martes, 12 de junio de 2012

Diario de una dependienta en apuros (VII)

De verdad, tengo que reconocerlo, la gente me fascina. Matizo: me fascina y no por nada bueno. Me fascina hasta el punto de asquearme, de sentirme avergonzada de pertenecer a la misma especie que esos tipos y tipas que cada día me sorprenden con sus faltas de respeto, su arrogancia, su poco apego a la sociedad en la, que les guste o no, viven.

Pero vamos al grano. Llevo un par de días dándole vueltas a un post sobre el respeto (más bien la falta de) y la educación (mala, por supuesto) por un incidente ocurrido el domingo en un bar que relataré más adelante. Pero no sé, no me decidía a hacerlo porque igual me llamáis exagerada o paranoica o algo de eso. Pero por un incidente ocurrido hace apenas una hora, me he dicho "joder, Bit, o lo sueltas o acabas tú en comisaría" y aquí estoy.

Estaba yo trabajando tranquilamente, atendiendo a una pareja muy amable de mi edad y bromeando sobre algunas cosas cuando he visto entrar a una señora. Me ha extrañado, pues sin saludar se ha dirigido directamente al escaparate y ha empezado a sacar unas botas y un bolso. El escaparate se ve desde dentro de la tienda y es fácil sacar cosas de él, pero no sé, igual soy muy rara yo, cuando voy a una tienda espero que sea la dependienta la que saque las cosas del escaparate, ¿no? Bueno, me he disculpado con la pareja y he ido directa a la señora.

- ¿Le puedo ayudar en algo? - he dicho más que perpleja porque la tía ni se ha inmutado, lo ha visto perfectamente normal.

- Ah, no, es que quería ver el bolso ese que tiene en el escaparate.

Se lo he enseñado, muy educada y amablemente, aunque por dentro la estaba poniendo a parir, por caradura. Pero me he percatado que a parte del bolso ha sacado una bota de piel de un par que tengo expuesto. No le he dado mayor importancia, he estado asesorando a la señora sobre los diferentes bolsos y ella se ha decidido por uno. Era para regalo, así que he ido al mostrador a envolverlo mientras ella seguía curioseando. Pero como soy de naturaleza desconfiada, a través de una cámara de seguridad la estaba vigilando. Y joder, soy la pera, ¡tenía razón yo! La señora ha cogido la otra bota del escaparate y se las estaba metiendo en el bolso.

Completamente perpleja, me he acercado a ella y la he pillado con las manos en la masa: apoyada en una caja estaba metiendo a presión las botas en el bolso. Me ha mirado como si eso fuera lo más normal y ha seguido a lo suyo.

- ¿Qué hace? - he contestado educadamente, aunque un "loca de mierda, deja las putas botas y sal de mi tienda inmediatamente si no quieres que me haga unas iguales con tus trompas de falopio" estaba intentando salir de mi boca. Obviamente, me he podido controlar.
- Ah, es que me quería probar las botas.
- Ya, metiéndolas en su bolso, ¿no? - en serio, soy rubia pero, ¿tan tonta parezco? ¿La tía puta esta se cree que me lo iba a tragar?

Momento de tensión, amenazo con llamar a la policía, la tía se me pone chula. ¿Perdona? TE HE PILLADO ROBANDO, AÚN TIENES LAS PUTAS BOTAS EN EL BOLSO, NO SOY IMBÉCIL. En fin, que la gente no tiene dignidad, ni vergüenza ni respeto por la inteligencia ajena. Que me parece una desfachatez enorme lo que ha hecho, decirme que se las iba a probar. No sé, en ese momento me he sentido estúpida, irritada y capaz de matar.

Y una vez explicado lo que ha pasado hoy, os voy a explicar lo que pasó el domingo. A ver, que yo no tengo estudios, que soy una curranta y nada más, pero tengo mucha más cultura, educación, respeto y dignidad que toda esta gentuza. Y realmente me repatea.

El domingo teníamos una resaca horrible, pero nos fuimos a La Latina a tomar unas cañas por la tarde porque había venido una amiga de Galicia y no íbamos a pasar la tarde metidos en casa. Al llegar, recordamos que había partido de España, y nos metimos en un bar a verlo. Las mesas estaban reservadas para la gente que iba a comer, y como nos habíamos tomado un aperitivo y nada más, pedimos unas birras, unas raciones y unas tostas. Y ahí estábamos, el bar petado de gente y nosotros cómodamente sentados. Como señores.

Cuando el partido llevaba unos 20 minutos, un chico se sentó en mi parte del banco, a mi lado. Le miré estupefacta, y YA SENTADO me preguntó que si podía sentarse. Estaba molesta por ese comportamiento, así que con una cara de asco le contesté algo así como "no sé para qué preguntas si te puedes sentar cuando ya te has sentado", y le ignoré. A los 10 minutos o así el tío se levantó y se fue, por supuesto sin despedirse y sin dar las gracias, vamos, nada.

Pasados unos minutos yo ya estaba con un humor de perros entre eso, las vuvuzelas (o como coño se llamen) y la resaca. Atónita, veo que un colega del mencionado anteriormente, hace lo mismo, se sienta, me mira, me pregunta que si molesta, y como yo no decía nada, sino que le miraba como si estuviera viendo a un fantasma, hace una mueca de asco y sigue a lo suyo. Ahí ya me enfadé. Él me dió la espalda, pero seguía sentado a mi lado. Me pareció el colmo. Empecé a llamarle maleducado, grosero, sinvergüenza, todas las cosas que se me ocurrían en ese momento. Él hacía como que no me oía, sólo me daba la espalda y miraba a su grupo de amigos, que le decían que yo le estaba mirando con mala cara, que estaba hablándole, y que se levantara. El tío se levantó sin decir nada y se fue para afuera.

Una vez más me volví a sentir una mierda, como si fuera inferior al resto, como si no tuvieran que respetarme. Qué queréis que os diga, la esperanza es lo último que se pierde, pero lo que DEBERÍA ser lo último en perderse es el respeto y la educación. Me sorprende ver a gente tan despreocupada sobre los perjuicios que puedan causarles a otras personas, el lema ese de "yo hago lo mío y a quien moleste, que se joda" me parece que es volver a cuando éramos salvajes y vivíamos en cavernas. Me duele ver que algunos siguen comportándose así. No, hay gente que sencillamente NO ESTÁ PREPARADA PARA VIVIR EN SOCIEDAD, y encima los demás tenemos que aguantarlos.

En fin, siento la chapa de hoy, pero necesitaba desahogarme y...en fin, ese era el propósito de este blog, ¿no?

Besos. Bit.

1 comentario:

  1. La perdida de valores, lleva a la perdida del respeto. Ya nadie se levanta el autobús, metro o o que sea, aunque la persona mayor de se caiga a trozos. Impera en unos casos yo soy cliente y por tanto tengo derecho a todo. Y por supuesto la cortesía de pedir por favor ya desapareció hace tiempo. Esto es lo que hay.
    Ánimo
    porque no te queda otro remedio

    ResponderEliminar