sábado, 11 de junio de 2011

Tarde de sábado.

Llevo cerca de una semana diciéndome "de mañana no pasa que escriba en el blog", pero es un bucle infinito. Además, qué coño, si no hay nada que decir, no escribo y punto. Que una es rubia, pero hasta cierto punto.

Pero hoy, el maravilloso karma se ha puesto de mi lado, regalándome una de las experiencias más orgásmicas en un sábado por la tarde de resaca. Los planetas se han alineado y a un tarado le ha dado por venir a disculparse MESES después de ponerme a caer de un burro. Y lo que me he podido reír no es ni medio normal. No es que me ría de la persona (que sí, que lo hago abiertamente, yo lo sé, él lo sabe, nos odiamos y esas cosas), lo que me hace gracia es la situación. No se qué tripa se le puede romper a una persona para llegar a hacer esto. Sinceramente, si alguien no me importa, pues no me importa y punto. Y si encima la odio, por nada del mundo voy a pedir perdón. Bueno, ya veremos qué pasa con este tema.

Por lo demás con muchísimas ganas de que llegue Julio de una maldita vez. No veo la hora de que esto se llene de perroflautas y se predique el amor libre y el cultivo de las plantas. Además, qué coño, que estoy esperando como agua de mayo una botellita de licor café y otra de crema de orujo, traídos en tren desde Galicia por una profe muy guapa.

Y poco más, mucho trabajo, pocos clientes, una mierda. El lunes celebramos una mini comida de empresa por eso de que llevo ya un año siendo torturada por mis jefes (que no, que es bromita, que me tratan muy bien y nadie me está apuntando con una pistola ahora mismo, ¿eh?) y muy bien todo. Y no sé, que cada día entiendo menos a la gente y estoy más a favor del aborto o de la eutanasia. Vamos, lo de siempre.

Bit.

1 comentario:

  1. No, yo solo cominista y llevo tequila. Pero me alegro igualmente de que se te haya enderezado el sábado.

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