miércoles, 9 de febrero de 2011

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...

A veces, la gente te sorprende. Utilizo este espacio como vía de escape, como remedio para aliviar tensiones, descargar mi frustración, y por norma general, ciscarme en los vivos y en los muertos del idiota de turno. Pero no me parece justo venir a contar sólo las cosas malas del mundo y de la gente. Por eso estoy aquí hoy, para decir algo bueno de alguien (sin que sirva de precedente).

Esta historia comenzó hace dos años. Han sido dos años intensos, pues aunque yo no soy protagonista, lo he vivido muy de cerca. He compartido momentos buenos y malos con los verdaderos implicados, he estado muy cerca, he hablado, escuchado y en muy pocas ocasiones, aconsejado. He sufrido, he llorado, he reido y me he enfadado. Dos años llenos de historias, dos años que no cambiaría por nada. Y desde hace seis meses la cosa ha sido aún más intensa. Hoy, por fin, puedo decir que estoy orgullosa de ellos. Estoy muy feliz por ver cómo una persona puede cambiar, puede mejorar, puede dejarse la piel por alguien a quien quizás no ama, pero sí es importante. He visto cómo una persona lo está dando todo por otra, sin reparos, sin miedos. He visto sonrisas verdaderas, he visto cariño, comprensión, respeto, admiración. Hoy verdaderamente no he perdido una hermana, he ganado un hermano. Que se ha llevado muchas collejas y se llevará aun más, pero que me ha demostrado mucho.

Y después de este pretty momento, poco más que comentar. Estoy de buen humor, apenas quedan 3 días para mi pequeño finde-vacaciones. Tiemblo ante la idea de perderme en el Prat, pero bueno, gracias a Goku tengo mis gafas nuevas y podré leer los carteles.

"Cualquier día de estos me enamoro de ti, pero tranquilo, todavía me caes demasiado bien como para hacerte esa putada..."

Bit.

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