El día ha empezado bien, como todos, con sueño. Bueno, llegaba algo tarde a trabajar, así que ha tocado ir a la carrera. A eso de las 11:30 mi jefe me dice que se va a esquiar. Salgo a fumarme un cigarro y a maldecir porque hace un buen día que te cagas, y tú, imbécil, estás en la puerta de la puta tienda. Pero nada, poco trabajo, mucho tiempo libre para pensar, y muchos cabreos tontos que me cojo conmigo misma. Porque me quiero tanto que estoy empezando a odiarme.
Hora de comer, viene a verme un amiga y me voy con ella. Mis 3 horas de asueto, lo mejor del día sin duda. Luego llamadas varias que me hacen querer matar a alguien, demasiadas cosas que hacer, poco tiempo y al final no me ha salido ninguna como debía. Salgo y voy al cajero a hacer una recarga que me habían encargado, mi sorpresa no es que no tenga dinero, es que estoy en negativo.
Pues nada, no he podido hacer eso, ahora para casa, para llegar y que me estén tocando las pelotas. Día MUY completo, la verdad. Sólo tengo ganas de terminar de escribir esto, fumarme un cigarro y meterme en la cama. Y como si cae un meteorito, no pienso inmutarme.
Y deseando que sea sábado, poder salir y despejarme, los mojitos me esperan. Y olvidarme de esta infernal semana, que llevo toooda la semanita con los nervios de punta, saltando por cualquier cosa, estresada, irascible, enfadada...en fin, que necesito vacaciones, aunque al final no sean como las había planeado.
Qué pequeña se siente una cuando todo sale del revés. Pequeña, muy muy pequeña.
Bit.
No es por tocarte la moral, pero realmente no ha sido nada tan terrible, deberías relajarte un poco que haces un castillo de un puñado de arena.
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