miércoles, 20 de julio de 2011

La estrella más brillante - Marian Keyes.

"[...]

- No te gusta el ballet, no te gusta la ópera, no te gusta la música. ¿Qué te gusta entonces?
Katie lo meditó.
- Comer. Dormir. Beber vino con mis amigos y hablar de las rupturas de los famosos. - Los días de mentir a un hombre para parecer fascinante habían quedado atrás-
- ¿Comer...? - preguntó él-. ¿Dormir...? -La admiración se reflejó nuevamente en su cara.
Ella había ignorado hasta ese momento que fuera tan interesante.
- Sobre todo comer -dijo.
- No tienes pinta de comilona.
Si supiera la batalla que lidiaba con su apetito... Semejaba un rottweiler luchando por soltarse de la correa para zamparse cuanto encontraba a su paso.
- Tengo una entrenadora personal -confesó.
- Yo también -dijo él.
- La mía se llama Florence. Me saca a correr bajo la lluvia y me hace pegar saltos en el aparcamiento de Tesco. Solo la veo una vez por semana pero confía en que yo entrene por mi cuenta y me siento culpable si no lo hago.
- El mío se llama Igor. Vamos al gimnasio.
- Nunca quise ser la clase de persona que tiene un entrenador personal -confesó Katie.
Pero tampoco quería ser la clase de persona que vestía tejanos de la talla 46, y si la dejaran sola eso sería exactamente lo que ocurriría.
- ¿Qué me dices del próximo sábado? -preguntó Conall.
- ¿Por qué quieres salir conmigo? Seguro que no soy tu tipo.
- No lo eres, pero... -Meneó la cabeza-. Esto, no puedo dejar de pensar en ti. 

[...]"

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