decir, yo.

Después de media hora, se deciden y yo empiezo a envolver las cosas para regalo mientras siguen mirando. En estas estoy cuando el señor, que ha manifestado claramente estar en la etapa crítica de la crisis
de los 40, aunque eso no le exime de ser un retrasado mental y un gilipollas de los cojones, coge una fusta y comienza a golpear el paquete que yo estoy envolviendo, dándome con la fusta en la mano, "Esto me lo pones para regalo". Mi cara ha debido de ser épica mientras pensaba "Sí, te lo voy a poner de regalo después de reventarte la cara a fustazos, SOPLAPOLLAS, y luego metértela por el culo, ANORMAL, para que así le puedas confesar a tu mujer lo que de verdad te gusta, que son las pollas en tu culo de maricón de mierda que es lo que eres, IMBÉCIL". Tanto se me ha debido notar que su mujer se ha acercado a mi y me ha soltado "¿Qué te pasa que estás tan seria?". Esa pregunta me ha pillado completamente desprevenida (PERO SUBNORMAL, ¿NO LO ADIVINAS TÚ SOLITA?) pero simplemente he sonreído, muy profesional yo, "no, no me pasa nada, no se preocupe" y mi jefe, que se ha debido dar cuenta de todo y que me veía en la mirada que me faltaba el canto de un duro para escupirle en la cara, ha venido a mi rescate alegando "es que es ya muy tarde, llevamos desde las 10:00 aquí y nos queremos ir a casa".

Finalmente la feliz pareja se ha ido, espero que a tomar por culo, pero antes de irse nos sueltan la frase final que me ha repateado hasta los higadillos: "Perdonen, es que venimos de Arganda y había mucho tráfico, hemos salido de allí a las 17:00". Mire, señora, sin ofender, ¿me toma usted por tonta? Ni andando se tardan 3 horas de Arganda a la tienda, vamos, ni de rodillas. Si ha salido tarde, dígalo y punto, pero encima de que me tiene 50 minutos más para usted no me tome por tonta porque no lo soy y nada me cabrea más que eso.

Y eso ha sido todo, la gente es gilipollas, cada día más.

 Bit.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Balance del año.

Se acaba el año. Y seguimos tan gilipollas como de costumbre. Y como de costumbre, aquí estoy, para hacer balance de mi año, aunque os cuente cada semana (o algo más, lo sé, ya me flagelo yo solita, mamones) lo que me pasa.

El año empezó regulero. Una relación que no acababa de salir bien, algo cansada y aburrida de mi vida, pero con salud, que se suele decir. Momentos de agobios, dudas existenciales, llegué a plantearme muy seriamente eso de mandarlo todo a tomar por culo, coger la maleta y empezar en otro sitio, lejos de todo. Pero al final me quedé aquí, escribiéndoos al otro lado de la pantalla, y no me ha ido tan mal.


Este año no lo cambiaría por nada del mundo. Cada cosa que ha pasado me ha traído a este día tal y como estoy, y debo decir que estoy muy feliz en todos los aspectos de mi vida.

Me siento mucho más unida a mi familia, he podido disfrutar de mi Herr unos meses y la verdad es que han sido maravillosos. Primero una semana de vacaciones juntas, creo que han sido las mejores vacaciones familiares que recuerdo. Ella y yo, solas, a miles de km de casa. Sol, piscina (playa cero, lo siento), mucha cerveza y mucha comida basura. Y ella. Mi Herr, a la que echo de menos tantísimo ahora que está tan lejos, y que extraño tanto en estas fechas (luego no te quejes de que no hablo de ti en el blog, pesada). Con mi madre creo que mejor que nunca, y es que esa mujer se lo merece. Y a mis hermanas...puta rabia no poder estar con ellas ahora.

El trabajo genial. Sigo fija (OLEEEEEEEEEEEEEEEEEEE) y últimamente mejor que nunca. Adoro mi trabajo, me encanta lo que hago, me encanta la gente con la que trabajo y puedo decir que (aunque suene raro) cuando estoy de vacaciones les echo de menos y llamo para ver qué tal está todo. Eso nunca me había pasado, y la verdad es que es una sensación que me encanta.

Además, este año he conocido a gente maravillosa. Pero maravillosa de verdad, esa gente que quieres tener siempre contigo, y que siempre están. Por supuesto, hablo de mi Akelarre y de la bruja adoptada. Esas tres malas pécoras han hecho de estos últimos seis meses algo inolvidable. También hablo de la secta gallega, a los que espero volver a visitar en su tierra para septiembre, que los echo mucho de menos. Y en general a toda #acampadacasamery que fue maravilloso, mi mejor regalo de cumpleaños. Por supuesto, mi adorada Dailara, que desde hace ya muchos años está conmigo en todo momento y con la que empezaré el 2012 celebrándolo como más nos gusta.

Y pasando a terrenos más delicados...en fin, que no os voy a engañar, que he conocido a alguien. Y la verdad es que me hace muy feliz, tanto como no recordaba que me podía sentir. Fue pura casualidad y se ha convertido en instinto. Llevo meses sin borrar la sonrisa de la cara, y espero que siga siendo así y que no salga corriendo antes de tiempo. Si sale corriendo, espero que como fieles lectores le deis una paliza mínimo. Pero con cuidado, porque estoy enamorada de él, y con lo que me cuesta a mi olvidar a alguien, ya tenemos otro circo montado.

La verdad es que ha sido un gran año. Escribiendo esto he recordado muchos momentos vividos, me he reído de lo lindo y también se me ha escapado alguna lagrimilla. Para este año que entra, sólo espero que sea la mitad de bueno que el 2011, y ya sería demasiado pedir. Y espero que dentro de un año estemos todos aquí para que os pueda hacer balance del 2012.

Muchas gracias a todos, prometo que la próxima entrada será visceral y cargada de rabia, de las que os gustan, pero es mi blog y me pongo cuqui cuando me sale del forro de los huevos.

Muchos besos.

Bit.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Moon River

  ¿Sabes lo que te pasa? No tienes valor, tienes miedo, miedo de enfrentarte contigo misma y decir está bien, la vida es una realidad, las personas se pertenecen las unas a las otras porque es la única forma de conseguir la verdadera felicidad. Tú te consideras un espíritu libre, un ser salvaje y te asusta la idea de que alguien pueda meterte en una jaula. Bueno nena, ya estás en una jaula, tú misma la has construido y en ella seguirás vayas a donde vayas, porque no importa donde huyas, siempre acabarás tropezando contigo misma.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

España, país de hijos de puta.

Hoy, hablando con el señor @Arehandoro (chicas, un partidazo, de verdá de la güena. Más majo que las pesetas, guapo, rico (lo será, creedme), cariñoso, inteligente...¡¡que me lo quitan de las manos!!) y matando el tiempo en el trabajo (si mi jefe me viera...) hemos empezado a divagar sobre política y, en definitiva, sobre los españoles y este carácter nuestro tan particular.

Generalmente me da por reír, y río por no llorar, pero es que es verdad, somos muy hijos de puta todos. Y encima parece que nos gusta demostrarlo, que no nos avergonzamos de lo que hacemos y ¡hala! qué más da, que se entere todo el mundo, a mi plin, yo duermo en Pikolín. Evidentemente, jamás me van a dar trabajo en una oficina de turismo, pero me puedo dar con un canto en los dientes por tener trabajo. Porque si por muchos de esos hijos de puta fuera, aquí no tenía trabajo ni el barrendero.

Me da por pensar en los medios de comunicación. Y automáticamente se me viene a la mente la palabra DEMOCRACIA, esa idea tan bonita (COMO IDEA) pero tan poco práctica a veces. Sin ir más lejos, ahora mismo. Los medios nos hacen creer en esa falsa idea de la democracia, nos hacen creer que existe, que nosotros tenemos la última palabra. ¡¡Qué equivocados que estamos todos, esto es España y somos unos hijos de puta!! Pero ellos también se equivocan. Gracias a internet (niños, en internet hay algo más que porno, ¡¡leed e informaos un poquito, que es gratis!!) el mundo entero se ha revolucionado. Todos (o casi todos, que Sálvame tiene mucha audiencia) hemos sido testigo de la revuelta global, hemos pedido un cambio. Desde los paises árabes hasta Estados Unidos, pasando por Europa. Y me he sentido orgullosa de ellos, de la gente que se echa a las calles, que lucha por el cambio, porque se respeten sus derechos. Porque, joder, estamos en pleno siglo XXI, hemos despertado. No vivimos con el temor al brazo represor de la Iglesia, nosotros elegimos a nuestros dirigentes de forma democrática para que luchen por nosotros, para tener una calidad de vida, para ser libres (AY QUE ME MEO TOA). Y todo esto es muy bonito, sí. Pero soy española, y aquí somos harina de otro costal. Aquí somos diferentes, esto es un mundo a parte, son otras normas, otras leyes.

En España somos muy hijos de puta. Y mientras miramos embobados cómo en otros países la gente se echa a la calle, nosotros estamos en el sofá haciendo zapping. Porque somos así, porque luchar por tus derechos cansa, y "si no hay bares yo paso". Que me podéis decir lo que queráis, pero esa es mi idea y no me lo quita nadie. Porque lo he visto con mis propios ojos y esa traición duele más que un tampax mal puesto. Nos ha pasado lo de siempre, nos hemos desinflado. Pero qué os voy a contar a vosotros, que como españoles (la mayoría de los lectores), estaréis hartos de verlo. Qué os voy a contar de un país que sólo parece unido cuando gana su selección. Un país donde impera el "me da igual a quién pisar para conseguir lo que quiero, porque soy español, y muy hijo de puta, y es así y es lo que hay".

No malinterpretemos. Soy española, y me gusta mucho esto. No sé, te das cuenta de lo mucho que te gusta donde vives cuando sales fuera. La comida es un asco, la gente es una mierda. Y los españoles somos muy mierdas, pero qué queréis que os diga, para aguantar una mierda ajena, me como la mía. Que al final se le coge cariño.

En definitiva, que somos todos muy hijos de puta, pero que como en casa en ningún sitio. Y aquí seguiré quejándome de lo mucho que me duele la herida, pero seguiré quitando la costra, porque la costra es mía y me la quito cuando quiero.

Bit.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

En definitiva, me gustas tú.

Sé que probablemente no me perdones por lo que voy a hacer. No, sé a ciencia cierta que no me vas a perdonar, pero sabes que yo no puedo callarme. Lo siento, pero prefiero que te enfades a que me salga una úlcera.

Hoy quiero hablar de ti. De las cosas que me gustan de ti. Ya, ya lo se, cambia esa cara y cierra la pestañita de una vez, tú sabes que no quieres seguir leyendo. Y yo quiero escribirlo. Ya que no te lo puedo decir a ti, necesito soltarlo, y mi blog es mío y me lo follo cuando quiero. Así que largo, fuuu fuuu.

Me gusta cuando duermes. En serio, admiro tu capacidad para dormirte en casi cualquier circunstancia. Y estás realmente guapo dormidito.

Me gusta tu sonrisa. Es fascinante, de verdad. Y el sonido de tu risa, a veces lo echo mucho de menos.

Me gusta que me sorprendas. Sí, te he dicho mil veces que odio las sorpresas, incluso has sufrido las consecuencias. Pero me encanta que me sorprendas porque sabes cómo hacerlo. Y es realmente genial.

Me gustan nuestras conversaciones telefónicas. El "cuelga que te llamo yo". Hablar de todo lo que nos pasa.

Me gusta tu olor. Me vuelve loca. Y me gusta que lo utilices para conseguir cosas sucias.

Me gusta que me digas guarradas. Y que me las hagas.

Me gusta nuestros momentos de aburrimiento y locura. Reirnos por todo, que me hagas cosquillas, que yo intente hacértelas y que acabemos tirados en el sofá agotados de hacer el capullo.

Me gusta la confianza que tenemos. Poder decir cualquier cosa que se nos pase por la cabeza sin ofendernos ni extrañarnos.

Me gustan tus motes cariñosos, incluso el que está prohibido.

Me gusta que te preocupes tanto por mi, y que me dejes que me preocupe yo por ti. Que nos cuidemos y nos mimemos.

Me gusta lo buen amo de casa que eres. Tu maña en la cocina, aunque me lo dejes todo echo una porquería, pero después de comer lo que cocinas, eso deja de importarme. ¡Y sabes hacer la compra!

Me gusta haber encontrado en ti a un amigo incondicional. Que cuando estoy mal aguanta carros y carretas, mi SPM y lo que se ponga por delante, con tal de sacarme una sonrisa. Y siempre lo consigue. Creo que eso es lo que más me gusta de ti.

En definitiva, me gustas tú. Mucho, mucho, y mucho.

Bit.

martes, 22 de noviembre de 2011

Hoy ha sido un día muy mierder. Muy muy mierder. De esos días en los que, con más placer que si estuviera recién follada, me cargaba a todo el que tuviera la mala suerte de cruzarse conmigo.

En el trabajo mal. Pero mal de muy mal. De que tengo muchas cosas pendientes que no consigo acabar. Me jode ponerme con algo y de repente "Bit, ven un momento para tal cosa". Lo hago y en vez de volver a lo que estaba haciendo me mandan otra cosa. Y de nuevo "Bit, ven un momentito, por favor". Y ya son dos cosas que tengo a medias, y así con todo. Es realmente frustrante, me hace sentir incapaz, insegura, inútil. Mina la confianza en mi misma en el tema laboral.

Y no se os ocurra llamarme derrotista ni decirme que me lo tomo todo a la tremenda, no habla Bit, habla su SPM.

Luego lo de siempre, la gente. Su asqueroso comportamiento, su asquerosa forma de decir las cosas; su asquerosa vida. Y mi asquerosa manía de decir "otra oportunidad más". Me agota, me consume. Me cansa portarme bien con la gente, poner buena cara aunque me ofendan. ¿Por qué no puedo ser como el resto? Una cerda arpía sin sentimientos ni remordimientos a la que se la sopla la gente, sus circunstancias y la puta madre que parió al vecino. En definitiva, una "persona" más. Me gustaría, pero no siempre puedo. Por suerte o por desgracia (últimamente suele ser lo segundo), soy bastante empática y hago mía la frase de "haz lo que quisiera que te hicieran a ti" (pero no creo que funcione en el caso de ir comiendo coños por ahí, que es lo que me gustaría. ¿O sí? Si lo pruebo os diré si funciona o no). Y así me va, jodida por todas partes.

Tengo muchas ganas de llegar a casa, noche de pizza casera, y luego meterme en la cama a oscuras y ver un par de capítulos de Fringe. Y después llorar y desahogarme hasta quedarme dormida como un bebé. A veces es necesario.

Bit.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Creo que esta es la entrada que más me ha costado escribir. Sin duda, la que más tiempo he tardado, la que más recuerdos ha reavivado, la que más dolor me ha causado. Pero creo que es completamente necesaria. Creo, desde la distancia que hay y el tiempo que ha pasado, que te lo mereces. Y ahora, al fin, puedo ser justa.

Hace casi un año de la última vez, ¿te acuerdas? Fue la noche antes de tu cumpleaños. Yo volvía cansada de un viaje absurdo, tú estabas allí, esperándome, con esa mirada tuya de no haber roto un plato. Fuiste a buscarme al aeropuerto, no te esperaba, y me alegró. Me sentía ridícula, triste, cansada...y verte allí, tu cara, tu sonrisa, me animó. ¡Por fin!, pensé, una cara conocida, una mirada amable y una sonrisa llena de cariño. Querías volver a intentarlo. Nos merecíamos otra oportunidad. Me regalaste (otra vez) aquel anillo que tanto me gustaba y que pensaba que había perdido (debo decirte que lo encontré en los bolsillos de unos pantalones este verano, sabes que soy así de despistada), y ese detalle me encantó. Pero aquello ya no tenía sentido. Ambos lo sabíamos, aquello ya no tenía arreglo. Y el día de tu cumpleaños, te lo demostré.

Habíamos quedado para cenar y ver el partido, era la prueba de fuego, si aquello iba bien, estaríamos haciendo lo correcto. Pero no fui. Cancelé el plan horas antes porque tenía miedo. Me aferré a mi fuerza y a mi independencia, porque no soportaba la idea de quererte. No quería querer, no quería estar enamorada de ti. ¿Y si te ibas? ¿Y si volvías a dejarme? ¿Qué iba a hacer yo? Así que me alejé de todo, seguí adelante. Pero semanas después estaba desesperada, sabía que me había equivocado e intenté reparar mi error. Demasiado tarde.

Te propuse quedar, tomar un café, charlar. "No creo que sea buena idea", y con esa frase el mundo se me cayó a los pies. Sabía lo que venía a continuación. "He conocido a alguien". Y yo, yo también la conocí a ella meses después. Y sentí envidia de ella. De la suerte que tiene de que estés a su lado. De que cada día le hagas sonreír como hacías conmigo.

Muchas veces te he escrito. Aquí, por mail, en papeles que he ido encontrando. Unas veces con rabia, otras con ansiedad, amargura o resentimiento. Incluso a veces te he escrito porque te echaba de menos y necesitaba a mi amigo a mi lado. Te he escrito mil cartas de despedida que jamás he podido mandar. Pero esta sí te la voy a mandar. Al menos, espero que te llegue de una forma u otra, porque ya no sé como contactar contigo. Al menos sin que me muerdan.

Alberto, quiero despedirme de ti. Creo que después de un año puedo hacerlo y es el momento. Quiero acabar con todo, poder pasar página y acabar este triste capítulo de mi vida. Quiero poder ser feliz de verdad, sentirme bien con otra persona que no seas tú. ¿Sabes? Creo que me está pasando. Creo que puedo confiar en alguien tanto como confié en ti. Y ahora ya no tengo miedo, pero no puedo ser libre sin antes haberte dicho todo esto. Te quiero, te quiero mucho y siempre te voy a querer. Porque fuiste la persona más importante de mi vida. Me apoyaste siempre, y en los peores momentos siempre estabas ahí. Y por eso te quiero y te doy las gracias. Pero ahora puedo decir que eres mi pasado, y que yo soy mi presente. Creo que vuelvo a ser feliz, feliz como lo era cuando podía sonreirte. Feliz como lo fui durante un tiempo contigo. Y en parte es gracias a ti. A tu lado me convertí en lo que soy, y quiero agradecértelo.

Quiero pedirte algo antes de acabar. Sé feliz, por favor. Haz felices a los demás. Y nunca, jamás, se te ocurra cambiar.

Te quiero.

Mery.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Ilusiones

Cambio radical en cuanto a la anterior entrada. Hoy no estoy enfadada, ni echo espuma por la boca ni he apuñalado a nadie, nada de eso. Hoy simplemente estoy pocha. No sé, triste, melancólica, algo desilusionada y desencantada.

La ilusión es como una mecha que prende rápido, pero es tan fácil que el agua la apague...Es tan fácil hacer que yo pierda la ilusión y la esperanza por algo, que cualquiera puede hacerlo. Reconozco que es mi culpa, me ilusiono fácilmente y luego me pasa lo que me pasa. Pero es tan reconfortante tener ilusión en las cosas, me ayuda tanto a sonreír...

No todo uno sale como quiere, y odio esa sensación de perder la ilusión en algo que empezaba a tomar forma. No sé si me explico, la verdad es que me da igual. Esta entrada no es para vosotros, es para mi. Para desahogarme, para no gritar, para no hablar con nadie. Es para ordenar mis pensamientos, aliviar mis sentimientos y sentirme algo mejor.

A veces no sé ni por qué me empeño en creer en algo que no puede ser.

Bit.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Lo que no me pase a mi 2.0

En la entrada anterior comenté, a modo de anécdota, algo que en su momento me pareció divertido e inocente. Un chico al que había conocido (y no recuerdo) que me llamaba por teléfono, incluso me invitó a cenar. Bien, esa noche, amablemente, le respondí a un sms diciendo que no me volviera a llamar. Incluso le di las gracias por entenderlo.

Qué equivocada estaba, señor, qué equivocada. Ayer me volvió a llamar otras tropecientas veces y no se lo cogí. No quería ser antipática, pero me sentó muy mal y le mandé el siguiente sms: "¿Qué parte de no me llames, por favor, no has entendido?", y di el tema por zanjado.

Hasta que esta tarde recibo otra llamada mientras estaba trabajando. Me ha dejado un mensaje en el buzón de voz, que he escuchado (más por curiosidad que por interés). Sólo he entendido palabras sueltas "hospital" "coche" "lo siento", y ya. Pero vamos a ver, jodido aborto mental, ¿no entiendes que no me interesas? ¿Que después del millón de llamadas tengo tu número a mano y si me interesara hablar contigo te habría llamado? ¿Que resulta muy molesto tener que apagar el teléfono para que me dejes en paz? ¿De verdad crees que después de este acoso voy a quedar contigo?

Armándome de paciencia, le he vuelto a escribir, esperando zanjar el tema de una jodida vez. Es o eso o tirarme a las vías del tren. Y aquí van los sms.

Yo: "He escuchado tu mensaje y no he entendido nada, se escuchaba fatal. Te pedí por favor que no me llamaras. Al menos no me llames mientras trabajo, es incómodo" Y lo es, mi jefe me ha preguntado un par de veces que por qué no cojo el teléfono.

Él (ser iluminado donde los haya) una hora después: "Perdona, Bit, ¿estás disponible ahora?" (Ay, yo lo mato, lo mato).

Yo: "No, estoy trabajando. Pero no me llames, por favor, he intentado ser simpática, pero déjalo".

Él: "La verdad es que me caiste muy bien el otro día, sólo intenté devolverte la llamada, no quiero que te sientas mal, te llamaré fuera de horario de trabajo si me lo permites, claro. Un beso, Bit"

Vamos a ver, chaval, ¿eres tonto? ¿No lo entiendes? ¿Qué puta tara mental tienes? ¿Te abandonó tu madre? ¿Por qué todos los retrasados mentales me tocan a mi?

En fin, que hoy vengo calentita con el tontolapolla este. Puto cansino y retrasado de las pelotas, no te diera un derrame cerebral y perdieras la capacidad de hablar. Que la de razonar no la tuviste nunca.

Quitando eso, me he dado cuenta de que la gente tiene la educación donde Rajoy la inteligencia. Not found. ¿Tanto cuesta dar las gracias? Debe ser que soy rara, y me crié en la escuela del "por favor" y "gracias". Cualquier mínimo gesto, como abrirle la puerta a alguien, ceder el sitio en el autobús, etc. En serio, ¿cuesta mucho girarse y dar las gracias? No os estoy pidiendo 100 euros para salvar a los osos polares (desconozco si están en peligro, y la verdad es que ahora mismo me importa un huevo), simplemente que DEIS LAS PUTAS GRACIAS. Que ya no pido una sonrisa, que soy la primera que a veces no tiene putas ganas de sonreír, pero aunque sea con cara de perro, las gracias las doy siempre. Hostia.

Pero no sé de qué me sorprendo, esto es España, donde cada uno va a su puta bola y pasa de todo. Y si hay que pisar a alguien se pisa, eso sí, sin mirar por si nos entran remordimientos. En fin, que no se note mucho que el género humano me da un asco increíble, que luego me enchufan Prozac y paso.

Por favor, que llegue ya el sábado, que aún no sé si irme a beber con las perroputas o quedarme en casa viendo Fringe. Eso sí, hoy, como cada viernes, noche del PPP. Pijama, pizza, peli. Que me lo he merecido. Y ya lo dejo, por hoy ha sido mucha la mierda que he soltado. Qué bonito es todo.

Bit.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Lo que no me pase a mi...

Esta vez tengo excusa y de las buenas, ¡¡es real!! Un ser adorable y achuchable al que llamaremos Cu, me ha tenido el ordenador secuestrado 5 días, pero ahora funciona de putísima madre. Y aquí estoy, trasteándolo de nuevo más feliz que un guarro en un charco.

Semana de lo más extraña, hoy concretamente día agotador. Ganas de mandar a la mierda el trabajo aumentando. Si no fuera porque me encanta lo que hago, me hacía la maleta y me iba a Londres a darle por culo a mi hermana hasta: a) Encontrar trabajo. b) Que se me acabe el dinero y tenga que volver. c) Que me mande ella antes de vuelta de una patada en el culo porque no me soporta. Ninguna de las tres opciones me termina de convencer del todo, pero ya se verá.

Como he dicho, semana de lo más extraña, sobre todo la noche del lunes. Obviamente salí de fiesta, y pasaron dos cosas que aún no me acabo de explicar.

1. Como siempre, cogí un taxi para llegar al centro. El taxista juró que me conocía. Lo juró y lo perjuró y acabé creyéndole. Creo, y me da miedo pensarlo, que se trataba del famoso "JoseLuí", un taxista muy majo que conocimos una noche, que nos dejó fumar y al que le juramos amor eterno. Al final me acabó dando su mv del trabajo y el personal, por si necesitaba que me fuera a buscar a alguna parte en cualquier momento. Muy muy majo el colega, pero sigo pensando quién coño será y de qué noche loca me conoce.

2. En algún momento de poca lucidez, se ve que le dí mi número a un tal Juan que lleva dos días llamándome, que me ha descrito físicamente, sabe de qué trabajo y sabe mi nombre. Pero yo ni puta idea de quién es el colgado. Eso sí, me ha invitado a cenar. Muy majo el chico. No, no voy a ir a cenar con él.

Cuando me pasan estas cosas me planteo seriamente dejar de salir en plan destroyer. O dejar de beber directamente. Pero claro, luego salgo con mis amigos de cañitas "tranquis" y acabo llegando a casa a la mañana siguiente con una cogorza del copón y varias heridas de guerra. La culpa no es mía, es de ellos, pero se lo perdono.

Eso sí, este fin de semana juro y perjuro que no salgo. No me llaméis, por favor, no quiero ni puedo salir. Bueno, el sábado una tarde de cañeo me lo puedo permitir, pero nada más (JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA), en serio.

En fin, pequeñas meretrices del averno, espero que este mes pase pronto y que llegue ya el maltido día 18 para emborracharme como Dior manda. ¿Veis? No tengo remedio.

Bit.

jueves, 27 de octubre de 2011

¿Bit se enamora?

Es curioso, desde hace unos dos años, cada vez que alguna de mis amigas se pelea con su pareja o rompen, la primera en la lista de llamadas soy yo. En parte lo entiendo, por otro lado no. Vale que lleve cojón y medio soltera, pero ¿sabéis que no soy inmune? ¿Sabéis que también PUEDO y que TENGO EL DERECHO de enamorarme? Y ¿sabéis que al contarme todas esas cosas se me quitan las ganas?

Muchas veces lo pienso, si estaría mejor con alguien a mi lado. Inmediatamente desecho la idea y enciendo otro cigarro, aspiro el humo mirando el horizonte...nah, esto no es una obra de teatro. Simplemente a veces tengo esas ideas que son absurdamente molestas. Pero nadie es inmune a los sentimientos, y cuando menos te lo esperas, aparecen. Entonces es cuando viene lo peor. Enamorarse de alguien ya no te parece tan buena idea, ya no sientes la necesidad de compartir tu día a día con otra persona, no quieres. Te vuelves egoísta, proteges cada pequeña cosa de tu vida cotidiana por miedo a que eso cambie. Por miedo a que otra persona pueda influir, y la seguridad de tu mundo se vaya a tomar por culo.

Y cuando intentas evitar todo eso, te das cuenta que no puedes. Y quedas con tus amigas para emborracharte y acabas confesando tu error y tu pecado: te has fijado en alguien, alguien que te gusta. Y no sabes si brindar por la nueva oportunidad o porque cuando te montes en el taxi de vuelta a casa, le vas a pedir al taxista que pare junto al Manzanares y te vas a tirar, para acabar con tu agonía. Pero continúas, a pesar de que sabes que es un error. Porque lo SABES por muy rubia que seas.

Ahora mismo no me planteo que eso pase, no voy a dejar que ocurra. Pero muchas veces me sorprendo a mi misma pensando "y si..." y me asusto. Entonces cojo el teléfono, y convoco cañas urgentes y se me pasa.

Para que luego digan que el amor es muy bonito. Me cago en mi puta estampa.

Bit.

martes, 18 de octubre de 2011

Lo bueno si breve...

Pues ya estoy aquí de vuelta de mi fin de semana de relax total, arañando los días que me quedan de vacaciones y de no hacer NADA. Debo decir que estoy completamente enamorada de Galicia, de su gente, su gastronomía, su cerveza y por supuesto y un punto superior en el ránking, de su jodido PULPO.

Llegamos el jueves por la tarde, nos perdimos buscando el hotel, aquella maldita ciudad llena de cuestas y suelo empedrado, ideal para ir con las bolas chinas puestas, una pasada. Conseguimos llegar, dejar las cosas y salir echando leches, que la cerveza no se bebe sola. Y de cañeo, pedo bastante majo y a dormirla.

Me llama mi jefe el viernes por la mañana, gruño, me resisto, pero lo cojo. Llamada completamente innecesaria, he de decir, pero al fin conseguimos salir de la cama y a seguir comiendo y bebiendo. Y así todo el día, siesta y de fiesta otra vez.

Por fin sábado. No tengo palabras para describir ese día. Por la mañana, excursión a Illa de Arousa, un pueblecito PRECIOSO donde comimos DE PUTA MADRE con un paisaje INCREÍBLE. De verdad, aunque me hicieran subir al culo del mundo por unas escaleras que no se las deseo ni a un murciano, pero mereció la pena el paisaje. Y luego a hacer el París-Dakar. Muchas, muchás más risas con mi rubiña preciosa, mi morenaza guapísima, mi gallego de mis amores al que quiero con locura y mi valenciano. Vamos, que hacerte esa ruta con esos cuatro amigos que son completos amores no tiene precio. Que menudas risas nos echamos. Aunque he de reconocer que tengo muchísimas lagunas de esa noche, pero sólo sé que fui feliz y que me lo pasé genial, que me reí como nunca y disfruté como una enana. Ains, que me emociono.

Pero no os preocupéis, sigo siendo yo. "¿Nos haces una foto?" "Bueno, yo es que esto de hacer fotos no se me da muy bien" "Tampoco es tan difícil, sólo es apretar un botón". Y sí, nos hizo la foto, pero salió movida. Hijo de puta.

Y vuelta a Madrid, tristeza profunda. Que te escriba una amiga a las cuatro de la tarde que si hacemos birras. Salir de casa a las seis para ir a tomar unas cañas y amanecer a las 12 de la mañana en el piso de tu amiga con un cuenco de pota al lado de la cama, una resaca increíble, un moratón en la rodilla, el labio hinchado y el pómulo dolorido. Y lo mejor es cuando tu amiga te dice lo que hiciste esa noche, que no lo voy a contar aquí porque es vergonzoso hasta para mi. Sólo diré eso de "lo del labio y el pómulo será porque decidiste que era más seguro potar poniendo la cara en el asfalto". Sí, de ese tipo de persona soy.

Qué corto se me ha hecho, pero cuánto he disfrutado. Y me ha servido para aclararme yo, aclarar ciertas situaciones, recuperar a una persona a la que pensaba que había perdido y era muy importante para mi. Y qué coño, que estoy super feliz y contenta. Que me lo merezco y me tocaba.

Qué ganitas de volver y cuánto echo de menos a mis gallegos adorados. A ver si venís prontito a verme, josdeperra, que quiero repetir.

Y ahora a ver un poquito la tele, acostarme tarde y levantarme mañana a la hora de comer. Esto es vida, siestas de 3 horas, sin horarios, sin preocupaciones...

Bit.

lunes, 10 de octubre de 2011

Tachán, tachán...¡¡que me voy de vacaciones!!

Ahora mismo, aunque no lo creáis, estoy pegando saltitos de emoción. Bueno, más o menos, pero o me alegro porque MAÑANA ME VOY DE VACACIONES, o acabo pegándome un tiro. Entre los nervios, el estrés y la úlcera incipiente, estoy que no sé si como me tengo en pie. Pero sigo en pie. Bueno, ahora mismo no, estoy sentada (más bien tumbada, hay que reconocerlo) en el sofá recien cenada con la tripa como la de un niño de Somalia.

Así que, queridos lectores, os echaré mucho de menos mientras como pulpo y me emborracho con Estrella Galicia. Porque pienso venir hasta el culo de cerveza y juro que de la cantidad de pulpo que comeré, me saldrán tentáculos. Así podré repartir más hostias a la vez. Todo son ventajas.

La verdad es que echaré de menos mi rutina. El vacío existencial que siento cuando me marcho de casa con una maleta me pone triste. Pero más triste me pongo cuando estoy haciendo la maleta en el hotel antes de volver.

Echaré de menos mi trabajo (sí, soy así de masoca, ¿qué pasa? Lo sabíais, no es una novedad). Me lo paso bien, y cuando estoy varios días sin ir, a veces pienso en qué estarán haciendo, qué nuevos cotilleos habrá o si mi jefe se está ciscando en mi santa progenitora porque he dejado algo a medias. Que siempre pasa.

Echaré de menos madrugar. Que no, que no es verdad, tonto el que se lo haya creído.

Echaré de menos a mi santísima progenitora. Bit, levántate. Bit, ¿qué comemos mañana?. Bit, recoge lo que dejaste en el baño. Bit, ¿cómo dejas la ropa sucia en el suelo de tu habitación? ¿y si vienen visitas?. Sí, esas cosas se echan de menos. Pero sigue ganando por goleada el tema del pulpo. Lo mío por el pulpo es adoración.

Os echaré de menos a vosotros. Mucho mucho. Y os traeré algún regalito (pulpo no, por supuesto, eso es sólo mío).

En realidad necesito desconectar un poco, lo de la úlcera no es coña. O eso o tengo gases, ya no sé qué me pasa. En fin, nos leemos a la vuelta, malditos. Traeré fotos y anécdotas. Eso si llego viva, que tengo mis dudas...es lo que tiene viajar en una lata de mejillones en escabeche.

Espero que seáis buenos, no quiero tener que cortar cabezas a mi vuelta, estaré demasiado deprimida como para matar sin que me salpique la sangre y es algo que ODIO.

sábado, 8 de octubre de 2011

El que la sigue, la consigue.

A veces se me ocurren ideas fabulosas para contar en el blog, pero da la casualidad de que es justo en momentos en los que no tengo un ordenador delante. Y cualquiera que me conozca mínimamente sabe que la buena memoria no es una de mis cualidades. Entonces nunca escribo nada, y cuando quiero escribir algo porque siento cargo de conciencia, sólo se me ocurren gilipolleces (si es que se me ocurre alguna). Y eso, queridos, es el espíritu de mi blog, y me tenéis que querer por lo que soy, no por lo que olvido.

Como introducción no está mal, ¿no? Pero hoy sí que tengo algo que contar. Hoy de hecho voy a hablaros de una persona muy especial para mi. Os voy a hablar de la fan número uno de este estercolero sentimental que tengo por blog. Ella es, ni más ni menos, que mi hermana (también mencionada con anterioridad como "herr").

Mi hermana (a la que seguiremos llamando "herr" pero que no es su nombre real, ¿eh? que mis hermanas tienen nombres raros, pero no tanto) es un poco como yo, para que os hagáis una idea. Es decir, tiene profundas taras mentales (pero es muy divertida), poca paciencia (pero bendita es ella, porque lo que tiene que aguantar...), más mala hostia que un rotwailer hasta arriba de farlopa (pero es todo amor si le acaricias la espalda)...vamos, como yo. Hasta una vez, cuando era muy pequeña, era rubia.

Se que a ella le hace mucha ilusión que la mencione en el blog, y mucha más le hará saber que es protagonista. Ella es una parte importante de que me anime a escribir, me lee siempre, incluso llegó a sugerir que editara mis tonterías. Y a mi me emociona que me apoye, aunque sea en una empresa tan estúpida como esta.

Debo decir que, desde que se fue, la echo muchísimo de menos. Y que echo de menos su "¿te hago una trenza?". Porque sí, durante 5 días estuvo diciéndome eso cada 20 segundos, mientras yo me arrancaba el pelo a puñados de pura crispación. Al final acabó reconociendo que era para que hablara de ella aquí, así que aquí lo tienes, PESADA, que eres una pesada.

Pero en serio, yo a mi hermana la quiero y la adoro con todo mi corazón. Porque es mi hermana. Porque me siento muy identificada con ella. Porque las ha pasado más putas que Caín, y la cabrona no se rinde, sigue remando y sigue hacia adelante ella sola. Porque es una de las personas más fuertes que conozco. Porque sin duda es la persona más bondadosa que me he encontrado en la vida. Porque es mi madrina. Porque tiene una sonrisa que puede iluminar el mundo ella solita. Porque siempre que la he necesitado ha estado ahí, bien para darme un abrazo o una colleja. Porque se que me quiere tanto como yo a ella. Porque ahora mismo está pasando un frío de la hostia allá en UK y nos echará mucho de menos. Porque gracias a ella pasé las mejores vacaciones de mi vida, y sin duda esa semana juntas y sola sirvió para unirnos mucho más. Porque puedo decir que no puedo vivir sin ella. Y porque no he sido capaz de escribir este párrafo sin llorar.

Y parte del espíritu de mi blog es esto, soltar parrafadas completamente absurdas y de repente, ¡ZAS!, colaros una parrafada super tierna y emotiva que os deja a cuadros.

En definitiva, herr, te quiero un montón y te echo mucho de menos. Y sí, ya eres protagonista de mi blog, te lo has ganado tú sola en todos estos años.

Bit.

miércoles, 5 de octubre de 2011

¡¡Hola mamá, sigo viva!!

Me han timado. El chino que compré por internet para que se encargara del blog no llega nunca. Pero me ha llegado un catálogo de neumáticos super completo. Lástima que no tenga coche.

En fin, ¿os he dicho ya que la semana que viene me voy de vacaciones? ¿No? Oh, pues sí, me voy de vacaciones muahahaha pringaos de los cojones que os quedáis aquí currando, me voy, me voy a tajarme, a comer y a jartarme de follar y prometo traeros algo. Un imán para la nevera, una historia entretenida, fotos, lo que sea.

Como dato importante de esta semana, me he propuesto dejar de fumar. Y no me va tan tan tan mal. De hecho me va tan bien que aún no me buscan por asesinato ni han puesto denuncias por agresión ni nada. Y eso que me estoy fumando unos 5 cigarros al día. Jo, me hago mayor, me siento muy machota.

Y poco más, mucho trabajo, muchos clientes pesados, muchas ganas de desconectar y evadirme. Y sobre todo, echo mucho de menos a mi hermana, que debe estar pelándose el culo de frío por tierras británicas. Y echándome mucho de menos ella a mi también, que me la conozco. Pero pronto iré a darle por saco por allí, hasta que se canse de mi y de una patada me monte en una de esas cajas de zapatos que son los aviones de Ryanair y de vuelta a casa. C'est la vie.

Bit.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Diario de una dependienta en apuros (V)

Iba a escribir (oh, sí, aunque parezca increíble) sobre un tema bonito y muy tierno, pero cuando llevaba apenas 3 párrafos me he puesto a lloriquear como una enana y me he dicho "Oye, Bit, que le hables a tus amigos de esto, pase, pero por los mundos de internés donde aún tienes una reputación, pues no" y aquí estoy, sin tener mucho que contar. Y sin mucha reputación tampoco, que ya se encargó ayer mi hermana de acabar con ella de forma brutal en el caralibro. Cría cuervos...que al final te saldrá más barato que tener hermanas.

Semana de 14 días, esto no se acaba. Mucho, muchísimo trabajo, no duermo más de ocho horas desde...¿el día 9? Y estoy agotada. Pero este fin de semana ya no trabajo y voy a descansar y a disfrutar en muy buena compañía. Y en tres semanas vacaciones, que falta me hacen.

Como nota del día, una SOPLAPOLLAS (porque llamarla de otra forma es faltar a la verdad, y eso en este blog NUNCA) que ha venido a tocarme lo que viene siendo el fifi (cortesía de mi adorable hamija y vecina, muy fisna toda ella). Y lo siento mucho, pero esta semana es muy mala para eso. Os pongo en situación, yo sola en la tienda, ATENDIENDO a un cliente. Entra señora hija de la grandísima puta con niña de la mano. Señora fea, muy fea. Niña más fea todavía (qué cruel puede llegar a ser la madre naturaleza y los putos genes).

Señora hija de la grandísima puta: Hola, venimos a por espuelas de rodela.
Bit: Sí, ahí las tiene, justo delante de usted.
Señora hija de la grandísima puta: Pues no las veo.
Bit: Pues tiene usted un problema de visión, pedazo de zorra. (Me acerco) Mire, ahí.
Señora hija de la grandísima puta: Ah, sí (cara de asco)
Bit con mucha mucha cara de asco.

La tía ha estado un buen rato más dando por culo, mi cara de hostilidad era más que evidente, la tensión se podía cortar hasta con un clip cuando de repente...¡¡ZAS!! Llega la hora de pagar. Mi ordenador va un poco lento y a veces se cuelga, y hoy ha pasado.

Señora hija de la grandísima puta: Voy a pagar con tarjeta.
Bit: (Ahora simpática porque ya se iba la pedorra de los cojones) Sí, sin problemas.
Ordenador colgado. Caca, pedo, culo, pis.
Señora hija de la grandísima puta: ¿Estás esperando a que te enseñe mi DNI?
Bit: Sinceramente, me gustaría mucho más darte de hostias hasta encontrar vida inteligente, pedazo de puta. No, estoy esperando a que el ordenador responda (sonrisa de suficiencia).
Señora hija de la grandísima puta: Ah...

Y en definitiva, eso ha sido todo. Mañana más y mejor (estáis que os lo creéis, actualizar mañana, jah. ¡Pringaos!)

Quizá después del finde me pase por aquí para daros un poquito de envidia...ains, felicidad.

Bit.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Septiembre... ¿por qué?

Terrible. Esto es terrible. Ya estamos en septiembre, lo que significa mucho, MUCHÍSIMO, trabajo. Y eso creedme que es terrible. Para mi, para Bit, para la persona que ahora mismo aporrea el teclado con saña. Para el blog es lo mejor del mundo, muchas anécdotas, muchos cabreos...todo muy maldito.

Vuelta de vacaciones, la gente lo quiere todo para ayer. Y yo tengo que hacer como que me importa algo, es mi trabajo. Pero en realidad, en el fondo de mi ser, me rio malignamente mientras pienso que lo llevan claro, que eso tardará al menos un mes. Vuestro futuro está en mis manos, malditos hijos de una hiena.

Pero hay algo que es guay. De hecho es muy guay porque sólo pasa una vez al año y es romper un poco la rutina, pero que cuando estás ahí metida en el jaleo, te parece una santísima mierda. El GRAN concurso. Una semana de trabajar 12h diarias, con una hora para comer, sin fin de semana y mierdas de esas que se acuerdan en convenio. Una semana de estrés pero de momentos divertidísimos. El año pasado, sin ir más lejos, tuve que salir corriendo a vomitar cuando un conocido miembro de una importante e influyente familia intentó ligar conmigo. Patético. Muy patético. Vomitivo. (Bueno, también es verdad que ese día me podía hacer vomitar cualquier cosa, es lo que tiene la resaca, que es muy mala). Pero es divertido, estás en el campo, se supone que trabajas pero en realidad no haces nada. Y encima pagan dietas.

Y después de eso una semana de vacaciones. Y ya estoy haciendo planes muy muy nazis.

Otro domingo más que sumar a la lista de días poco productivos, pero deseando ya que llegue el siguiente (atención a mi etiqueta favorita, que os doy pistas y ni lo veis) y salir un poco de la rutina. 

Como anécdota de la semana hay una muy buena. No la iba a contar, porque fue bastante vergonzosa, pero cosas peores me han pasado. Uniforme: pantalón y camisa. Sujetador algo justo, con esto de las hormonas me han crecido (más) las tetas. Os podéis imaginar la cara del cliente cuando me agaché y una de mis citadas tetas decidió irse de parranda ella sola. Así, sin avisar, traspasando la barrera del sujetador y la camisa. Un show. Digno de ver. Vergonzoso. Rezo desde entonces porque el cliente no vuelva nunca más. O al menos me haya puesto un mote divertido. Señor, qué cruz de vida.

Bit.

martes, 23 de agosto de 2011

Lalalalalala.

Hoy iba a hablar sobre cosas que me cabrean. Mucho. Pero sinceramente, no me quito la sonrisa de la cara, a pesar de que estoy gravemente herida y mi vida pende de un hilo. Bueno, tampoco tanto, quizá exagero un poco. Es que soy del sur, y en el sur hacemos esas cosas. Lo único que me ha pasado es que soy un poco torpe y tengo una coordinación digna de una octogenaria. De hecho, si llego a ser más torpe, nazco por el culo.

A lo que iba, estoy contenta (¡¡y no estoy borracha!! aún), el odioso mes de agosto se acaba, la gente vuelve a las ciudades fantasma, vuelve al trabajo (vamos, que se joden igual que me he jodido yo y eso me anima una barbaridad) y todo vuelve a la normalidad. Pero se acerca septiembre, y el dichoso concurso que te pasas evitando un año pero que finalmente llega. Una semana al sol, sonriendo, con camisa (y la caló, claro) y trabajando 12 horas al día. Pero da igual, un extra nunca viene mal.

Y en nada vuelve mi señora madre, volveré a comer de forma decente, volverá a echarme la bronca porque soy un desastre...¡¡pero volveré a comer de forma decente!! Y eso me hace feliz, muy feliz, porque encima mamiadoptiva está en el norte poniéndose negra y descansando y ahora no tengo con quién comer ni qué comer. Y encima en el kebab de mi barrio ni me cogen el teléfono, los hijos de la gran puta.

Y poco más, con muchas ganas de que llegue el fin de semana y descansar, reposar la patita en alto y que se me cure esto ya que no me deja vivir. (Sí, es que soy MUY del sur).

Quesitos, quesitos para todos. O mejor pa mi tó.

Bit.

jueves, 18 de agosto de 2011

Pues resulta que Bit tiene una hermanita...

En realidad tengo tres, avariciosa que es una. Pero acabo de recibir un eseemeese de mi pequeña Bob y me apetecía escribir sobre ella.

Tiene 24 años, está algo pirada y muy perdida en la vida. Pero tiene un corazón enorme y la quiero con locura. Es infinitamente generosa, algo despistada, se ofusca con facilidad, pero si le rascas detrás de las orejillas no es más que un gatito meloso.

Hemos compartido habitación durante años, y cuando cada una pudo hacerse con una propia, al final siempre acabábamos durmiendo juntas. Y lo que pasa cuando duermes con mi hermana es que al final no duermes, porque por las noches le da por decir que quiere un puto unicornio. Y así siempre.

Bob y yo. Ya desde pequeña no callaba, si ella me ignoraba cogía el teléfono.

Siempre hemos estado muy unidas, a pesar de todas y cada una de nuestras peleas. De hecho, la cabrona, me tuvo varios meses chantajeada, y todo por que un día tiré un bocadillo de queso realmente asqueroso. Sí, es que yo de peque era mucho más rubia y me dejaba maltratar psicológicamente por ella.

Hemos vivido muchos momentos que siempre recordaré. Una vez me llamó desde Murcia (otro de los motivos por los que odio ese jodido antro de ratas y cucarachas) diciéndome que llevaba DÍAS durmiendo en la playa, y que no tenía dinero para volver. Ya os podéis imaginar la cara que puse. Un poema.

Otra vez tuve que rescatarla de la playa. Borracha, semidesnuda y emperrada en meterse en el agua con una cogorza del quince, mientras bailaba y unos capullos coreaban. Si ese día me lío a hostias, a ver quién me hubiera pagado la fianza.

A pesar de las mil liadas que me ha hecho, sigo adorándola y queriéndola, es mi hermana, mi Bob, mi compañera de fiestas y la persona que lo sabe todo de mi. Y se que a las 6 de la madrugada cuando vuelva de currar, se sentará en el ordenador a leer mi blog, porque la tía dice que se rie mucho con mis chorradas. Y se que soltará un par de lagrimitas porque me echa de menos tanto como yo a ella. Y esta es una forma de decirle que la quiero mucho.

Te quiero enana.

Bit.

martes, 9 de agosto de 2011

Si me dan a elegir...

Si tuvieras que hace un último viaje, ¿a quién te llevarías? Es algo que he pensado muchas veces. Es tu último viaje, sabes que es efímero y deseas disfrutarlo con las personas a las que más quieres.

Yo me llevaría a varias personas:

- Mi madre. Que sí, que discuto mucho con ella, que a veces no la soporto, que una de las cosas que más temo es que con el paso de los años cada vez me pueda parecer más a ella. Pero es mi madre, la persona que más me quiere y más me cuida. Y cuando paso mucho tiempo sin ella la echo muchísimo de menos, echo de menos sus "Bit, acuéstate que es tarde" "Recoge las bragas del suelo del baño" y demás. Y sus comidas. No sabéis lo bien que cocina mi señora madre.

- Mis hermanas. Las echo muchísimo de menos desde que las tengo a cada una en una punta del país o del mundo. Es uno de los motivos de adoración de las cenas de Nochebuena, nos juntamos, contamos anécdotas y nos reímos un montón.

- Dailara. Es mi peque, mi niña. Somos como el día y la noche, pero nos entendemos a la perfección. Y para mi es una hermana más.

- Albachu. Una jodida pirada de mierda como yo, pero con más gracia y menos vergüenza. Creo que no podría vivir sin ella y sin sus frases que me hacen mearme de la risa (literalmente). Como bien dice ella "se mueve más que el pandero de un indio loco". En serio, es una persona a la que me gustaría ponerle una cam en la habitación para grabar sus ocurrencias, no entiendo cómo le van a dar el título de educadora infantil. Es un peligro.

- Mis dos rubias preferidas. Sin ellas el aquelarre de rubias no sería igual. Mi mami adoptiva y mi compidepisosupermaja, las adoro. Cuando no estoy con ellas las echo mucho de menos, y en cualquier momento las whatsappeo y liamos la de dios es cristo. Me encanta ir a comer con mi mami y que me regale cositas y me encanta ser la peque y que me mimen y me cuiden. Les debo mucho a mis niñas.

- Mi mejor amigo, el Sgto Dan. Siempre le he tenido a mi lado, siempre me ha apoyado aunque las circunstancias no hayan sido las mejores. Además, ¿con quién iba a cantar canciones ochenteras a grito pelao en el coche? ¿Y quién me iba a regalar peluches super achuchables?

- Mi Chispi. Bueno, ya no está entre nosotros, pero la sigo echando muchísimo de menos. Han sido 15 años de mi vida con ese bicho peludo a mi alrededor. Malditos perros entrañables, se me escapa la lagrimilla.

- Gerard Buttler. Sobran las explicaciones, en serio.

- Gente de #acampadacasamery. Fueron unos días increíbles, lo pasé genial y conocí a gente que merece la pena.

Y así a grandes rasgos creo que ya está. Lo que pasa es que tendría que alquilar un bus, porque somos una jartá, pero bueno, me los llevaba a todos. Habría comida decente, risas aseguradas y sobre todo, moriría de la felicidad al tener a personas muy importantes para mi.

¿Y vosotros? ¿A quién os llevaríais?

Bit.

Diario de una dependienta en apuros (IV)

Ya iba tocando, qué felicidad se respiraba en el ambiente.

Hoy sólo he trabajado de tarde, por la mañana estaba sufriendo y ciscándome en los muertos de los publicistas de los anuncios de compresas. En serio, TODOS son hombres, o mujeres encocadas. Sino de verdad que no me lo explico, ¿a qué huelen las nubes? A TU PUTA MADRE, RETRASADA.

Bien, prosigamos. Después de vegetar en el sofá charlando animadamente por teléfono, hora de hacer la comida y de irse a currar. A nadie en su sano juicio se le ocurre ponerse a freir en bragas. Corrijo: a nadie salvo a mi. Pero gracias a la maravillosa pomada de mamá, sólo es una marca chiquitita en mi pierna. Y nada, al curro a darlo todo.

Nada más llegar, descubro que algún retrasado mental ha decidido sacar a pasear su vena artística en MI probador. Media hora quitando pegatinas del cristal, y luego armada con un trapo en una mano y la pistolita de cristasol en la otra para borrar las huellas de tan atroz crimen. Eso sí, el espejo ha quedado como nuevo.

Luego me llega un chico, algo confuso, y me pregunta si eso antes era un sex shop. Chaval, te la han colado. Pero aun así le enseño las fustas mientras intento contener la risa. Ha sido un momento realmente incómodo, pero yo ya he tenido cachondeíto toda la tarde.

Después he trabajado un poquito, limpiado algo el polvo (de puro aburrimiento) y cuando me iba a echar el piti de las 19:50 (sagrado, antes del cierre) me entra una GILIPOLLAS que me ha hecho desmontar medio escaparate. Yo intentaba respirar hondo, mi compañero me miraba como con miedo escondido detrás del mostrador, porque preveía que podía estallar en cualquier momento. Afortunadamente no ha pasado nada, pero me he quedado con su cara: esta se va a cagar.

Y nada, luego a casita, un poquito de tele y a dormir a una hora prudente, que la semana va a ser larga. Visitas muy esperadas y sexo asegurado. Y sí, esta vez es verdad y no me estoy inventando nada, ¡¡el tío existe!!

Bit.

domingo, 7 de agosto de 2011

Me gusta...

Llevo todo el día diciendo "venga, va, que estoy aburrida, voy al blog", pero siempre aparece una interesante mosca que se cruza entre el ordenador y yo. No se cómo lo hacen las jodías, desde las clases de matemáticas no encontraba moscas tan interesantes. Pero por fin aquí estoy.

Semana loca, muy muy loca. Y agotadora, demasiado. Mi siesta de ayer fue de 4 de la tarde a 12 de la noche, no digo más. Pero la verdad es que bien, sin jefes (¡¡por fin!!), sin madre, sin nada. Solita otra vez, más agusto que un arbusto. Y la freidora ha vuelto, ¡¡todo es felicidad!!

Iba a escribir sobre lo que pasó el jueves frente al Ministerio del Interior y sobre lo que pasó el viernes en Sol, pero preveo que voy a entrar en combustión y encima estoy monstruando. Vamos, que vais a poder ver fuegos artificiales desde casa. Y luego a ver quién es el guapo que se pone a pintar paredes y techos ahumados. Quita, quita, yo paso.

Así que hoy hablo de las cosas que me gustan.

- Me gusta despertarme mientras me besan y me acarician la espalda.
- Me gusta cómo huele la primera calada de un Marlboro.
- Me gusta beberme un vaso de Coca Cola bien fría nada más despertar un domingo de resaca.
- Me gustan las napolitanas de jamón y queso.
- Me gusta ducharme antes de ir a dormir y acostarme sólo con el albornoz.
- Me gustan los bares cutres y llenos de viejos, de los de antes.
- Me gusta imaginar que tengo una escopeta y seleccionar a la gente que mataría cuando me aburro en el bus.
- Me gusta mucho el café.
- Me gusta sentarme en el borde de la piscina y remojar las piernas.
- Me gusta la cena de Nochebuena en casa de mi tía.
- Me gusta dormir.
- Me gusta sentarme en una terraza (a la sombra) a tomar unos tintos con mis amigas mientras nos ponemos al día.
- Me gusta discutir.
- Me gusta el helado de chocolate con trocitos de chocolate.
- Me gustan las tormentas de verano.
- Me gustan los animales peludos y achuchables.
- Me gusta quedarme tumbada y desnuda en la cama hablando tranquilamente después de un polvo.
- Me gusta quedarme dormida en el coche.
- Me gusta tener los planes bien organizados.
- Me gusta mi trabajo, da para muchas anécdotas.
- Me gustan los gofres con chocolate caliente y los batidos de chocolate helado como merienda en El Tren de Granada.
- Me gusta mucho observar a la gente.
- Me gusta leer.
- Me gusta la gente irónica y sarcástica.
- Me gustan los motes cariñosos.
- Me gusta ver el fútbol con los amigos en un bar de viejos mientras tomamos unas cervezas.
- Me gusta despertarme y tener un SMS que me alegre el día.
- Me gustan las librerías de segunda mano.
- Me gustan las noches de verano con los amigos de toda la vida en la plaza de debajo de casa.
- Me gusta la gente que te sonríe cuando les miras.
- Me gusta marujear con mi jefe cuando no tenemos trabajo.
- Me gustan las llamadas que duran horas y en las que realmente no dices nada.
- Me gusta ir a cenar a casa de Dailara y que su padre intente cebarme.
- Me gusta cuando mi sobrino de 5 años se indigna.
- Me gusta que me regalen flores.
- Me gusta cantar a duo canciones ochenteras con mi mejor amigo cuando vamos en el coche.
- Me gusta beber cerveza.
- Me gusta las miradas de "te voy a meter de todo menos miedo".

Y muchas cosas más que ya iré poniendo. De momento no está nada mal, ¿no?

Bit.

domingo, 31 de julio de 2011

¡¡Me han secuestrado!!

Me han tenido secuestrada en un zulo unos albanokosovares durante estos últimos 10 días. Ha sido horrible, la comida era una mierda y no entendía nada de lo que decían. Encima no han echado nada interesante en la tele y estaba muy aburrida. No me han dejado hacer nada, ni tenían piscina los sosos de mierda, ni play ni vibradores ni nada para entretenerme. Creo que aún no me he recuperado del shock, eso es algo que me perseguirá de por vida. Bueno, vale, es mentira, soy una perra y no me he pasado por aquí. Matadme, lo merezco. Pero jo, últimamente no tengo tiempo de nada.

Días muy turbios, muchas cosas que hacer y nada de tiempo. La vuelta al curro fue realmente traumática, pero ¡¡mi jefe se ha ido de vacaciones!! ¡¡YUHUUUUU!! (esperad, he mojado las bragas. Vale, ya está todo limpito de nuevo, prosigamos). Voy a estar un mes sin aguantarle más que 5 minutos de llamada al día. Sólo 5 minutos de "Tranquilo, está todo bien, no se ha quemado, ni nos han robado, no he liado nada importante ni tengo a 4 panchitos colgado de los focos, puedes seguir tomando cervecitas en una terraza" y nada más. NADA MÁS. Si hay algo mejor que mis vacaciones, es que mi jefe tenga vacaciones. Es como otro mes de vacaciones para mi, básicamente no doy palo al agua y vivo en paz y tranquilidad.

Después de este finde de fiesta y perversión, lo necesito. El viernes asistí a la summerpartybeach de mi mami adoptiva. Nos lo pasamos muy bien, la música creo que fue lo mejor de la velada. Y el momento "Como una ola" (que sabéis que no puede faltar en cualquier fiesta que se precie) mientras todos me miraban y yo atacaba un pincho moruno que hacía sus veces de micrófono y alimento para rubias hambrientas. Y pelar patatas a las 5 de la mañana (en serio, ¿qué diría Freud sobre mi adicción a las patatas fritas?). Fue genial la noche, la verdad, morreos varios, exhibicionismo tetuno y escanciado de sidra en terraza. Un show.

Y ayer sábado a Torrebronx. Pensaba que no llegábamos, mi hermana tiene la misma orientación que Colón. En serio, mira que habremos cogido veces la M30 para volver a casa, pero nada, a la tía ni le sonaba el camino. Pero finalmente llegamos y sin perdernos. Me dieron algún regalito más de mi cumple, cenamos y de fiesta. Nos lo pasamos genial, y eso que estuve perdida una hora en mitad de la nada, con gente dándose de hostias mientras yo, en primera fila, iba comentando la jugada por teléfono.

Esta semana se me ha pasado volando, quizá por los efectos de mi cumpleaños. El fin de semana pasado fue un poco turbio, pero he sobrevivido.

El sábado cena con mi mami adoptiva, supuestamente esa noche no iba a salir, así que planeamos algo tranquilito en su casa. Pero sentí la llamada de la naturaleza (la mía, es decir, tajarme hasta cagar tapones de botellas) a eso de la 1:30 y después de celebrarlo nosotras con sangría en sandría (bautizado después por la señorita "Holavenimosanada" como "sandría") y recibir felicitaciones varias, dejé a mi mami adoptiva en casa y me fui de fiesta. Me tajé muy mucho, me reí muy mucho y acabé llegando a casa prontito. A eso de las 9:30 con los churros en la mano.

Me despiertan a eso de las 12, ha llegado un ramo de rosas (monérrimo, hoyga) de mi ex. Jé, qué majete, pero sigo durmiendo. Me levantan a la fuerza, toca ir a comer, que para eso es mi cumpleaños. Y cuando llegamos, ¡¡tachán!! sorpresa. Mi madre, que la mujer es una jodía santa, ha organizado un picnic con mis mejores amigos en el retiro. Así que allí nos plantamos, a la sombra, manteles de cuadros, tuppers y coca cola. Y muchas risas, y la mejor compañía del mundo: mi familia y mis más mejores amigos. Los tengo que querer.

Y ya luego llegar a casa, partidita al Trivial (esta vez no gané, pero habrá revancha, os lo juro) y a dormir hasta el día siguiente a las mil porque estaba destrozada. Porque sí, el lunes ¡¡NO TRABAJÉ!! Y fui la mujer más feliz del mundo.

Y esta semana en el curro bastante rara, de momentos de no hacer ni sombra a estrés total. Pero me encanta, me da para muchas anécdotas. Lo que he echado mucho mucho de menos han sido los momentos Full Monty, pensé que en verano con los calores habría más, pero nada. No se me desnuda nadie y yo con esta desesperación encima, de aquí a nada telarañas que me salen. Si alguno quisiera y yo me dejara...

Y poco más, esperando que llegue el día 11 ya, que mi pequeña Kou baja para los madriles con el pirado del churri y va a ser un finde guachi. Y también viene el valenciano (como diría mi compidepisosupermaja: Gñé!).

En fin, odio el calor de Madrid y más si me toca dormir sola por las noches. Antes yo creo que lo aguantaba mejor, y si no podía dormir, al menos tenía algo divertido que hacer. C'est la vie!

Bit.

PD: Ojo a la última etiqueta que he añadido a la colección. Al valenciano seguro que le gusta.

miércoles, 20 de julio de 2011

La estrella más brillante - Marian Keyes.

"[...]

- No te gusta el ballet, no te gusta la ópera, no te gusta la música. ¿Qué te gusta entonces?
Katie lo meditó.
- Comer. Dormir. Beber vino con mis amigos y hablar de las rupturas de los famosos. - Los días de mentir a un hombre para parecer fascinante habían quedado atrás-
- ¿Comer...? - preguntó él-. ¿Dormir...? -La admiración se reflejó nuevamente en su cara.
Ella había ignorado hasta ese momento que fuera tan interesante.
- Sobre todo comer -dijo.
- No tienes pinta de comilona.
Si supiera la batalla que lidiaba con su apetito... Semejaba un rottweiler luchando por soltarse de la correa para zamparse cuanto encontraba a su paso.
- Tengo una entrenadora personal -confesó.
- Yo también -dijo él.
- La mía se llama Florence. Me saca a correr bajo la lluvia y me hace pegar saltos en el aparcamiento de Tesco. Solo la veo una vez por semana pero confía en que yo entrene por mi cuenta y me siento culpable si no lo hago.
- El mío se llama Igor. Vamos al gimnasio.
- Nunca quise ser la clase de persona que tiene un entrenador personal -confesó Katie.
Pero tampoco quería ser la clase de persona que vestía tejanos de la talla 46, y si la dejaran sola eso sería exactamente lo que ocurriría.
- ¿Qué me dices del próximo sábado? -preguntó Conall.
- ¿Por qué quieres salir conmigo? Seguro que no soy tu tipo.
- No lo eres, pero... -Meneó la cabeza-. Esto, no puedo dejar de pensar en ti. 

[...]"

Sueños (V)

Se despertó temprano. Se levantó después de remolonear un rato y se miró al espejo. Sin sonrisas, sin esperanzas. Comenzó con su rutina un día más. La rutina era ya una vieja amiga, le reconfortaba, le ayudaba a seguir adelante. Sin sorpresas.

A menudo le preguntaban que qué le pasaba. "Niña, cambia la cara, que parece que estás mal guisada" le decía su abuelo. Pero ella simplemente le miraba con esos ojos ambarinos y seguía a lo suyo. Una autómata de la vida, superviviente en su existencia. No sentía, no se lo permitía. Era frágil, débil, quebradiza. No podía sentir, ni añorar, ni amar sin exponerse a la dureza de sus propias emociones. Se conformaba simplemente con eso, con exisitir.

Tenía una vida normal, un trabajo, una familia, unos amigos. Todo iba bien, todo seguía un orden y eso reconfortaba su corazón. "Sin sorpresas" se repetía continuamente. Pero aquel día todo cambió. De repente quiso sentir. Anhelaba saber qué era ser querida y a su vez querer. Su corazón se rebeló, su alma puso en jaque mate a su cabeza y a todo lo que ella, con tanto esfuerzo, había establecido en su vida. "Soy frágil, no puedo permitírmelo" se dijo. Pero el deseo era más fuerte, el ansia la empujaba como un potente huracán.

Y aquella noche allí estaba ella, sentada en las escaleras a punto de romper a llorar. Un torbellino de emociones se había adueñado de su delicado corazón, la cabeza le daba vueltas y todo lo que sentía era tan intenso que hasta se sintió mareada. Intentaba analizar la situación, cada confuso sentimiento que la embargaba y le oprimía por dentro. Deseo, rabia, pasión, celos, amor. Rompió a llorar, las lágrimas brotaban solas, directamente desde el alma. Frustración, anhelos, sueños que casi sentía que podía tocar. Todo estaba allí, frente a ella. Había estado ahí desde siempre, pero la caja había permanecido cerrada bajo llave. Ahora volaban a su alrededor, revoloteando como mariposas de colores. Tan dulces y a la vez amargos. Deseaba tocarlos y a la vez temía hacerlos.

Se secó las lágrimas como pudo y miró a su alrededor. Y le vió. Apoyado junto a un árbol cercano, a oscuras, observándola en silencio. Ella pestañeó sin creer aún que aquello fuera real. Las lágrimas apenas le dejaban ver bien aquella silueta, estaba borroso y se sentía confusa. Él se acercó a ella y sin decir nada se sentó a su lado. Y la besó. Un beso suave, tierno, dulce. Besó sus mejillas y su frente, sus labios y sus manos. Y se abrazaron.

Abrió los ojos y volvía a estar sola. Todo había sido producto de su imaginación, nada había sido real. Ni su presencia, ni sus besos, ni siquiera su abrazo protector. Lloró, lloró amargamente. Se golpeó las piernas con las manos, se odió por dejarse llevar, por ser tan estúpida. Se sentía pequeña, hundida, desamparada. La noche se hizo dia y el día noche. Y jamás, jamás volvió a permitirse volver a cometer aquel error. Jamás volvió a sentir.

Bit.

martes, 19 de julio de 2011

Las cosas que odio.

En mi boca siempre está la palabra odio. Lo odio todo, o al menos en algún momento concreto odio una cosa concreta. Es así, no puedo evitarlo. Me encanta la frase esa de "no puedes odiar sin antes haber amado" pero me la paso por la punta de la peineta, y cualquiera que me conozca o haya cruzado cuatro palabras conmigo lo sabe. Bien, esto es todo lo que odio.

- Odio madrugar. Y madrugar para mi es despertarme con despertador, ya sean las ocho de la mañana o las dos de la tarde.
- Odio a la gente en general. Si partes de una idea negativa, te pueden sorprender y eso te alegra. Si partes de algo positivo y te putean, te jode y te sientes mal.
- Odio esperar cuando he quedado, pero yo siempre llego tarde.
- Odio encenderme un cigarro y que llegue el bus. Mucho mucho.
- Odio el cliente pesado de última hora. Le haces el favor de abrirle cuando YA HAS CERRADO y encima se entretiene sin entender que tú tienes una vida y una casa y que llevas todo el puto día currando y te quieres ir.
- Odio que me intenten convencer de algo cuando yo tengo mi idea bien clara.
- Odio que me hagan llorar. No me gusta que me vean llorar.
- Odio cualquier tipo de insecto. Especialmente arañas y cucarachas.
- Odio que abran el grifo cuando me estoy duchando.
- Odio el sonido del teléfono. Siempre lo tengo en silencio o para que vibre.
- Odio ir de compras y no encontrar nada que me guste.
- Odio fregar los platos. Me puede.
- Odio a la gente que habla alto en el transporte público o en un bar. No me interesa tu puta conversación, gilipollas.
- Odio que me tomen por tonta. Los estereotipos me los paso por el forro de los cojones.
- Odio las películas de miedo. No les veo sentido y me acojonan.
- Odio la sensación de vacío que siento a veces. Me hace sentir pequeña, indefensa y perdida.
- Odio ser tan jodidamente caprichosa, pero no puedo evitarlo.
- Odio tener que fingir cuando algo me desagrada, por eso lo hago pocas veces. Las cosas claras y el chocolate espeso.
- Odio que me interrumpan mientras hablo, porque tengo mala memoria y luego me olvido de lo que iba a decir.
- Odio a las personas que mienten, pero sobre todo a las que mienten en cosas pequeñas sin importancia. Si me mienten en eso no puedo confiar en que me digan la verdad cuando el tema es importante.
- Odio tener a mis hermanas tan lejos, las echo mucho de menos.
- Odio mi cara de los domingos. Es una mezcla entre cabreo, resaca, sueño y nostalgia.
- Odio arreglarme las uñas, me da muchísima pereza.
- Odio que me miren mientras como.
- Odio que me hagan cosquillas, no lo soporto.
- Odio mi propia risa.
- Odio las empanadillas, sean de lo que sean.
- Odio quedarme en casa un sábado por la noche si no tengo buena compañía.
- Odio el atún en las pizzas. Es una aberración.
- Odio que me digan que deje de fumar.
- Odio que me miren de arriba a abajo como si me fueran a comprar en una feria.
- Odio las películas del oeste.
- Odio el calor del verano en Madrid. Soporto mejor el frío.
- Odio la Coca-Cola sin gas, siempre la tiro.
- Odio a los tíos guapos. El mundo y yo tenemos conceptos muy diferentes de lo que es la belleza.
- Odio despertarme con lagunas sobre la noche anterior.
- Odio que me llamen por mi apellido.
- Odio a las viejas que me miran mal cuando no las dejo sentarse en el bus. Suelo hacerlo siempre, excepto cuando llevo 10 horas de pie y ellas vienen de bailar con sus tacones y sus abrigos de pieles falsas.
- Odio esperar en la cola del super.
- Odio la paella y todo lo que lleve arroz, excepto el arroz a la cubana y el tres delicias.
- Odio ser tan jodidamente enamoradiza.
- Odio que me cambien los planes.
- Odio que mi habitación esté ordenada.
- Odio ser tan torpe. Siempre voy llena de marcas, cortes o moratones.
- Odio las faldas de tubo.
- Odio a la gente en general 2.0 (y lo repito porque es lo que más odio, creo).

Otro dia iré con los "me gusta". La lista está incompleta, pero me ha quedado demasiado maniático, y hoy mi jefe se ha jartao de llamarme así.

Bit.

viernes, 15 de julio de 2011

Otra vez solita.

Vuelta a la rutina y a la soledad. Después de días fantásticos, cada uno se ha ido a casa y aquí me he quedado yo, con media botella de ron, dos de sidra, una de licor café y otra de crema de orujo.

Han sido días muy intensos, ha habido muchas, muchisimas risas, gritos, cabreos (una y su mal despertar, ya sabéis), discusiones absurdas, etc. Pero joder, se os pilla cariño. Es como cuando vas a la perrera y te traes uno a casa. Sabes de dónde viene, sabes que puede tener de todo, pero le coges cariño y no quieres devolverlo.

Después de un fallido intento de robo de camisetas molonas (que en cuanto tire pa Valencia pienso robar), maletas hechas y acompañar a los nenes (o nanos) al coche. Volver a casa y llorar amargamente. No, amargamente no, dulcemente, que la cremita de orujo entra de maravilla.

Prometo hacer crónica de estos días, a ver si entre el foro, el twitter y mi maravillosa memoria somos capaces de armar algo decente. Simplemente escribo porque ya os echo de menos y porque algo tengo que hacer hasta que vengan a buscarme para ir a la pisci.

Gracias por todo.

Bit.

jueves, 30 de junio de 2011

No apto para diabéticos, lo siento.

Pensarás que por qué vuelvo a escribirte. Aunque bueno, sé que no lo pensarás porque sé que no sabes que te escribo, da igual. El caso es que soy masoquista o algo así, y mira, pudiendo estar en la cama, aquí estoy, dándole a la tecla. Y lo que es peor, a la cabeza, los recuerdos.

Hace un rato, repasando unas cosillas, he visto el último mensaje que me enviaste. Había tan buen rollo, estaba todo tan bien. Sé que mientras lo escribías, sonreías. Te conozco, te conozco mejor que nadie, a mi no podías engañarme. Aunque igual me equivoco, igual en aquel último mensaje me engañaste. Igual cuando lo escribiste ya pensabas todo aquello. O quizá me engañaste cuando me dijiste todo lo que me dijiste, quizá querías volver a sonreírme y yo no me dejé.

Es inútil que te siga escribiendo. Inútil, estúpido. Es una mierda. Y yo me siento una mierda por hacerlo. Pequeña, indefensa, estúpida también. Pero echo tanto de menos hacerlo. Añoro tu sonrisa, tu bendita paciencia conmigo, lo que te reías de mis ocurrencias. Mierda, eso creo que ya te lo dije el otro día. Da igual, eso lo añoro al cuadrado. ¿Sabes que eres la única persona a la que he conocido capaz de sonreir sólo con la mirada? Cuando hacía alguna de las mías me mirabas con esa sonrisa, aunque tus labios intentaban no sonreír. Echo de menos que me llames como me llamabas. Nunca lo hacías por mi nombre, ni yo te llamaba a ti por el tuyo, sonaba tan raro... Daría lo que fuera por volver a escucharte. Por volver a escuchar mi nombre en tus labios, por volver a recibir una llamada tuya de buenas noches. Ni te imaginas lo que me cuesta no marcar tu número (que a pesar del tiempo, sigo sabiéndome mejor que el mío) sólo para escuchar tu voz. Sólo para volver a tener una conversación absurda. Sólo para saber que estás bien. Pero tú no lo necesitas. Ya no.

Cada día que sé que es posible que nos encontremos, es un día difícil. Me muevo como un león enjaulado, esperando que sea la hora de salir de casa. Estoy nerviosa, el corazón me late más rápido. No dejo de mirarme al espejo, quiero que vuelvas a mirarme, y que si lo haces, me veas lo mejor posible. Tonta, idiota, imbécil. Pero guapa. Pero nunca nos vemos. Llega el momento de la verdad y decido quedarme en casa o salir por otro lado. No puedo mirarte a los ojos, no como antes. No puedo mirar y ver lo que veo. Ya no tiene sentido seguir alimentando algo que hace mucho que ha muerto. Quizá empiece a ser consciente ahora. Quizá sea el momento de enterrarlo. Pero te hice una promesa, y espero que se cumpla. Es tan difícil vivir con esa maldita incertidumbre...

Creo que vivo de mis recuerdos, y sé que nada tienen que ver con los tuyos. Recordarte así me hace sonreír, aunque no tanto como escuchar el sonido de tu risa.

Bit.

martes, 28 de junio de 2011

Desvaríos varios.

Hoy, básicamente, venía a ciscarme en vuestras santas calaveras. Que no, que es bromita, venía a decir que os quiero mucho. Bueno, no, eso tampoco, no es eso lo que quería decir. Lo que quería decir es que ¡¡tengo ventilador nuevo!! Cortesía de la señorita Dailara, que como buena amiguísima del alma que es, ha tenido a bien no dejar que yo, su amiguísima del alma, me muera de calor. Y lo mejor de todo es que la tía va y encima me invita a cenar. ¿A que es fantástica? Pues lo siento, pero es MI amiga.

Es que no es por fardar, pero tengo amiguísimas divinas de la muerte. Ayer tuve día de mierda y mi más mejor mami me dice de ir a tomar tintos. Y encima me regaló un monedero de Audrey más divino aún. La tengo que adorar. Y el sábado, mi queridísima Dailara me regaló una pulsera con su nombre (que es el mismo que el mío) para que me acuerde. Lo que no tengo muy claro aún es si quiere que me acuerde de ella o de cuál es mi nombre. A veces me hace dudar, como ella es la lista y yo la rubia...

En realidad hago esta entrada porque me aburro. Sí, desde que mi familia me abandonó a mi suerte en un campo de minas, me aburro mucho. Y claro, con eso de no tener piernas, mis opciones son limitadas. No, eso también es broma, no me abandonó en un campo de minas, me abandonó en mitad del desierto, con este calor horrible y malísimo para la piel, mientras disfrutan de unas chachi vacaciones en el zú.

Pero me he desviado de lo importante: MI VENTILADOR. Que bueno, no es mío, pero durante unos meses compartiré con él muchos momentos. Es monísimo, de esos de torre, y ¿a que no sabéis qué? ¡¡Da aire!! ¡¡AIRE FRÍO!! Yo estoy que no me lo creo, encantadísima de haberle conocido.

Os dejo, voy a enchufar mi nuevo ventilador prestado y a admirar su grácil movimiento mientras me refresca. Qué feliz soy.

Bit.

lunes, 27 de junio de 2011

Si no lo digo, reviento.

Hoy ha sido un día de mierda. Así, sin más.

Esta mañana se presenta una chica muy maja en la tienda preguntando por mi jefe. Bien, resulta que la chica es de una famosisísima productora y que van a grabar un programa en mi tienda. El viernes. Sí, sí, EL VIERNES. Y yo, como no puede ser de otra forma, trabajo ese día. El día en el que empezaban mis vacaciones. MIS VACACIONES. Después de una dura negociación con el jefe, he accedido a trabajar por la mañana, a cambio de incorporarme más tarde y tener un par de días más de vacaciones, porque "como tú controlas mejor que nadie el tema de la ropa, necesitamos que estés aquí". Siesquesoyimbécil, joder. Pero vamos, que he quedado como la más mejor de las empleadas del mundo entero que se sacrifica por la empresa (¡¡dos días más de vacaciones!! ¡¡YUHUUUU!! Os van a dar por el culo, mamones). Después del sofoco que me he pegado con eso, cuando ya casi acariciaba con mis deditos las malditas vacaciones, me he ido a desayunar tranquilamente: napolitana de chocolate y café. Para la depre.

Por la tarde la cosa ha sido mucho, MUCHO mejor. Resulta que se me han presentado cuatro sudacas (sí, despectivamente lo digo, ¿y qué? es mi blog y me lo follo cuando quiero) borrachos como una cuba. De hecho han entrado bebiendo y al irse se han dejado la bebida en las escaleras. Bueno, entran justo cuando llega mi jefe "menosmalquenomecomoelmarrónyosola" he pensado aliviada. Loscojones, si lo llego a saber me hago el harakiri o me cuelgo de un foco, hubiese sido mejor y menos doloroso. Pues nada más entrar, uno de esos cabestros me ha tirado la mesa de las rebajas y casi me desmonta un escaparate. Encima un pestazo a vino en toda la tienda flipante. Yo no sabía dónde meterme, sobre todo cuando ha llegado la "mejorclientasuperpija" que me adora y a la que a pesar de todo también adoro.

- ¿Ese bolso se vende? (uno de los borrachos a la "mejorclientasuperpija")
- No, señor, ese bolso es suyo, lleva sus iniciales. (un LV monísimo divino de la muerte, hoyga)

La tía con una cara entre el asco, el asombro y el miedo. Acojonante. Me la he llevado a la planta de abajo y me he disculpado, yo estaba al borde de las lágrimas y la desesperación, porque encima los tíos no paraban de hacer comentarios totalmente fuera de lugar y algo subiditos de tono. Y la pequeña y dulce Bit allí, aguantando estoicamente. La "mejorclientasuperpija" se ha ido guiñándome un ojo y deseándome suerte. En serio, la tengo que adorar, es un cielo. Yo he seguido aguantando, recogiendo todo lo que tiraban, contestando todas las dudas mientras me miraban raro, con una media sonrisa forzada y al borde de las lágrimas de nuevo, mientras mi jefe intentaba torearlos. Les he cobrado y he corrido escaleras abajo como alma que lleva el diablo a encerrarme en el almacén para poder berrear a gusto.

Después me llega otra tía en plan "señorita, o sea, tenemos muchísima prisa y quiero que nos atienda ya, rapídisimo todo y tal". Vamos, una puta pija petarda de las de toda la vida, con ese acento quieroserdelaMoralejaperonopuedo de las que dan ganas de hostiar. Encima en plan prepotente que te cagas como si yo no tuviera ni puta idea. Ahí minipunto para mi jefe, que le ha callado la boca diciendo que YO era la experta, la otra se ha tenido que callar la boca. Por imbécil.

Y como colofón final, otra imbécil ha ido quejándose a mi jefe que hace unos meses vino y "la señorita que había no me atendió bien, parecía que no tenía ganas de vender". Imbécil, con gilipollas como tú que no haces más que poner pegas es MUY difícil. Si no tengo lo que quieres, qué hago, ¿lo pinto? Suficiente con que no te mandé a la mierda y encima te puse una sonrisa, payasa retrasada.

Ofún, qué agustico me quedao.

Y luego chachi guay, que he ido con mi más mejor y más guapa mami a tomar unos tintos en una terraza y a cotorrear como posesas. Que con el calor que hacía casi morimos. Eso sí, me han dado ganas de estampar al camarero y mearme en su corona de flores. Encima de lento no se enteraba de nada. Y luego mi más mejor mami está en paro, hay que joderse.

Y bueno, mucho calor, el SPM cada vez me jode más y tengo muchas ganas de pillar las vacaciones. No sé, aunque no me vaya a ninguna parte pero podré pasarme el día durmiendo, leyendo, viendo series...y esperando como agua de mayo que venga esta gentuza para pasarme dos semanas bebiendo como una perra. Y a ver si me pagan de una puta vez, joder, que NECESITO comprarme unos zapatos bonitos. Y un bolso. Y otro vestido. Ainsssss...

sábado, 25 de junio de 2011

Ya queda menos (o eso quiero creer, gñé)

¿Sabéis que hoy ha sido el último sábado que he trabajado antes de mis vacaciones? ¿Y sabéis que "trabajo" y "vacaciones" son las dos etiquetas que más uso? Lo primero a mi jefe no le ha hecho ni puta gracia cuando se lo he recordado, me ha sugerido que podría ser el último. Lo segundo me inquieta bastante.

En fin, escribo muy rapidito que he quedado y no quiero llegar más tarde de lo que suelo normalmente, que una tiene mala fama, pero a este paso dejaré de tener amigos. (He estado a punto de escribir "hamijos", creo que las redes sociales me están haciendo MUCHO daño). Ahora a tomar algo con Dios y su esposa y luego a las fiestas del barrio (¿pueblo?) de mi cu. A darlo todo bailando pasodobles y vaciando el camión cisterna de güisqui.

Y mañana por la mañana a ver el piso. No, es que no es un piso, es EL PISO. Qué ganas tengo ya de verlo, no os imagináis la cantidad de paranoias mentales que me he hecho, lo he amueblado como 15 veces y eso que aún no lo he visto. Ya os contaré qué tal.

Sueños (IV)

Últimamente sueño mucho contigo. Puede que sean las fechas, puede que sea estar encerrada entre estas cuatro paredes o todos esos planes que ya no hacemos. Puede que sea ver cada mañana tu colonia y tu cepillo de dientes en el armario del baño. Nunca te los llevaste y yo aún no he tenido el valor de tirarlos. Al principio me reconfortaba verlos ahí, me decían que volverías. Algunas noches ponía unas gotitas en la almohada, era como dormir a tu lado. Pero yo no me quejaba del calor que dabas ni tú me decías esa frase tuya de "Si diera frío sería un invento" acompañada de tu sonrisa y esos ojos tan azules.

Escribirte ahora es una tontería, lo sé. Pero llevo tanto tiempo sin hablarte, llevo tantas noches desesperándome entre las sábanas esperando volver a verte. He intentado olvidarte, me he lanzado a otros brazos una y mil veces, pero es inútil. Ellos no son tú. Ellos no se ríen conmigo y de mi como lo hacías tú. Ellos no cocinaban algo realmente asqueroso cuando yo llegaba agotada de trabajar. Sí, cocinar nunca fue lo tuyo, pero adoraba que te pasaras horas sólo por ahorrarme trabajo y hacerme sonreir. Ellos no han salido de casa a las 3 de la madrugada para comprarme tabaco porque estaba al borde de la histeria. Ni me obligaban a salir de la cama y comer algo cuando peor estaba. Ellos no me decían lo guapa que estaba un domingo de resaca sin duchar. Ni disfrutaban como lo hacíamos tú y yo, sentados en nuestro parque contando autobuses azules y rojos. Con ellos no he podido tener esas conversaciones tan absurdas con las que nos reíamos hasta que nos dolía la tripa. No, definitivamente ellos no son tú. Y me alegro, no soportaría que nada empañara mis recuerdos.

Muchas noches temo verte, la indiferencia duele más que cualquier mirada de odio. Y eso es lo que sientes, eso es lo que soy. Nada. Espero que algún día nos volvamos a encontrar y que todo sea diferente. Pero mientras tanto, espero que seas feliz, que sean capaz de darte lo que mereces y que jamás, por nada del mundo, se pierda esa sonrisa tan tuya y esa mirada de picardía.

A ratos te odio por ser tan terriblemente adorable. Y a ratos me odio a mi por seguir guardando una esperanza que no tiene razón de ser. Pero soy humana y no puedo evitarlo, no puedo evitar llorar hasta dormirme y gritar hasta quedarme sin voz. Y soy tremendamente egoísta por contarte todo esto ahora, ¿por qué no lo hice hace un año? Ni yo misma lo se. Y de nada sirve arrepentirse ahora, eso es algo que bien he aprendido. Ahora sólo me queda mirar hacia adelante, desearte suerte y seguir con mi vida. Velar porque nuestros sueños, todo eso que siempre decíamos, se cumpla, aunque tú lo hagas con una persona y yo con otra.

Yo ya no se si te quiero, o si simplemente sigo enamorada de un recuerdo. Espero aprender eso y que cuando lo haga no sea demasiado tarde para mi. Simplemente espero que tú seas feliz.

Bit.

viernes, 24 de junio de 2011

Nomelopuedodecreé todo lo que estoy escribiendo estos días. Sí, para mi es mucho.

Hoy día más o menos tranquilito, o eso creo, porque estoy en modo zombi. Anoche intenté acostarme a una hora prudente, pero no pude, entre el puto calor, el ruido y el insomnio estuve dando vueltas hasta las 4 de la madrugada casi. Y encima la noche estuvo movidita, no se qué pollas pasó por aquí pero tenía 3 coches de policía en mi calle. Y los policías son como los técnicos de ONO, aun sabiendo que son las 3 de la madrugada, hablan como si estuvieran en un puesto del mercado a las 12 del mediodía.

Y por aquí estuve, leyendo blogs, leyendo el dichoso libro de Juego de tronos que me está volviendo loca y sin tabaco. Y así estoy hoy, con unas ganas de llegar a casa esta noche y acostarme, aunque se que no será posible, seguro que a pesar del cansancio se me ocurre algo muchísimo mejor que hacer y mañana cuando me levante pensaré que fue una malísima idea.

En una semana estoy de vacaciones. Lo sé, soy muy pesada, pero qué coño, tengo unas ganas de pillarlas...Y el domingo he quedado para ir a ver el piso. Bueno, decir piso es decir mucho, pero ya veremos qué tal, escribiré sobre ello y pondré alguna fotito.

Echo de menos a mi mamá, quiero volver a comer en condiciones.

Bit.

jueves, 23 de junio de 2011

Como una ola...

Jueves de resaca, qué raro. Hoy es día festivo y no se trabaja, así que ayer tocó fiesta. Bueno, más bien fue una barbacoa de esas mortales, con toneladas de carne y alcohol como para dar de comer y beber a un regimiento de legionarios. A kilo de carne por persona y dos botellas por cabezas, hagan cuentas.

Salgo de currar, voy a casa de mi segunda mami a recogerla y ayudarla con tanta botella y con las tartas. Que oh dios qué tartas. No recuerdo un orgasmo mejor, en serio, podría alimentarme de eso el resto de mi vida. Pillamos el metro y después de casi una hora de interminable viajecito con gente de lo más extraña, llegamos al fin del mundo. Joder, ¿no podéis vivir más lejos? Llegamos y están allí intentando hacer fuego. En serio, si fuera por esta gente, el fuego no existiría y la civilización no sería tal y como la conocemos.

Empezamos a comer, no paraban de sacar comida, receso para un cigarro que se convierte en cuatro cigarros y una embolia. Copón, si lo llego a saber no como nada en toda la semana, que sobró comida para acabar con el hambre en el mundo al menos 3 veces. Pasamos a los postres (tartas, tartas), acabo mojando las braguitas (en serio, si tenéis la oportunidad, probad esas putas tartas. Le pedí matricoño a la rubia, pero me faltó el anillo), y luego a las copas.

A ver, antes de nada, una es MUY rubia y con algunos juegos a ciertas horas de la noche, pues como que se vuelve torpe. Vamos, que perdí a todo y bebí más chupitos que nadie en el puto juego de las posturitas. A la próxima a ese juego no se juega, que hago el ridículo. O si se juega, cuando vaya ya muy tajada, que me importará menos y será aún más divertido. Música de por medio, algún momento de emoción con alguna canción y ya casi al final de la noche...¡¡chan chan chaaaan!! Actuación estelar de la menda. Subida al sofá, cantando a grito pelado y viviéndolo como si me jugara la vida. Y nada más y nada menos que "Como una ola", de la grandísima Jurado. También cantamos "Marinero de luces" y "La gata sobre el tejado". Yo veía a la rubia mirándome desde el otro sofá y la tía flipaba. Normal, la verdad, que una tía medio tajada esté a las 6 de la mañana encima de un sofá cantando una de la Jurado, debe ser de chiste. No, no hay vídeos, lo siento.

Y nada, hoy una mini resaca, todo el día en casita, cantando coplas a oscuras subida al sofá. Como un domingo cualquiera, vaya. Acabaré mi actuación con "All by myself" y me iré a fregar un poquito la casa, que da penita de ver.

A ver si un día de estos escribo sobre algo que últimamente me trae de cabeza: encontrar piso. Mucho, mucho más difícil que encontrar curro, lo juro. Aunque le he echado el ojo a un sótano-bodega monísimo, a ver si voy a verlo.

Una semana y ¡¡VACACIONES!! Joder, parece que el día nunca llega, putas ganas que tengo de pasarme 15 días tocándome el saxofón y rascando la botella de anís. Ains...

Bit.

lunes, 20 de junio de 2011

Diario de una dependienta en apuros (III)

Llevaba mucho, mucho tiempo sin escribir sobre mis frustraciones laborales. O al menos sin dedicarles más de cuatro líneas. En realidad, si lo pienso bien, llevaba mucho sin escribir, pero la verdad es que nunca tengo tiempo, me estoy dedicando a mi verdadera vocación. Pero hoy ya tocaba.

Lunes, día del profesional, en general mucho trabajo. La mañana más o menos tranquilita, tenía unas cosas pendientes que me han llevado casi toda la mañana y se ha pasado relativamente rápido. Hasta las 13:50 que ha llegado el cliente puñetero de última hora. Total, que mi compañero se ha pirado con toda su cara (hoy ha llegado a eso de las 10:20) encima sabiendo que yo tardo muchísimo más en llegar a mi casa y que apenas me da tiempo a comer. Pues nada, he salido casi a las 14:30. Corriendo para casa, a engullir como podía la comida y otra vez para el curro. La tarde puñetera también, no demasiada gente pero de los que dan por culo, y mi jefe de charleta, que para eso es el jefe. Cerramos, estamos haciendo caja y veo un cliente que me llama a través del escaparate. Yo me he hecho la loca, porque sé que eso significa salir media hora más tarde. Bueno, el hijo de puta ha llamado a la tienda por teléfono pidiendo que le abriéramos que era una CONSULTA RÁPIDA. Loscojones. Tronco, si vienes a comprar ropita para la niña y encima eres colega del jefe, llévatela, que se la pruebe en casa tranquilamente y si no le vale la devuelves que no te van a decir nada. Pues no, "lo siento mucho, se que estábais cerrados, blablabla" pero he acabado saliendo 45 minutos más tarde, con dos cojones.

Por otro lado, subo al servicio y me encuentro lo que me llevo encontrando tres meses: mi jefe tiene pérdidas. De dignidad, de memoria y de orina. Se jacta de que después de su operación "meo como un hombre, con espumita y todo". Vale, me parece guay, ¡¡PERO MEA DENTRO, MAMÓN!! Nada, todo regado, como si aquello fuera un bar.

Más cabreada que una mona, salgo de currar y ya mirando el reloj veo que no me da tiempo a hacer la compra en el super de mi barrio, asi que entro en el que hay junto al trabajo. Justo cuando entran unos 40 universitarios de risas que se van de botellón. Me parece genial que estéis de vacaciones, que vuestros papis os mantengan y que seáis super hamijitos felices, pero ojala os de un coma etílico y no os volváis a cruzar en mi camino. Para pagar un puto paquete de pan tostado he tardado otros 15 minutos.

Y ahora por fin en casa, sé que algo ha pasado porque en mi calle hay policía, pero en mi casa no es así que me la trae un poco al fresco. A cenar pescadito a la plancha y a ver un rato la tele relajada, que me lo merezco. Menos mal que el jueves es fiesta (que me ha tocado discutirlo hasta la saciedad con mi jefe porque me decía que no, que ese día se trabaja, y yo le decía que sí, que a trabajar viniera él porque esta que está aquí ni jarta vino trabajaba) y tenemos chachi barbacoa donde pienso beber hasta cagar los tapones de las botellas.

Y eso, queso, que odio a la gente. Cada día más.

Bit.

sábado, 11 de junio de 2011

Tarde de sábado.

Llevo cerca de una semana diciéndome "de mañana no pasa que escriba en el blog", pero es un bucle infinito. Además, qué coño, si no hay nada que decir, no escribo y punto. Que una es rubia, pero hasta cierto punto.

Pero hoy, el maravilloso karma se ha puesto de mi lado, regalándome una de las experiencias más orgásmicas en un sábado por la tarde de resaca. Los planetas se han alineado y a un tarado le ha dado por venir a disculparse MESES después de ponerme a caer de un burro. Y lo que me he podido reír no es ni medio normal. No es que me ría de la persona (que sí, que lo hago abiertamente, yo lo sé, él lo sabe, nos odiamos y esas cosas), lo que me hace gracia es la situación. No se qué tripa se le puede romper a una persona para llegar a hacer esto. Sinceramente, si alguien no me importa, pues no me importa y punto. Y si encima la odio, por nada del mundo voy a pedir perdón. Bueno, ya veremos qué pasa con este tema.

Por lo demás con muchísimas ganas de que llegue Julio de una maldita vez. No veo la hora de que esto se llene de perroflautas y se predique el amor libre y el cultivo de las plantas. Además, qué coño, que estoy esperando como agua de mayo una botellita de licor café y otra de crema de orujo, traídos en tren desde Galicia por una profe muy guapa.

Y poco más, mucho trabajo, pocos clientes, una mierda. El lunes celebramos una mini comida de empresa por eso de que llevo ya un año siendo torturada por mis jefes (que no, que es bromita, que me tratan muy bien y nadie me está apuntando con una pistola ahora mismo, ¿eh?) y muy bien todo. Y no sé, que cada día entiendo menos a la gente y estoy más a favor del aborto o de la eutanasia. Vamos, lo de siempre.

Bit.

domingo, 29 de mayo de 2011

Democracia real.

Me he cuidado mucho de escribir sobre esto de forma precipitada. Y hoy, raro en mi, voy a ser algo comedida en cuanto a opiniones y formas de expresarlas. Quiero hablar hoy de lo que llevamos viviendo desde hace ya dos semanas en todo el país. Comenzó como una manifestación, la única forma de decirles a los que mandan lo que el resto opinamos. Y de repente se convirtió en una revolución. Una revolución pacífica que la clase política no se esperaba y ante la que no han sabido cómo actuar. Y eso ha quedado ampliamente demostrado.

Me indigna la situación actual, me indigna que se nos trate como a nada y que a cambio se nos pida todo. Pero mucho más me indigna que la clase política de este país siga sin querer entender lo que está pasando, y no actúe en consecuencia. Me indigna (por no decir que me jode, claramente) que durante la última semana de campaña electoral (y primera del movimiento), los políticos de un partido u otro hayan estado totalmente perdidos ante lo que pasaba. Primero condenan lo ocurrido, luego chupan el culo. En fin, políticos. Pero que después de que mi queridísima y excelentísima Presidenta de la Comunidad, la señora Aguirre, gane las elecciones, pida que se desaloje el campamento de Sol...es para cogerla del cuello y ahorcarla con sus propias arrugas. Esa hija de la grandísima puta (y que me perdone su madre, no tiene culpa de que en su época los anticonceptivos no se usaran) primero se hace la loca y capea el vendaval, y en cuanto todo pasa, zasca, a la puta calle todo el mundo. Pedazo de zorra, si esa gente tuviera una casa donde vivir y un trabajo al que acudir, no los tendrías acampados en tu puta plaza, ¿no crees? Mierda, eso de ser comedida me ha durado párrafo y medio, lo siento. Pero estas cosas me alteran.

Y luego, claro está, llega el desalojo por la fuerza. Todos hemos sido testigos de los lamentables acontecimientos de Barcelona. Todos hemos visto esas fotos, y algunos (una servidora, sin ir más lejos) hasta nos hemos emocionado. Sí, yo lloré viendo algunas imágenes. Y para que luego salga el desgraciado de turno, responsable único de aquello, y con sus dos cojones bien puestos (todo hay que reconocerlo, este tío los tiene) diga que lo volvería a hacer. Y se queda más ancho que largo, el mamón. Es en momentos como estos en los que me planteo qué hicimos mal. Porque si esto mismo hubiera ocurrido en Japón, ese desgraciado no sólo hubiese presentado su dimisión de forma inmediata, sino que probablemente estaría tomando mojitos con Bin Laden y Bob Esponja en el fondo del mar.

Pero no, esto es España, y esa es nuestra clase política. ESA clase política que SE SUPONE que nos representa. Y lo siento, pero no, a mi ese señor no me representa, ni la señora Aguirre, ni el señor Rodríguez Zapatero, ni el señor Rajoy, ni el señor Rubalcaba, ni la señorita Pajín. Lo siento de verdad pero me niego a que una panda de hijos de puta incompetentes esten jugando con mi futuro y el de todos. El pueblo ha hablado, harto de tanta bazofia, harto de manipulaciones, mentiras y saqueos. Y cuando miles y miles de personas guardan silencio a la vez, cuando millones de personas se manifiestan a lo largo de todo el país de forma pacífica...¿no merecemos un cambio?

Sólo espero que esto no se apague. Hemos hecho historia, algún día podremos decir orgullosos que nosotros vivimos esto, que todos colaboramos para que esto ocurriera. Yo me siento muy orgullosa de cada persona que, de una forma u otra, han participado para que hayamos llegado hasta aquí. Medios de comunicación de todo el mundo se han hecho eco de lo que está pasando, pese a que vivimos en la era de la desinformación y de la información manipulada. Pero somos más fuertes, y gracias a internet y a las redes sociales, el mundo ha visto con sus propios ojos todo lo que se está viviendo. Y nos apoyan, desde todas partes del mundo.

Gracias de verdad, y todo mi ánimo y mi apoyo a todas las acampadas, a las asambleas de barrios y a las concentraciones en las embajadas de todo el mundo. Y hoy en especial a París.

Sólo pedimos algo justo. Democracia.

Bit.