sábado, 29 de enero de 2011

Las comidas...

Después de una semana de muchísimo trabajo, por fin llega el merecido fin de semana. Relax, aparecer en sociedad, esas cosas. He salido de trabajar y he llamado a mi señora madre para ver qué tenía de comer, ya que ella se ha tomado el día libre y se iba con una amiga.

Bit: Hooola mamá, ¿me has dejado comida?
Mamá de Bit: ¿Has llegado a casa?
Bit: No, me quedan 15 minutos.
Mamá de Bit: Te he dejado un plato en la cocina.
Bit: Gracias, nos vemos luego.

Ya me estaba relamiendo, ya estaba pensando qué podía ser. Sin duda, algo delicioso (o dulicioso, como dirían los Ruiz-Mateo) y tenía un hambre...Llego a casa, entro en la cocina y veo un solitario plato pequeño. Me acerco observándolo con recelo, lo destapo y...¡¡TACHÁN!! Una PUTA MIERDA de plato pequeño con 3 trozos de queso, 5 de jamón y patatas fritas de bolsa. Con dos cojones. Aún sin creérmelo, cojo el teléfono y vuelvo a llamar.

Bit: ¿Me estás queriendo decir en serio que me has dejado ESO para comer?
Mamá de Bit: Eh...sí, dijiste que te ibas a acostar cuando llegaras.
Bit: Ya, mamá, pero es que tengo la mala costumbre de comer...
Mamá de Bit: Bueno, vale, te dejo que estoy comiendo.
PI-PI-PI-PI-PIII

Asi que me he puesto el delantal y me he hecho un par de huevos, mientras pensaba en la bonita residencia donde mi madre pasará los últimos 20 años de su vida. Tengo que empezar a pedir folletos.

Y con esto y un bizcocho, hasta las ocho, que esta noche toca cena y MUCHA sangría.

Bit.

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